Reparar, resolver, dos de los verbos más usados en Cuba

Los reparadores son muy importantes en el día a día de los cubanos.

HAVANA TIMES – A diferencia de una carrera universitaria, que requiere años de estudios, las escuelas de oficios brindan una formación rápida y orientada a las necesidades del mercado laboral. A pesar de que en Cuba hay varias de esas escuelas, la mayoría de los cubanos, para sobrevivir, aprende oficios de forma visual. Orestes Ramos, de 56 años, es un emprendedor que adquirió sus habilidades prácticas observando y ya tiene un amplio dominio de las reparaciones de equipos electrodomésticos.

¿Cómo te adentras en el mundo de las reparaciones?

Todo comenzó cuando vivía en Guanabo. Allí tenía un vecino que reparaba todos los equipos defectuosos: ventiladores, ollas arroceras, lavadoras y radios, entre otros. Decidí un día sentarme al lado del Flaco, como le decían, y allí fui observando cada detalle. Como él vio mi interés, me contrató para que lo ayudara en su trabajo.

¿Tienes facilidad para el aprendizaje de observación?

Bueno, no sabía que se llamaba así también, es lo que hago desde pequeño. Recuerdo que mi madre me decía que eso se llama neuronas espejos y ni le di cabeza a eso. Así aprendí albañilería, plomería, restauración. Hasta por el sonido del equipo defectuoso sé qué dificultad tiene. La necesidad hace que uno vaya perfeccionándose, y además creo que todo el mundo tiene esa capacidad de aprender lo que ve. Así es como empezamos, mirando a nuestros padres.

Radios muy famosos en los años dorados de la época soviética en Cuba.

¿Cuándo decidiste tener tu taller?

No fue fácil. Por un lado me sentía preparado para asumir un taller ya en serio y yo solo, por otro lado siempre había algo que me confundía, que tenía que estudiar, preguntar; al final terminaba dando en el clavo. Cuando conocí a Yaneisy, mi esposa, no pensé que la vida me fuera a cambiar tanto. Ella tenía dos niños pequeños y decidí que tenía que arrancar mi negocito, entonces me fui a vivir para Alamar. En el patio, comencé a construir mi taller.

¿Cómo asumiste la responsabilidad de padre no biológico?

Siempre me han gustado los niños pero jamás pensé en verme como un padre, con tantas carencias en este país uno se cuestiona mucho sobre eso. Son hijos de padres diferentes, que no quisieron asumir la paternidad. La convivencia fue compleja. Había días en que quería salir corriendo, no estaba adaptado a la vorágine de gritos, alboroto y de tanto reguero en la casa. Unos meses después de mudarme, Yaneisy me comentó que estaba embarazada. Y decidimos tener la niña.

En Cuba se hace cada vez más difícil sobrevivir. ¿Pudiste crecerte ante lo que se avecinaba?

Todo fue fluyendo de una manera rápida. Por suerte la canastilla era la misma que se había utilizado anteriormente con los niños y no hubo que invertir en eso. Después mi esposa, cuando la niña se quedaba dormida, salía a buscarme clientes. Algunos decían que iban a venir, otros que ya tenían su reparador. Fueron tiempos muy difíciles de los cuales no quiero acordarme. Muchas veces decidíamos comer solo arroz y dejarles la proteína a los niños.

Un vecino me prestó una chapeadora y podía ganarme un dinerito cortando hierba. Otro me contrató como ayudante de albañil, después trabajé de estibador en el mercado bajando los sacos de arroz, hasta que comenzaron a llegar los clientes a la casa con ventiladores, lavadoras, radios, ollas arroceras.

Un ventilador Orbita de las ’80s todavía en uso.

¿Cuánto cobras y cómo consigues las piezas de repuesto?

Le aseguro que soy el mecánico mas barato de la zona. Quizás por eso vienen a verme. Por los ventiladores cobro 300 pesos, aun cuando me pase el día buscando soluciones para echarlo a andar. Por las lavadoras 500 pesos, son las más difíciles; y por las ollas arroceras y los radios siempre le digo a los clientes que me den lo que quieran. También hago trabajos a domicilio, no es fácil trasladar una lavadora o un Split. Nunca he comprado piezas de repuesto. Trato de reparar las que tienen defectos y que muchas veces los mismos clientes me regalan, inclusive algunas me las he encontrado en la calle y quedan como nuevas.

Un amigo que trabaja en el policlínico me trae los catéteres venosos desechados y los uso como aislantes, el teflón cada día está más caro. Aquí me han traído ventiladores Órbita, de cuando los rusos nos mandaban de todo, y salen como acabados de comprar, ventiladores con motores de las lavadoras Aurika (aquellas lavadoras también de la época de los 80) que echan más aire que los modernos; y hasta radios VEF 206, que son casi reliquias. Todo se aprovecha. Aquí no es por el medio ambiente ni por evitar el consumismo, no, es porque no hay más remedio que reparar lo que tenemos. Cuando hay que enrollar un motor quemado envío al cliente a la casa de un colega y allí resuelven.

¿Piensas que has adquirido destreza en los años que has estado trabajado independiente?

No me queda de otra. El irme superando se lo debo a mi esposa, por ella es que soy un innovador. De verdad que la admiro, ella confía mucho en mí y eso te da fuerzas. Y además no sé como puede ocuparse de atender a los niños y de cocinar a la vez, también limpiar, recoger la casa y lavar la ropa. Cuando no tengo clientes o trabajos pendientes, yo también hago las cosas cotidianas del hogar. Casi nadie valora el trabajo de las amas de casa, pero en realidad somos un equipo, cada uno hace algo necesario.

¿El dinero que recibes de tu trabajo te alcanza para vivir?

Muchas veces nos la vemos apretada. No vivimos en abundancia, tratamos de tener lo indispensable. Ahora con el comienzo de las clases hubo que comprar  zapatos nuevos para los dos niños. Las mochilas pueden aguantar hasta el curso que viene. Todo es cuestión de planificarse y de pensar en ellos, que son los que están creciendo. El dinero que entra se emplea casi todo en la comida. Hace unos meses tuve que invertir en un móvil, porque es una forma de comunicarme con los clientes.

La gente aprovecha las reparaciones para extender la vida útil de sus aparatos.

¿Cuáles son los meses más beneficiosos económicamente?

El verano, por el uso mantenido de aires acondicionados y sobre todo ventiladores;  todos los días arreglo más de cinco. Es una etapa de mucha ganancia. Es como los zapateros, que cuando llueve en mayo los zapatos se despegan. No todo el mundo puede comprarse un ventilador, una lavadora y un Split. Son demasiado caros.

Si te dieran la oportunidad de estudiar ¿qué escogerías?

Bueno, pudiera decirte muchas carreras. A todos nos gusta tener cultura, superarnos, andar bonitos, limpios, olorosos. En mi caso siempre tengo las uñas llenas de grasa, con la ropa sudada, me paso el día entero trabajando.

Siempre quise ser piloto; igual ahora mismo me gustaría trabajar en un hotel, de portero, o ser guía de turismo, porque esos empleos traen más dinerito. Cuando veo a un hombre en la calle vestido elegante me da admiración. ¿Cómo me vería vestido así?

Me gustaría irme con mi familia a un hotel, invitarlos a una comida sin tener que limitarnos, me encantaría hacer el amor con mi esposa en una habitación con todas las condiciones creadas sin temor a que mis hijos se despierten. Enfrento mi realidad con decencia. Mi familia depende de mí y trabajar para ellos, darles lo necesario, me reconforta.

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