Trasvestirse y Vivir sin Dios en Cuba

Yusimí Rodríguez

Michel en su casa. (Foto: Bernardo Acosta)

HAVANA TIMES, 31 agosto — He conocido a Michel (Nonardo) Perea Enríquez desde que él tenía 19 años y yo 16.  Durante los primeros años, nuestra amistad transcurrió entre encuentros casuales que ocurrían en los festivales de cine, o alguna visita mía a su casa por sorpresa.

La más sorprendida era siempre yo, porque este hombre un año era transformista; el siguiente, travesti; el otro, escritor (sin haber terminado la escuela), y ahora es incluso artista plástico, actor y no sé cuantas cosas.

Aún recuerdo la primera vez que lo vi, tan delgado, tan frágil, serio, recostado a una columna.  El director de un proyecto artístico del que yo formaba parte, y que nunca llegó a nada, lo había invitado a sus ensayos para incorporarse al grupo como transformista. Michel había llegado muy temprano, cuando el local donde ensayábamos aún estaba vacío.  Yo fui la primera en llegar, y apenas lo vi, aunque llevaba ropas masculinas, me di cuenta de que era homosexual.

HT: Michel, ¿cuál fue la reacción de tu familia cuando se percataron de que eras homosexual, cómo ha sido tu relación con ellos?

Michel Perea Enriquez: Con mi familia nunca tuve problemas, ni con mi mamá, ni con mi papá. Además, era algo que se me notaba desde chiquito, parece que era algo hormonal.  Había una tía que no dejaba que mis primos jugaran conmigo porque yo era así.  Pero fuera de eso no tuve problemas con mi familia.

HT: ¿Siempre sentiste que te gustaban los varones?

MPE: Siempre, desde el círculo.

HT: ¿Y cómo entraste en el mundo del transformismo?

MPE: Me llevó un amigo a una casa en el Capri dónde se hacían shows.  En aquella época era todo muy clandestino; no era como ahora que se hizo un show cuando la jornada contra la homofobia y todo eso.  La policía se metía en las casas y se llevaba gente presa.  Pero a mí me gustó el ambiente, lo que se hacía, me gustaba ver a los pájaros vestidos de mujer y me pareció que yo podía hacerlo también.  Y ahí fue donde me vio Juan Luis y me captó, y después te conocí a ti.

HT: En esa época tú imitabas a Madonna y todavía a veces lo haces para nosotros en las fiestas, ¿por qué ella precisamente?

MPE: Porque yo creo que tengo mucho que ver con ella.

Michel con Madonna es un avance de su primera exposición personal de fotos.

A mí me gustan las cosas así, sensuales. Me interesa la sexualidad y me siento identificado con ella porque es una persona trasgresora.

HT: Cuando te conocí, tú solo te vestías de mujer para los shows, por la calle andabas con ropas de varón, pero cuando fui a visitarte a Alamar en el 95 o el 96, te encontré con el pelo más largo, estabas tomando hormonas para el crecimiento de los senos y me di cuenta de que te estabas travistiendo.  ¿Cómo fueron aquellos años para ti?

MPE: Yo me vestía de mujer solo por la noche. De día andaba con ropas de varón, o ropas que lo mismo servían para hombre o para mujer, lo que pasa es que de todas formas lucía muy andrógino y la gente me gritaba cosas, me molestaban. Tomé muy pocas hormonas porque me impedían la erección, y eso no me gustaba.

HT: ¿Y la ropa y los zapatos como los conseguías, Michel? Porque tú eres un tipo de más de 1.80 de estatura, con un pie grande que no es de mujer.

MPE: Bueno las ropas las pedía prestadas a mujeres amigas mías. No me gustaban, las encontraba bastante cheas, pero era lo que había. Con los zapatos imagínate, yo tengo el pie grande, así es que me apretaban y tenía que aguantar el dolor.

HT: ¿Y tuviste problemas con la policía?

MPE: Cuando los policías ven a un hombre vestido de mujer y se dan cuenta, le ponen una multa aunque no esté haciendo nada malo. A mí me pusieron muchísimas; como yo no trabajaba tenía que pagármelas mi papá.

HT: ¿Y qué te decía él, no se molestaba contigo, no te botó de la casa?

