Organizaciones del exilio cubano enfrentan un momento crucial

Conversación con la Dra. Silvia Pedraza, nueva presidenta de ASCE

Silvia Pedraza. Foto de archivo: global.umich.edu

Vicente Morín Aguado

HAVANA TIMES — La Asociación para el Estudio de la Economía de Cuba (ASCE) acaba de renovar su presidencia bianual. Finalizadas las sesiones de la Conferencia 2018, conversamos con la profesora de la Universidad de Michigan, Silvia Pedraza, nueva presidenta de la institución fundada en Estados Unidos hace 28 años.

HT: Usted ha dedicado un buen espacio profesional a los temas migratorios, siendo cubana de nacimiento, enfatiza que no solo ASCE, en general las instituciones fundadas fuera de su país por sus compatriotas, al cabo de 60 años se encuentran en un momento crucial, ¿Por qué?

SP: El paso de tanto tiempo significa que han llegado nuevas generaciones de cubanos-americanos que son más estadounidenses que cubanos, ya que no crecieron ni vivieron en la Isla.  Por lo tanto, no llevan a Cuba en su corazón y no se identifican profundamente con ella. Eso amenaza la existencia misma de ASCE y de otras muchas instituciones de similares orígenes.

HT: Usted escribió en su informe al asumir la presidencia que se trata de un fenómeno típico de las migraciones.

SP: Tenemos dos conceptos básicos: uno expuesto en los años “50” por Oscar Handlin, sobre LOS DESARRAIGADOS, quien enfatiza que los inmigrantes sufren mucho al perder su país, su familia, su cultura, su historia, y viven enajenados y con una profunda nostalgia.  El otro es el libro de John Bodnar, de los “80” sobre LOS TRANSPLANTADOS, enfatizando que los inmigrantes vuelven a echar raíces al fundar instituciones híbridas a través de las cuales defienden su cultura.  Esas instituciones son una mezcla de la cultural natal y la nueva en la que renacen: periódicos, iglesias, negocios, librerías, escuelas, organizaciones profesionales…  En este momento es palpable que van despareciendo.

HT: Ahora asistimos a un nuevo episodio de esta larga historia, el movimiento migratorio parece detenerse. Se dice derogada la Ley de Ajuste Cubano.

 SP: La normativa del presidente Johnson de 1966 no ha sido abolida, en ASCE tuvimos una sesión muy interesante para la cual invité a abogados de tres bufetes especializados en el marco jurídico sobre la inmigración (Wilfredo O. Allen, Juliana Lamardo, y Marisa Casablanca). Lo que ahora no se puede es entrar de forma ilegal y aplicar para la residencia, pues la regla de “pies secos, pies mojados” que regía a la inmigración cubana después de la crisis de los balseros en el verano de 1994 sí ha sido abolida. 

HT: Aunque no se ha comentado explícitamente, suele ser así en política, en el caso Cuba, la decisión de Obama tuvo motivaciones políticas.

 SP: Sin precisarlo textualmente, recuerdo a Obama decir: cuando una gente no está segura con el sistema interno de su país no debería irse, debe quedarse y tratar de cambiar la realidad que le rodea. Pero los cubanos están desesperados, se trata de una situación prolongada en el tiempo, y no hay uno que al menos no tenga un alma, un familiar en esta parte del estrecho de la Florida, está el sueño americano, todo se junta para querer venir.

Foto ASCE Panel sobre Sociedad Civil

HT: Un detalle, no por serlo menos importante, contrario a lo sucedido décadas atrás, los opositores de hoy viajan, pero no se quedan, vuelven a su país.

SP: Es cierto. Su compromiso con Cuba y el esfuerzo de cambiarla desde adentro es admirable.

HT: Insisto, para quienes intentan fomentar, agrupar y movilizar a sus compatriotas en torno a un pensamiento independiente, la mayoría que “escapa” es contraproducente.

SP: El punto crítico es aquí y allá, aunque con explicaciones diferentes. Algunos curas católicos me han comentado que después de varios años aglutinando una comunidad distinta, con pensamiento propio, de pronto se les van, y entonces ¡a empezar de nuevo!

HT: Vuelvo a su ASCE querida. Canta Pablo Milanés, “el tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos.” ¿Cómo enfrentar el problema?

SP: Hice ayer mis propuestas: apostar por la juventud, ampliar las bases de participación, las disciplinas universitarias de los futuros invitados y países donde viven, aunque claro, el centro siempre es y será Cuba. Cada uno de nosotros, en Estados Unidos, puede tratar de traer un nuevo miembro para el próximo año a la reunión. Si hacemos eso doblaremos el número de personas que estuvieron aquí.

HT: En nuestro país tales invitaciones son mal vistas por las autoridades universitarias, políticas a la vez, pues todo el sistema está politizado. Hay presiones reales y barreras ideológicas preconcebidas.

SP: No es un reto nuevo, pero ya muchos intelectuales y académicos cubanos sí vienen y exponen sus ideas, sus trabajos de investigación.  Nunca ha habido una impertinencia o falta de respeto. Recuerdo que hace algunos años alguien de posición oficialista en la Isla dijo que no aceptaban nuestro llamado invitación porque invitábamos a los otros, a los disidentes.  Nosotros contestamos que invitamos a todos, de todas las orientaciones, a compartir e intercambiar con todos y para el bien de todos. No hay que explicar de quién viene esa frase, ¿no?

HT: ¿Cómo pueden conservar la independencia?

SP: Te confieso, es fácil con solo una solicitud escrita recibir apoyo del Departamento de Estado, de agencias gubernamentales, pero preferimos autofinanciarnos, por eso andamos con fondos escasos. Por eso también podemos responderle a cualquier invitado que es bienvenido sin discriminación alguna, eso sí, la agenda no la puede definir ni el Gobierno de La Habana ni sus opositores, la agenda la pone ASCE.

 

Vicente Morín Aguado: [email protected]