Mexico: La lucha social contra la inseguridad

Por Armando Chaguaceda

Mapa de México. foto: lonelyplanet.com

HAVANA TIMES, 7 agosto — Cada semana las agencias que reflejan el acontecer en México nos hablan de las decenas de muertos provocadas por violentos enfrentamientos entre diversas bandas criminales y de estas con agentes policiacos y militares, así como de víctimas civiles del asesinato, el secuestro o el fuego cruzado de los choques armados.

A continuación  compartimos las valoraciones de Celia Álvarez, activista y profesora de la Universidad Veracruzana y el actor y luchador social Damián Alcázar, protagonista de filmes memorables como “La ley de Herodes” y “El infierno.”

HT: Con frecuencia se señalan factores socioeconómicos (pobreza, desigualdad, desempleo masivo) como causas de la persistente inseguridad y criminalidad que sufren los países de nuestro continente.  Sin embargo es conocido que sociedades con similares características pueden vivir situaciones diferentes en cuanto a los niveles de violencia. 

¿Cuáles serían, a su juicio, los elementos estructurales que reproducen en México la actual ola de violencia?

Celia Álvarez: Anabel Hernández expone en su libro “Los señores del narco” (cuya lectura recomiendo para este trabajo de tesis y a raíz de cuya publicación, por cierto, la autora está amenazada de muerte por el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna) que fueron los propios funcionarios públicos de alto nivel quienes impulsaron el narcotráfico  en nuestro país y generaron el caos al venderles las mismas “plazas” (o áreas donde pueden cometer sus fechorías) a varios grupos rivales.

Celia Álvarez. Foto: uv-mx

Ahí se desató la violencia, por la disputa de los territorios.  Felipe Calderon sacó al Ejército a las calles, por el mero afán de legitimar su gobierno, producto de un fraude electoral, sin medirlas consecuencias que tendría sacudir ese avispero.  Y así llegamos al estado actual de barbarie.  El punto es: ¿de dónde salieron todos esos narcos, toda esa gente que hoy milita en las filas del crimen organizado?

Son el producto de la injusticia social, la pobreza, la miseria, el sufrimiento popular de años y décadas, gente a la que no se le deja otra opción que delinquir y, además, a la que se le facilitan las cosas para hacerlo.  Es la diferencia que veo entre México y otros países, esa combinación fatal de injusticia social y corrupción, que abarca a los empresarios que lavan dinero del narcotráfico y a los banqueros que lo custodian.

Porque los señores del narco no sólo son los capos,  sus sicarios y halcones, sino también las autoridades, los dueños de empresa que invierten el dinero sucio y la gente de la Banca que se beneficia de los réditos.  Todos los que están coludidos son responsables.

Damián Alcázar: Es muy claro que esos factores: pobreza, desigualdad, injusticia, desempleo y pésimos salarios, son el caldo de cultivo de la violencia.  En casos como el de México, tenemos que sumarle otros factores que tienen que ver con el desgaste de lo poco que la postrevolución consiguió dar a los ciudadanos más vulnerables: la educación, el servicio de salud, el sindicalismo, el agrarismo, y políticos que a pesar de que siempre ha imperado la corrupción, tenían una fuerza nacida del nacionalismo que se perdió por cerrarse y velar más por los intereses del partido; y luego, de todos los demás partidos que llegaron y empezó la rebatinga de grandes sumas de dinero que pierde el pueblo.

Pierde el pueblo porque en todo lo social baja el presupuesto cada año, pero nunca los políticos, los funcionarios y jueces.  Eso también ha condicionado el que la corrupción sea ya institucional.  Todos los políticos, salvo honrosas excepciones, se saben tramposos.  La corrupción es el venero por donde el narco ha venido creciendo y tomando tanta vitalidad.

HT: El presidente Felipe Calderon, inmediatamente después de asumir la Presidencia, declaró la guerra abierta al narco.   ¿Qué razones le llevaron a privilegiar esta estrategia dentro de su agenda política para todo el sexenio?

Celia Álvarez: Como lo anoté antes, Felipe Calderon asumió el poder envuelto en un halo de sospecha, porque la ciudadanía era consciente de que se había realizado un fraude electoral.  Entonces decidió legitimar su mandato mediante la incursión del Ejército en las calles, arropado por el manto del Imperio colonialista.  La guerra que se desató es hoy tan cruenta como ni ellos mismos lo pudieron vislumbrar al tomar esa decisión, por cierto unilateral, porque al pueblo no le fue consultado su parecer, cual debería haber ocurrido, en un país democrático.  Calderon declaró una guerra que los mexicanos nunca desearon, y que no habrían aprobado de haber sido consultados al respecto.  Las consecuencias, lamentablemente, las paga el pueblo, que es el que pone los muertos.