MPE: El pagaba las multas y no me preguntaba por qué eran.  No se daba cuenta de nada.  Aunque yo creo que sí se daba cuenta, pero se hacía el desentendido.  En mi casa nadie me decía nada, pero una vez estaba cogiendo botella y vi a mi tío en el carro, y me monté con él.  Me dio la botella, pero no habló ni me miró durante todo el viaje.

A Bernardo, el fotógrafo que me acompaña en esta ocasión, le interesa más conocer sobre la relación de Michel con la sociedad:

HT: Con la familia es una cosa y otra con la sociedad, la escuela… Háblame de eso.

MPE: Esa es una buena pregunta. Sufrí muchas humillaciones en la escuela, vejaciones de todo tipo, la gente se burlaba de mí.

Me doy cuenta de que aunque lo conozco hace casi dieciocho años hay cosas que todavía ignoro sobre él:

HT: ¿Fue por eso entonces que dejaste la escuela en noveno grado?

MPE: Claro, yo dejé los estudios porque era rechazado.

HT: ¿Pero qué tan rechazado te sentías en la escuela? Yo tuve compañeritos gays a los que se les notaba y no dejaron la escuela. Es verdad que les decían cosas a veces. A Rubencito tú lo conoces, por ejemplo, él terminó el pre.

MPE: Sí, pero no era como yo, tú no puedes comparar a Rubencito conmigo. A mí se me veía mucho más que a él.  Además, yo estaba en una beca. No es lo mismo la beca que una escuela en la calle.  En una beca tú convives con la gente todo el tiempo.  Y había rechazo de todo tipo, tanto de muchachos como de profesores.  Me rechazaban y se burlaban de mí, de mi homosexualidad, en mi cara… Incluso una vez me fugué de la escuela, porque sucedió algo que no recuerdo ahora. Me fui corriendo y los profesores tuvieron que caerme atrás, estuvieron una tarde completa cayéndome atrás.

HT: ¿Entonces te fuiste por algo que te hicieron?

MPE: Me fui por un cúmulo de cosas, un cúmulo de situaciones. Llegó el momento en que yo le tenía tremendo rechazo a la escuela. Hoy en día tú me hablas a mí de la escuela y yo no quiero saber nada de la escuela. Le hice un rechazo total y por eso fue que no terminé los estudios.

HT: ¿No tuvo nada que ver con el retardo en el aprendizaje que me contaste que te diagnosticaron?  ¿A qué edad fue eso?

MPE: Fue precisamente cuando yo estaba terminando noveno grado.  Mi mamá me llevó a un pediatra que fue el que diagnosticó eso. Pero yo creo que fue una forma de justificar mi conducta en la escuela, mi rechazo.

HT: ¿Cómo eran tus notas?

MPE: Suspendía. Los maestros me llevaban para la cátedra y me daban una prueba que ya estaba hecha para que yo la copiara, porque no podía haber suspensos.

HT: Yo estuve sin verte un par de años y a finales del 2002, en el cine Payret, durante el festival, recuerdo que venías directo a dónde yo estaba a saludarme y no te reconocí porque estabas con el pelo corto, espejuelos y ropas muy masculinas.  ¿A qué se debió ese cambio tan radical?

MPE: Bueno, querida, yo soy escritor y esa imagen con ropa de mujer no era apropiada. Imagínate que yo entre a la UNEAC, vestido así, a una presentación de un libro o algo. Tú sabes que eso no va a ser bien visto.

Michel el escritor

HT: Llegamos a un punto que me interesa, tu carrera como escritor, aunque también haces otras cosas de las que quisiera hablar más adelante.  Recuerdo que la primera vez que me dijiste que escribías no te tomé en serio, porque tú no tienes noveno grado y yo no creí que una persona sin noveno grado pudiera ser escritor.  ¿Cuándo empezaste a escribir y por qué?

MPE: Tenía como 16 años y se me ocurrían historias. Siempre me gustó contar cosas inventadas por mí, que no fueran reales. Aunque también puede haber cosas tomadas de la realidad, experiencias mías.

HT: Ahora que me dices eso me viene a la cabeza tu cuento “Colchón de plumas,” uno de los que más me gusta y que refleja ese mundo del travestismo. ¿Está basado en algo que te ocurrió?

