Periodista cubano: “Sin libertad no se puede crear nada”

Entrevista a Jorge Enrique Rodríguez

Jorge Enrique Rodríguez / Facebook

Por Javier Moreno

HAVANA TIMES – Jorge Rodriguez, 49, es escritor, Promotor Cultural e Instructor de Arte. Fue miembro de la Asociación Hermanos Saiz, una asociación gubernamental que reúne a jóvenes artistas y escritores hasta 35 años de edad, desde 1996 hasta 2012, dónde fue directivo. Actualmente reside en Cuba siendo acosado por ser periodista independiente y por ser un activista por los Derechos Humanos y el Arte libre. 

Sé que fuiste directivo en la Asociación Hermanos Saíz hace unos años, ¿cómo resultó el trabajo en una institución como esa?

Siempre debo decir, en honor a la verdad, que mi paso por la AHS marcó un antes y un después en mi vida cultural. El resultado de mi trabajo allí está quizá borrado tras mi mutación al periodismo independiente y la oposición. Por ejemplo, mi columna de reseñas literarias, “Deshojeando el Calendario” y todo el trabajo de la revista “Esquife” son como si jamás hubiesen existido. Creo que tampoco debe estar registrado mi premio Palma Digital 2010. No obstante, recuerdo con mucho cariño mi paso por esta institución por casi veinte años, desde jefe de la sección de Literatura, presidente de la sede habanera, hasta jefe de despacho del presidente nacional y especialista nacional de Literatura. 

¿A qué retos se enfrenta un activista cultural y social en la Cuba de hoy?

Nada de retos. Solo interrogatorios, hostigamientos, persecución. Para muchos cárcel y destierros. Esas son las consecuencias para cualquiera que asuma ser activista, artista o periodista independiente. Desde mi punto de vista, más que un reto, asumir estas posturas representan un desafío al régimen cubano, y se paga carísimo ese camino.

¿Qué relevancia ves en lo ocurrido el 11 de Julio del 2021?

El 11J, para mí, fue una llama que se encendió en Cuba y que jamás podrá ser apagada. Fue el primer día en que Cuba fue libre luego de 1959 y muchísimos cubanos están pagando con cárcel ese atisbo de libertad. No se trata de ser optimista ni pesimista, sino de ser consecuente con la historia y la memoria. El 11J puso de rodillas a un régimen que durante seis décadas se creyó intocable. Y el pueblo puso los puntos sobre las íes. Guardo ese día con honor, y con el orgullo de haber estado aquí en la isla y vivir ese domingo como ningún otro en mi vida.

Tu identificación como opositor ¿qué efecto ha tenido en tu vida familiar y personal?

Aunque mi postura como opositor y periodista independiente fue pública desde el inicio mismo, a mediados de 2014, no sería hasta el 18 de febrero de 2018 que la policía política comenzaría su saga de persecución y hostigamiento contra mí persona. Ese comienzo fue negarme la salida al extranjero para impedirme mi participación en la Cumbre de las Américas, que tuvo su sede en Perú.  Yo había participado en la edición anterior, celebrada en 2015 en Ciudad de Panamá. Nunca me importó, ni me importan, las represalias contra mí, porque es consecuencia de mi actitud. Eso lo tuve claro desde que decidí tomar los senderos de libertad y romper mis grilletes.

Toda mi familia me apoya incondicionalmente y saben a los riesgos que estoy expuesto. Mi familia, que además incluye a todas mis amistades, jamás me ha dado la espalda. Ni uno solo de ellos se ha distanciado, al contrario, desde 2014 se han unido más a mi persona y me lo demuestran diariamente. Soy, según todos, su orgullo. Eso me permite levantarme todos los días con sus bendiciones y me da fuerzas para continuar.

Una cosa importante es que ningún familiar o amistad ha sufrido el acoso por mi postura como en otros casos de colegas. Porque desde el inicio del hostigamiento, en 2018, dejé claro a la policía política que: conmigo todo, con los míos es harina de otro costal y entonces la guerra sería bien distinta.

Hasta ahora han respetado eso, y el día en que así no sea, la comparsa tendrá otro ritmo. A buen entendedor…

¿Cómo enfrentas el proceso creativo bajo la cotidianidad en Cuba?

Hacer poesía en Cuba es doloroso. El tiempo es un látigo, un verdugo despiadado. No espera por nadie, y mi trabajo como periodista de Diario de Cuba me consume mucho más tiempo del que necesito para sentarme con sosiego a crear poesía. También mi actitud de vida como opositor devora mi tiempo. Entonces solo me quedan esos rasguños de tiempo donde intento dar luz a una poesía que cada vez se me vuelve necesaria pero machacona al mismo tiempo, porque mi poesía, la mía, no puede ser ajena a mi realidad.

¿Has sido arrestado por la policía política? Compártenos tu experiencia.

Ya he perdido la cuenta, la verdad. Bueno, de hecho, no llevo esa cuenta, pero si las organizaciones que se encargan de llevar los registros de denuncias. Recuerdo que en enero me enteré de que fui de los periodistas independientes más acosado en 2022, creo que la cifra de interrogatorios era impresionante.

En una ocasión estuve siete días en el centro de procesamiento (VIVAC), por filmar un altercado entre jóvenes y policías en el barrio donde resido (Los Sitios). Pero esa fue la justificación, pues la causa real fue mi campaña por el asesinato de un joven negro en Guanabacoa, a manos de un policía. No me llevaron a juicio porque la campaña por mi liberación fue inmensa.  Cuando me liberaron y vi las dimensiones de dicha campaña tuve que llorar.  Lloré muchísimo.

Nunca podré pagar esa deuda; tengo ese recuerdo lindo tatuado en el alma misma.

La intensidad y cantidad de arrestos e interrogatorios guarda relación con los temas que con más frecuencia abordo desde el periodismo independiente: violencia de género, abusos sexuales contra menores, marginalidad, racismo, consumo de alcohol y drogas en adolescentes y jóvenes,  feminicidio. En menor medida, educación y vivienda.

En dos ocasiones fui invitado a dar conferencias sobre el feminicidio, y en ambas ocasiones no me permitieron llegar a los lugares.  En una ocasión fui arrestado para impedirme cubrir el juicio contra seis individuos que agredieron sexualmente a una menor de trece años.

No es difícil concluir que al régimen cubano no le importan ni los niños ni las mujeres, entre muchísimas otras cosas.

Planes futuros

Antes que nada, lograr la libertad de Cuba. Sin libertades no hay creación posible, ni vida posible. Mi único futuro, donde me veo, es permanecer en la isla bajo la maldita circunstancia del agua por todas partes.

Lea más desde Cuba aquí en Havana Times