Damián Alcazar. Foto: revistacinefagia.com

Damián Alcázar: La estrategia de Calderon no era exactamente acabar con el narco, era validarse frente a la sociedad con el respaldo del Ejército.  Cualquier persona con tres dedos de frente sabe que para acabar con el narco se requiere acabar con su infraestructura económica; y ahí es donde mucha gente, amparándose en la “ legalidad .” tiene y hace buenos negocios.  Sumémosle la corrupción imperante, y veremos que muchas riquezas personales y de grupo, e incluso muchas carreras políticas, han sido promovidas por el narco.

HT: La amplia presencia del Ejército y la Marina asumiendo, en las calles, tareas de seguridad interna es lo que ha llevado a muchos a hablar de la “militarización de México.” ¿Este fenómeno es realmente efectivo para detener el crimen organizado? ¿En qué medida afecta la democracia? ¿Cuáles deben ser los límites de su injerencia y temporalidad? 

Celia Álvarez: Como es visible y palpable, el incremento del número de elementos del Ejército y la Marina en las calles no solamente no ha controlado el problema, sino que la escalada de violencia alcanza cada día cotos más elevados.  Creo que en un país democrático el Ejército no debe estar en las calles, mucho menos en las circunstancias actuales, en que los propios militares vulneran la integridad de los civiles, violan, torturan, asesinan a inocentes con la excusa de “limpiar” el país…

Mientras no se corte de raíz el mal, esto es, mientras no se legalicen las drogas, por una parte, y por otra se investigue a los empresarios que lavan el dinero del narco y a los banqueros que lo resguardan, mientras no se extirpe el cáncer de la corrupción que abarca a funcionarios públicos de todos los niveles, policías y militares coludidos con el hampa, no se solucionará el problema.

Después, falta ver qué ocurrirá con los miles de jóvenes que han sido contratados como sicarios, con las miles de personas que durante estos años han pasado a engrosar las filas de los cárteles, por pobreza y falta de empleo, por desesperación o falta de conciencia.  Es el otro problema a resolver: en un país donde no hay empleos suficientes y los que existen son indignos, porque los salarios son una miseria, no se logrará evitar ni la emigración masiva ni la incorporación de gente a las huestes de la delincuencia.

Damián Alcázar: La militarización de un país, siempre da paso al endurecimiento de las reglas impuestas por el Estado a los ciudadanos; el Ejército no está capacitado para el trato con la ciudadanía;  ellos no defienden a los ciudadanos, y no saben del respeto a los derechos humanos.  Son personas preparadas para la guerra y la destrucción, y para obedecer las órdenes de sus superiores, y para eso son usados.  La ayuda que ellos dan en los casos de desastres naturales es, sí, muy importante, pero es mínima.  Utilizar al Ejército y la Marina, son los pasos previos para el total control del poder.

HT: El poeta Javier Sicilia ha encabezado un movimiento nacional contra la guerra de Calderon.  Sin embargo han existido discrepancias de Sicilia y otros actores del movimiento respecto a una exigencia formulada el pasado 10 de junio en Cd.  Juárez: “Fin inmediato de la estrategia de guerra, desmilitarización de la policía y  regreso del ejército a los cuarteles.” Entre semejantes planteos radicales y las apuestas gradualistas y de concertación ¿cuál debe ser la apuesta esencial de la sociedad civil mexicana para parar esta guerra que ya ha costado la vida a 40 mil ciudadanos?

Celia Álvarez Las cifras se han elevado y actualmente son más de 50 mil muertos los que ha dejado esta guerra devastadora.  Javier Sicilia hizo lo que pudo: espontáneamente lo dejó todo a un lado, cargando con el dolor de haber perdido a un hijo de la manera más terrible, y se lanzó a exigir justicia y paz.  Que después se haya politizado el movimiento, que el encuentro con el presidente no haya servido para nada porque fue una sucesión de monólogos, todo eso no es su culpa: no está en sus manos arreglar el país.

Sicilia hizo bastante al dar a conocer al mundo la verdad, lejos de las versiones oficiales, sobre lo que está ocurriendo en México.  Otros tendrán que continuar la acción, no se puede cargar sobre la espalda de un solo hombre, que además es poeta, no político ni demagogo, todo el peso de la tragedia nacional.

¿Qué se debe hacer? Lo primordial es que la conciencia colectiva despierte, que la ciudadanía sea consciente de lo que está ocurriendo, que circule información veraz (no la información tergiversada y maquillada que emiten los medios vendidos) y la ciudadanía conozca la raíz del problema.