MPE: Siendo travesti me pasaron cosas en carros.  Yo andaba con Celine, que fue muy buena amiga mía y que murió de Sida, creo que tú lo conociste.

Michel posando en su casa con peluca. Foto: Bernardo Acosta

Nosotras cogíamos carros juntas y nos pasaron cosas en los viajes. No como en “Colchón de plumas,” por supuesto, “Colchón de plumas” ya sabes de qué va y no pasó nada así, pero sí hubo cosas un poco desagradables, como chóferes que querían tener sexo con nosotros, y nos obligaban, porque como habíamos cogido la botella, el pago era ese.

HT: ¿Y en algún momento tuvieron que hacer algo?

MPE: Sí, se hizo.

HT: ¿No te molesta que salga eso en la entrevista?

MPE: No, Yusimí, yo estoy en contra de la censura.

HT: Bueno, sabemos que tu vida como escritor ha sido bastante azarosa.  Yo siempre digo que tú eres un gran escritor con una suerte terrible. Está por ejemplo el asunto de tu novia, que por cierto es la única novia que tú has tenido, ¿no?

MPE: No, yo he tenido más novias, lo que pasa es que sexo tuve con una sola, que fue esta muchacha. Fue un noviazgo muy tormentoso porque tú sabes que a mí no me gustan las mujeres. De todas formas no me fue mal, fueron dos años de relación y no te voy a negar que lo disfrutaba. Pero no sé, había algo que no encajaba.

HT: ¿Ella sabía que eras homosexual?

MPE: Claro, de hecho ella me conoció vestido de mujer, y yo le gustaba así, pero fue todo muy tormentoso. Nos fajábamos porque al final eso no era lo que yo quería, no era lo mío.

HT: Cuéntame lo que pasó con el cuento que enviaste a un concurso con el nombre de ella.

MPE: Yo vi una convocatoria de cuentos en la revista Somos Jóvenes, y me interesó, pero era para escritores menores de veinticinco años y yo tenía veintiséis. Ella era menor que yo, y entonces acordamos enviar el cuento con su nombre.  Ella fue la que lo escogió y lo mandamos.

HT: ¿Y el acuerdo cuál era?

MPE: Bueno, mitad y mitad de lo que dieran. Yo pensaba que el cuento no iba a ganar, como siempre, porque yo soy muy pesimista, tengo ese defecto. Como no me ha ido tan bien en la vida, soy pesimista. Y el cuento ganó.

Supe que a ella vinieron a verla de la revista por unas palabras un poco fuertes que había en el cuento y había que cambiarlas, porque no convenían, aquí se censura mucho.

Ella no puso objeción, porque en definitiva ella no lo escribió. Le hicieron unas preguntas que ella no supo contestar y se puso un poco nerviosa y ahí sospecharon que ella no había escrito el cuento.

El hecho es que el cuento ganó y de dicho premio yo no recibí nada, ni del dinero, ni de los libros que dieron. A mí, incluso, lo que más me interesaba eran los libros. El cuento se publicó con el nombre de ella, pero no le guardo ningún rencor. Después de eso yo gané otros premios.

HT: Ganaste otros premios pero te has demorado muchísimo para publicar.  “Vivir sin Dios,” que es tu primer libro publicado y prácticamente acaba de salir, estuvo casi diez años en la editorial.  ¿Por qué ocurrió eso?

MPE: El problema es que ese libro se llevó para la editorial. Después se sacó y no se volvió a llevar. No lo saqué yo. No quiero dar nombres. Al cabo del tiempo, en la editorial estaban buscando el libro porque aparecía en una lista. Se buscaba el libro por el título, pero el libro no estaba ahí. Entonces, gracias a Luis Vaillant y Michael Paneque, el libro volvió a entrar en la lista de las publicaciones pues ellos se encargaron de llevarlo personalmente.

Ya yo había cambiado los cuentos, porque esos llevaban mucho tiempo ahí y quería renovar el libro. Esos cuentos eran de otra etapa de mi vida, ¿entiendes? Tenía que hacer algo más maduro, más de ahora, porque yo mejoré mucho en la escritura con el tiempo… y bueno, el libro salió finalmente. Y estoy muy contento porque ha tenido muy buena acogida, se ha vendido todo.

