Socialismo o muerte (2nda parte)

Yusimí Rodríguez

HAVANA TIMES — Abraham Ortiz es un cubano que lleva año y medio viviendo en España. En su primera visita de regreso a la isla comparte sus percepciones sobre la vida allá y la vida en Cuba. Aquí la segunda parte de su entrevista con HT.

Ver la primera parte de la entrevista.

HT: Ayer me dijiste que estás cooperando con el director de un documental sobre la censura y le buscaste “imágenes de otros dictadores”. ¿Quieres decir que en Cuba hay una dictadura?

Abraham: Sí. Cuando un presidente lleva tanto tiempo en el poder, lo que hay es una dictadura. Una vez oí decir a Fidel que no creía en la excepcionalidad del talento, que podía haber muchos Guillén, muchos Beethoven. Me pregunté si no podía haber muchos Fidel. Su permanencia en el poder contradice sus palabras.

HT: Pero ya no es Fidel quien ocupa el poder.

Abraham: ¿Cómo es posible que un presidente se enferme y le diga al hermano “aguántame aquí un momentito”, como si fuera una pelota? “Sigue pitcheando ahí”. ¿Por qué no dejaron que el pueblo eligiera?

HT: ¿Qué piensas de las medidas adoptadas por Raúl Castro, como que los cubanos ya puedan comprar y vender sus casas, sus autos; la actualización de la política migratoria?

Abraham: Que se tardaron mucho. Es lo que ocurre cuando hay una sola persona pensando por todo el país.

HT: ¿Si tu esposa permanece dos años fuera de España, el gobierno la considera emigrada?

Abraham: No. Aquí la política estaba basada en la percepción de que quien abandonaba el país era un traidor. Esa percepción no ha cambiado en el fondo del pensamiento de quienes dirigen este país. Ellos sienten que te educaron, te calzaron, te alimentaron, y tú les debes.

HT: ¿Y no es cierto que no pagamos los estudios y la atención médica? ¿No es justo que esperen un pago?

Abraham: Sí. Pero el Estado debe pagarte cuando trabajas, y no lo hace. De ahí viene la frase: “ellos hacen como que te pagan, y tú haces como que trabajas”. Puedes inventar el artefacto más novedoso del mundo y pasas inadvertido. Quien no pasa inadvertido es el Estado que te educó. Aunque tampoco invierte mucho en ti.

Al mantener a todo el mundo pobre, puede dosificar la riqueza del país y un día darles un juguete a las personas para embullarlos. El tratamiento que les da el socialismo a las personas es infantil. Como el padre que mantiene al hijo y luego le dice: “si sales por esa puerta no regreses” o “si te vas, te desheredo”.

Es lo que hacían con el que salía de aquí: “si te vas, te quito la casa”. Han tenido que cambiar porque la economía no se sostiene. A mí ahora me cobraron en la aduana 440 CUC, y 50 CUC a mi esposa. ¿Sabes cuántos salarios pagan con eso?

Así pueden seguir justificando todos sus gastos ilusos. Pueden gestionar las riquezas como quieran. En un momento deciden que lo que está de moda son los trabajadores sociales y crean un ejército, que no es rentable, pero Cuba tiene más trabajadores sociales que nadie. Y como Estado, Revolución y Fidel son sinónimos, él se lleva el mérito. ¿Sabes de alguna institución en Cuba que no haya sido creada por él? No es posible que una persona piense por todo un país durante cincuenta años.

HT: ¿Qué ves en el futuro de Cuba?

Abraham: Que tiene que apurarse. Pienso que la generación entre los 35 y los cuarenta y tantos años es en este momento la mejor preparada, pero se está desgastando. Está subutilizada. No está evolucionando. Siempre tengo un pensamiento optimista y creo que al país le puede ir bien en el futuro, pero hay que apurarse. Hay que prescindir de una buena parte de los viejos que están dirigiendo.

HT: ¿Y mantendrías un solo partido político como hasta ahora?