A continuación, que el pueblo se una para exigir los cambios que el país necesita: un gobierno honesto y eficiente, que genere empleos, fomente la educación de calidad y equitativa para acabar con la desigualdad y la injusticia social, atención médica gratuita y eficaz para todos los mexicanos, vivienda digna, un campo productivo, programas de desarrollo en todas las áreas, encaminados a que el país prospere y se logre repartir la riqueza de manera equitativa.

Veo a los jóvenes muy activos en las redes sociales, luchando por un cambio, siguiendo la estela que va dejando el fantasma de la revolución que recorre el mundo, desde el norte de África, el Medio Oriente y Europa hasta algunos países de América, como Chile y Argentina, donde la gente ya se está organizando.  Creo que lo que viene es una revolución global que incendiará también los ánimos de los mexicanos.

Vivimos en un planeta convulso que ansía, como nunca antes, liberarse de las cadenas de esta moderna esclavitud que es el capitalismo y su hijo predilecto, el consumismo voraz.  Cuando muera el reinado del egoísmo, del individualismo, y nos rijamos por un sistema que tienda a lo comunitario, al bien colectivo, a partir de los dictados del amor universal, sólo entonces empezaremos a conocer lo que es la paz.

Damián Alcázar: La participación en la vida democrática no es precisamente el distintivo de los mexicanos, y sobra decir que no lo será.  La ignorancia, la desmoralización y el empobrecimiento del grueso de la población mexicana, no le permite participar activamente en los procesos sociales; incluso, cualquier intento de participación es inmediatamente controlado por el Estado.

Baste recordar cómo, durante el sismo del 85, al ver que la gente se hacía cargo de organizar la estrategia de salvamento, el gobierno sacó al Ejército a tomar el control de las acciones y los ciudadanos fueron forzados, incluso de manera violenta, a no participar más en las acciones de rescate.

Otra de las estrategias del Estado para maniatar a la sociedad en esos trascendentales momentos de cambios sociales e históricos, es apostar al cansancio y al desgaste de la gente.  Lo único que puede hacer la sociedad mexicana es manifestarse, e intentar organizarse una y otra vez.

Pero, en mi opinión, todo intento de cambio surgido de la sociedad misma será sólo un intento, abortado por los estrategas del grupo en el poder.  Quisiera ser mucho más optimista respecto al impulso y la incidencia de la ciudadanía en los cambios sociales, pero no lo soy, aunque siempre me vea envuelto en la lucha ciudadana.

 

3 thoughts on “Mexico: La lucha social contra la inseguridad

  • muy buena entrevista! ciertamente a veces se tiene la idea de que los altos niveles de violencia en mexico salen de la nada y porque si. de hecho las noticias de agencias internacionales no profundizan de ninguna forma en el problema y solo se quedan en los numeros y las anecdotas. genial oportunidad para entender los recovecos de la horrible situacion mexicana. abrazos chagua!

  • Muchas gracias por tu elogio, Julito…así es, todo fenómeno de esta naturaleza tiene otros factores estructurales que tributan a su desarrollo…aunque muchos quieran seguir leyéndolos desde las notas rojas y cuando se señalen los elementos de fondo se nos acuse, con razón, de marxistas…abrazos

  • Vaya ocurrencias! Suponemos que recurriste a doctos del tema para entender tus suposiciones, y las de esos mismos personajes entrevistados. Asumen que los roles protagónicos de esta patraña la juegan por un lado el cártel del gobierno federal mexicano-con sus brazos armados:ejército, marina, pfp, casi extintos afi, y no menos importante cártel de sinaloa- y por otra parte el resto de parias que intentan sacar alguna ganancia del hasta hace unos años monopolio de la droga. De igual manera recapitulan hechos en los que las cabezas nunca son visibles pero les dan realce a los jefes de plaza, mandos militares y figuras políticas… estos seres tan lúcidos en su apreciación del tema difícilmente investigarán dónde inicia y dónde acaba el entramado de este negocio multinacional, superpoderoso e infinitamente lucrativo al grado de considerársele una de las principales fuentes de generación de riqueza para estados considerados potencias mundiales. Estos maestros en la materia dan testimonio de lo que raquíticamente se enteran a partir de “medios de deformación” que conforman la estructura de esa farsa y juegan un papel predominante ante la población, lo mismo con el fin de legitimar las acciones de unos como mimetizando los papeles que juegan los principales actores de este negocio de poder. Vaya cosa, nutriendo, iluminando al personal lector de ht., con las explicaciones sesudas por un lado una distinguida seguidora del ex-priísta pejelagarto-con toda la historia de traiciones, ligas con el narco, actitudes antilegaloides e indifinidas contradicciones-; y por otro lado un distinguido miembro del “reconocidísimo gremio artístico-entiéndase farándula”.

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