HT: ¿De cuántos ejemplares constó la tirada de tu libro?

MPE: Muy pocos, quinientos libros, ya no quedan.

HT: ¿Y el derecho de autor?

MPE: Ah, muy buena pregunta, me pagaron setecientos ochenta pesos.

HT: O sea, menos de cuarenta dólares. ¿Qué piensas del pago del derecho de autor?

MPE: Hay otras editoriales aquí que pagan más dinero. Yo publiqué con Extramuros que parece que es una editorial muy pobre. Creo que es muy poco lo que pagan.  Todo el mundo dice que es poco. Hay concursos que te pagan más por un solo cuento.

HT: Y todavía tienes que comprar los cincuenta ejemplares que te tocan como autor del libro. ¿Cuánto tienes que pagar?

MPE: Yo tengo que comprar los cincuenta libros que quedan, que son los que me tocan como autor y por lo que sé hasta ahora me los están vendiendo en el mismo precio que los compra cualquier usuario. Tengo que pagar 250 pesos y no los tengo.

HT: ¿Ya ha recibido críticas el libro?

MPE: Es un poco pronto para que haya críticas. Pero a todo el que ha leído el libro le ha gustado y me han dicho que está muy bien.

HT: Sin embargo, tú me dijiste que este mismo libro tú lo enviaste al concurso Pinos Nuevos y que el premio fue declarado desierto.  ¿Qué piensas de los concursos literarios, Michel?

MPE: Un horror los concursos literarios, para mí por lo menos. Porque creo que no siempre se premia lo que tiene que premiarse, ¿entiendes?  Pero es el punto de vista del jurado, ellos se guían por su gusto, y eso es lo que rige al final.

HT: Varios de los cuentos de este libro y casi todos dentro de tu obra tienen la temática homosexual.

MPE: Yo no diría que es así, yo tengo muchos cuentos que no son gays.

HT: O sea, tú no te defines como un escritor gay.

MPE: Bueno, mira, yo generalmente todo lo que hago, lo hago gay; aunque no me proponga hacerlo gay, me sale gay, no sé por qué, es algo mágico.  El rosado siempre sale.

HT: ¿Qué tu piensas de estos términos como literatura gay?

MPE: No, yo no creo en eso.  Eso no me gusta. Porque entonces ahora yo voy a estar en una antología gay, porque como Nonardo Perea es gay, va para la antología gay.

HT: ¿Pero tú crees que eso lo define la orientación sexual del escritor o lo que trata el escritor en su literatura?

MPE: Bueno, lo que yo escribo.  Pero hay autores que no son gays y hacen literatura gay. Pero yo soy gay, y escribo cuentos gay. En este libro hay solo cuatro cuentos que son gays, el resto no, pero de todas formas se nota.  Yo me siento muy bien escribiendo cosas gay.

HT: De hecho, dos de las presentaciones del libro se hicieron dentro del marco de la Jornada contra la Homofobia, una en la UNEAC y otra en el Pabellón Cuba, y en la UNEAC incluso te tiraste una foto con Mariela Castro.

MPE: Pero eso es normal, todos los pájaros quisieran tirarse una foto con Mariela Castro, ella viene siendo como nuestra salvadora.

HT: ¿Qué piensas de la labor de Mariela en cuanto a lograr respeto hacia los homosexuales en nuestra sociedad y que desaparezca la homofobia?

MPE: Se ha hecho algo, pero no mucho, porque seguimos en las mismas. A los gays siguen cerrándoles las fiestas. La policía sigue parándonos en la calle. No hay un espacio, para nosotros. Mariela hablaba de los ghetos. Yo estoy en contra de los ghetos también, pero la realidad es que necesitamos un espacio.  Yo ahora no salgo mucho a la calle.

Michel with Mariela Castro at the presentation of “Living without God” at UNEAC. Photo courtesy of the interviewee.

No sé como anda la cosa en el mundo gay, allá en El Vedado. He ido a Malecón y es horrible, porque hay una mezcla de gays con personas que se prostituyen y a todos se les cataloga igual. Yo voy allí y me ven como una persona de esas por la imagen que doy.  Aquí no hay un lugar que yo pueda ir el sábado, por ejemplo, y sea totalmente gay, donde no tenga problemas con los heterosexuales.  Los heterosexuales no soportan a los gays, en su mayoría. No todos.