Abraham: No. Creo que la situación debe evolucionar a la existencia de más partidos políticos, pero tampoco debemos engañarnos con el pluripartidismo. Un país con veinticuatro partidos robando y calumniándose, no se desarrolla. Debe haber dos, tres, quizás cuatro. Pienso que hay que prescindir de Raúl o de Fidel.

HT: Pero Fidel ya no cuenta.

Abraham: Mucha gente dice que en Cuba no se podrá invertir hasta que él desaparezca. Es  una cuestión psicológica. Es como una figura paterna. El socialismo está basado en la fabricación de íconos para manipular la realidad.

Cuando le doy las gracias a Abraham y pienso dar por concluida la entrevista, me recuerda que no hemos hablado de la cultura.

Abraham: Aquí no hay cultura. Hemos reducido ese concepto a la música y el baile para entretener a la gente. El que piense que el diseño de un celular, de una computadora de una ciudad, no es cultura, está embarcado. Cultura es aprender y poner lo aprendido en función de los otros.

HT: Estás diciendo que no hay cultura en un país donde una entrada para el cine te cuesta dos pesos en moneda nacional (0.10 CUC) y una entrada para el ballet, ahora que hay un festival internacional, veinte pesos en moneda nacional (aproximadamente 0.80 CUC). Todas las personas tienen acceso a la cultura.

Abraham: Aquí la gente tiene acceso a parte de la cultura, a la que el Estado quiere que tengan acceso. ¿Tienes todas tus necesidades cubiertas y además vas al cine y al ballet? ¿Te puedes comprar una computadora, un televisor? ¿Cómo están los muebles de tu casa?

HT: ¿Cuánto cuesta en España ir al cine, al ballet, al teatro?

Abraham: Muy caro. Pero tú aquí en Cuba haces esas cosas a costa de no poder comprarte una computadora, que los muebles estén rotos y no tengas zapatos.

HT: De todas formas no puedo resolver esos problemas con el dinero que me cuesta el ballet y el cine, que es muy poco.

Abraham: Es lo que te decía hace un rato: te mantengo pobre y manipulo la riqueza que te toca.

HT: O sea, soy una pobre culta.

Abraham: Es como el noni. Te lo sobrevaloran y luego te dicen: “no te doy carne, pero te doy noni”. Juguetes para entretener a la gente. Cuando el dinero te alcance para irte a un crucero por el Caribe, veré si vas a preferir el festival de cine. Esas bondades las tienes garantizadas a costa de todo lo que sacrificas.

HT: ¿Sientes que tienes bondades garantizadas en España?

Abraham: Sí, se vive muy bien. La sociedad está diseñada para que el individuo se embrutezca.

HT: ¿Eso no es una contradicción?

Abraham: Para nosotros el embrutecimiento es malo, porque tenemos determinado nivel cultural, pero el 80% de la población se siente bien así. No podemos imponer nuestros presupuestos a los demás. Hay gente a la que no le interesa El lago de los cisnes.  Les da igual que se ahoguen los cines o se seque el lago.  

HT: ¿Ese individuo embrutecido no es más fácil de explotar y enajenar?

Abraham: Desde mi perspectiva, sí. Pero la mayoría se siente bien y tienen derecho a escoger.

HT: Aquí yo escojo ir al cine y al ballet.

Abraham: Crees que escogiste, pero escogieron por ti. Te quitan el acceso a un montón de cosas, pero te dejan esos juguetitos: el cine, el ballet, Tropicana. No son tan malos. Además, es fácil cobrar 0.10 CUC por entrar al cine, cuando no pagas las películas.  ß??

HT: ¿Qué queda de tu sueño de ser escritor?

Abraham: Escribí mucho cuando llegué a España: cuentos y hasta un libro de poemas. Pero allá no es como aquí, donde si no tienes trabajo te pones a escribir y la literatura te sirve como terapia. Allá, tienes que pagar las cuentas, te quitan la casa. Si tienes que renunciar a escribir, renuncias. Pero quiero volver a escribir cuando regrese a España.