HT: ¿No te parece que lo ideal sería que pudiéramos estar un mismo lugar personas homosexuales y heterosexuales sin problemas ni discriminación?

MPE: Bueno, eso sería lo ideal, pero no es así en este país.  Cuba, para una persona como yo es una selva, ¿entiendes? Es un horror. Y cuando me travestía pasé mucho trabajo también porque los hombres en la calle te acosan. O sea, que ser mujer es horrible también. Estar sola en la calle de madrugada es un problema porque donde quiera te sale un hombre que te quiere hacer algo. A mí por poco me violan una vez.

HT: ¿Pero tú le dijiste que tú eras un varón?

MPE: Sabía que era un varón, pero no le importó.  De todas formas me logré escapar.

HT: Me decías hace un momento que no hay espacios para homosexuales, sin embargo está la playa Mi cayito. ¿Eso no es un espacio gay?

MPE: Sí, pero antes la policía te acosaba, ahora dejan a los gays tranquilos. No es un espacio gay oficial. Pero desde que yo tengo uso de razón esa es la playa de los gays. Ahí los heterosexuales pasan, critican, tú los ves hablando bajito, pero no se quedan.

HT: Volviendo a la literatura, Michel, ya diste el salto de ser un escritor inédito a ser un escritor publicado. ¿Ahora qué expectativas y qué planes tienes?

MPE: Bueno, yo tengo dos novelas escritas y un libro de cuentos. Esas cosas quiero moverlas. Desgraciadamente aquí todo es por concurso, todo implica trabajo: conseguir hojas, buscar cómo imprimir, y tú sabes que es muy difícil. No tenemos condiciones. Y bueno, supongo que tardaría un poco, porque además, tú mandas a un concurso y no siempre ganas.  A veces, no te devuelven los trabajos, y si quiero participar con la misma obra en otro concurso tengo que volver a imprimir, buscar las hojas, todo. ¿Entiendes? Y la economía es mala, no hay economía para eso.

El Arte y Actuar

HT: ¿En qué tú trabajas?

MPE: Yo soy ceramista trabajé diez años con cerámica roja en un taller del Estado, pero tuve que dejar de hacer eso por problemas de salud, y ahora trabajo con Papier Maché en el mismo taller, pero casi nunca la empresa tiene materia prima y estamos parados sin trabajar.  El sueldo ya es bastante bajo y cuando estamos sin trabajar nos pagan al 100% el primer mes y después al 70%… Así es que solo me queda esperar.

HT: Hace un rato comentábamos que tú aparte de escribir has hecho obras de artes plásticas.  Aquí en tu casa hay bastantes muestras de tu trabajo, has actuado en las cosas de nuestro amigo Efraín Galindo, has hecho tus propios videos-arte. ¿Estudiaste actuación  en algún momento o tienes algún tipo de formación como artista plástico?

MPE: No, no. Todo lo que he hecho ha sido de forma autodidacta, porque me gusta.

HT: ¿Y por qué no estudiaste artes plásticas o actuación?

MPE: Bueno, hay una etapa en la vida en que uno necesita que los padres lo ayuden y, por ejemplo, que si te ven talento para algo que te ayuden a desarrollarlo.  Mira, a mí me gustaba mucho el piano y quería aprender a tocar con una vecina de nosotros que daba clases, pero mi papá dijo que no. Yo supongo que por mi forma que ya se me notaba. Y ya tú ves, no aprendí piano y de todas formas soy así, igualito que en Fresa y Chocolate…  Ahora estoy haciendo videos, que no son tan buenos como quisiera, pero hago lo que puedo.

HT: Sin embargo te aceptaron una animación en el Festival de Cine Pobre de Gibara.

MPE: Ah, sí, el año pasado. Pero no fui porque era en la muestra informativa… Y la actuación me interesa también. He hecho cosas de actuación con Efraín Galindo.  Espero trabajar algún día con Almodóvar, o con Fernando Pérez.

HT: ¿Eso es en serio?

MPE: Sí.  ¿Tú dudas de mí?

HT: No, para nada… Háblame ahora de tu incursión en las artes plásticas, has expuesto tus cosas en el Salón de Arte Erótico de Alamar…

MPE: Sí, lo que yo hago son cosas de cerámica, fotografía, collages, a veces lo combino todo.  Tú sabes que mis obras son fuertes, como lo que escribo, y por eso muchas veces me han censurado en el salón, dicen que soy muy explícito.

HT: Pero has quedado finalista varias veces en el Salón…

MPE: Sí, he sido expuesto en el Salón, pero con obras que no son muy explícitas. Y entonces también me dicen que no soy muy conceptual. Pero es que yo como artista no quiero ser conceptual. Los académicos que sean conceptuales.

Si vas a comer espera por Virgilio. (Foto: Bernardo Acosta)

Mira, esta obra, “Una cena para Virgilio,” no me la aceptaron, porque era muy explícita.  Entonces, cuando hay muchos toticos de hembras los aceptan, cuando hay penes, no los aceptan.

HT: ¿Te parece? En el salón se han expuesto obras con imágenes fálicas.

MPE: Sí, pero la mía tiene un tratamiento muy gay. En la galería ha habido problemas cuando se trata de penes.  Recuerdo que un año había una foto de un muchacho, que aparecía un preservativo con el semen dentro.  Eso fue polémico en la galería, hubo problemas con esa foto… Pero, al final, la expusieron.  No sé si será un problema personal conmigo, también puede ser que haya un problema personal con mi obra, o que no tenga valores. Es lo que ellos entiendan.  Y valor creo que tiene.  En ese salón una vez le dieron el primer premio a una obra que era un tornillo con una rosca. Sería muy conceptual, pero para mí no tenía nada erótico.

HT: Sin embargo, a pesar de que tus piezas han sido censuradas en esa galería, el próximo año harás allí mismo tu primera exposición personal de fotos.

MPE: Sí, pero esta exposición no va a ser de fotos eróticas, hasta el momento. Tengo pensado que sea de arte pop, fotografías digitales manipuladas.

Encontrando el lugar de uno

HT: Michel, por las cosas que hablábamos hace un rato, me parece que más que el hecho de ser homosexual, lo que te ha hecho pasar tantos momentos desagradables a lo largo de tu vida, es que resultas muy evidente, ¿tú sientes que el ser tan afectado también te crea dificultades para conseguir pareja?

MPE: Sí, claro. Tú entras a un sitio de Internet, el que sea, y la gente lo primero que dice es “no quiero a nadie con plumas.” O sea que a un gay que es muy evidente no le es fácil conseguir pareja. Las personas buscan un hombre con ciertas características físicas, que sea fuerte, o sea, masculino. Eso es generalmente. Hay a quien le gustan las personas afectadas, pero son los menos.

HT: ¿Y las relaciones que has tenido han sido con tipos heterosexuales o gays? ¿Vienen guiados por un estereotipo? ¿Te tratan como una mujer?

Generalmente son hombres heterosexuales que están en el closet o viven una doble vida.  Tienen relaciones con mujeres y con hombres, o sea bisexuales; o que tienen una vida ya hecha con mujer, con hijos, pero no se asumen como homosexuales o bisexuales.  Generalmente esos son los hombres que a mí se me acercan, y todo tiene que ser muy discreto. O sea que no es una relación de pareja.

HT: ¿Y aún estando contigo ellos se siguen sintiendo hombres heterosexuales?

MPE: Sí, ellos se enmarcan en que son heterosexuales. Están conmigo y son heterosexuales. No se sienten homosexuales.  Entonces me tratan como si fuera una mujer, y así no es como debe ser.

HT: ¿Y cómo te sientes con eso?

MPE: A veces me siento incómodo; a veces lo dejo pasar, porque qué voy a hacer. Yo no puedo luchar contra eso. Pero no me molesta. Yo enseguida me sitúo y no me desagrada. Hay casos en los que sí me ha molestado, pero yo me he adaptado a que me vean así.

HT: ¿Cómo te sientes más cómodo, vestido de varón o vestido de mujer?

MPE: Me siento igual. Lo que pasa es que vestido de mujer me siento más sexy, más atractivo, y los hombres se fijan más en mí.

HT: ¿Pero qué pasa cuando se dan cuenta de que tú eres un hombre? ¿O tú crees que ellos saben desde el principio que tú eres un hombre?

MPE: Sí, mami, yo lo digo siempre, antes de que pase nada, pero además yo soy una persona muy alta. A mí se me nota que yo soy un hombre. Me veo bien femenino, pero como soy tan alto llamo mucho la atención y ya la persona entra en detalles: las manos, la nuez de Adán, los pies que son grandes.  Ahí te das cuenta. Yo generalmente prefiero que lo sepan.

Lo que me molesta son las críticas y eso. Cuando te vistes de mujer te critican mucho, porque no lo ven bien. Es la sociedad. Pero yo me siento bien, a lo mejor si viviera en otro país, divinamente estaría vestido de mujer siempre. Me siento muy cómodo, además, la ropa de mujer es más bonita, más atractiva, ¿entiendes?

HT: ¿No sería más simple que te hicieras la operación para cambiar de sexo; no se acabarían tus problemas si te convirtieras en mujer?

MPE: Es que yo no soy ni me siento una mujer. Yo soy un varón y además me gusta tener mi órgano sexual masculino aunque me gusten los hombres y me guste vestirme de mujer, pero también me siento bien con ropas de varón porque uno no es el mismo todos los días.  Lo que yo quiero es simplemente que me respeten y me acepten como yo soy.

Michel debe lidiar casi a diario con la incomprensión y las críticas de las personas que no entienden la diferencia. Aunque no digan nada, sabe que lo miran, que comentan en voz baja, que se burlan a veces.  No le importa.  Hace su vida, trabaja y sobre todo trata de crear  en la literatura y en las artes plásticas, a pesar de todas las dificultades.  En estos momentos le ocupan las fotos de su primera exposición que tendrá lugar el próximo año. He tenido la suerte de ver un adelante de su trabajo y aunque es difícil pronosticar el éxito de una exposición, porque son muchos los factores involucrados, incluyendo la promoción, me atrevo asegurar que será al menos una muestra muy inquietante.

4 thoughts on “Trasvestirse y Vivir sin Dios en Cuba

  • Hola Yusimi, soy diego… :)
    Me viene a la mente una noche que pasamos en casa de michel donde nos divertimos mucho, gran anfrition y amigo ! Grande Michel !!!
    abrazos
    diego

  • Hola Yusimí,

    no sé si te acordarás de mí, soy Michel, el otro Michel, el pequeño, el del Onelio amigo también de Nonardo, no sé si verás esto pero escribo para decirte que la entrevista me parece estupenda, muy buena, refleja muy bien el sentir y el hacer de nuestro inseparable amigo Nonardo. Si ves esto déjame saber de ti, yo estoy en Valencia, y todo va bien. Otra vez felicidades por un entrevista tan buena!!!!!!

  • Yusimi: Acabo de leer toda la entrevista la cual me parece espectacular!!!!!, debo presentarme, soy prima de Michel, heterosexual casada y con dos niños, pero adoro a mi primo y no me molesta en lo absoluto la orientacion sexual de el y de los demas chicos o chicas del resto del mundo, pienso que lo que vale en una persona son sus sentimientos y valores los cuales muchos hetersx. no tienen!!!!, debemos aprender a respetar a todos por igual sin importar raza, sexualidad o forma de pensar…..
    Una vez mas te felicito por lo estelar de la entrevista, Mi primo te luciste, te queremos mucho en la familia de aca y los de alli tambien, me he puesto al tanto de cosas que no sabia y de otras que si, solo les deseo lo mejor que sigan adelante con la frente muy en alto y positivo que esos libros y cuentos SALDRAN como este que acabas de lanzar(del cual me encantaria una copia), con tropiezos o sin ellos pero alli estaran.
    Saludos desde este pais libre un gran abrazo
    Doris Perez Enriquez

  • Michel,

    Adoro la candidez unica de, quienes, como tu, lo han sobrevivido todo. Eres admirable. Yo soy transexual operada y felizzzzzzz, vivo en Ontario, Canada. En Cuba vivi en un closet relativo pero closet al fin, pude llegar a la enseñanza superior. No vivi la vida a la que te refieres con tanta transparencia y valentia.

    Un abrazo, lo que mas deseo es que halles tu lugar y que seas feliz,

    Cariños,

    Lucia Alejandra

Comentarios cerrados.