Medicamentos en Cuba, una realidad que se enfrenta con dolor

Cola en la farmacia.

HAVANA TIMES – Para Mercedes Hernández no hay peor lugar que la farmacia. Antes no, allí resolvía su salbutamol sin tanto problema. Pero ahora, la compra de medicamentos es uno de los grandes dilemas a los que se enfrentan los adultos mayores en Cuba. Es penoso verlos durante horas esperando su turno para comprar una parte de lo que necesitan. Mercedes lleva 72 años padeciendo de asma, y luego debutó con hipertensión y Parkinson. La auxilié en las afueras de la farmacia y la acompañé hasta su casa.

¿Lleva mucho rato en la cola?

Mercedes Hernández: Llegué a las 5:30 de la mañana. Mi hija me despertó. A esa hora se va para el trabajo y no puede faltar, es el único sustento de la casa. Cuando llegué la cola estaba formada. Imagínese la mayoría pasa la noche al sereno para alcanzar los primeros turnos. En ocasiones me agarra la tarde y tengo que irme y regresar al día siguiente, con el riesgo de que se hayan agotado las medicinas que me hacen falta. Son horas bajo el sol, a veces me siento en la acera pero me cuesta trabajo incorporarme, tengo que aguantar los deseos de orinar y al final termino desistiendo. Otras se me inflaman tanto las piernas que  apenas puedo caminar a casa. 

¿Sabe cuál es el día que entran los medicamentos?

Hasta hace un tiempo era los martes pero últimamente llegan sin previo aviso. Los vecinos que viven cerca corren la voz y así nos enteramos. Esos días no puedo evitar el estrés, a penas puedo dormir. En muchas ocasiones se agota el medicamento antes que llegue mi turno. Es muy difícil de entender cómo el Estado no puede garantizar los medicamentos. Antes, cuando encontrabas algún joven en la cola, podías esperar un gesto solidario. En estos momentos los más necesitados somos los ancianos. En mi caso no he encontrado ningún joven en la cola que me tienda su mano, yo creo que hay menos jóvenes en este país y eso es terrible, los jóvenes son el futuro.

¿Por qué vía se conocen los medicamentos en existencia?

La administradora elabora un listado con la cantidad y lo coloca en la puerta de la farmacia. Siempre calculo cuántas personas hay delante, aunque eso no siempre da resultado, hay gente con muchas recetas y eso empeora la situación. También hay otros que se dedican a vender los turnos y otros que la misma administradora les da prioridad porque son sus amigos. Desgraciadamente estamos a las buenas de Dios. Mi hija muchas veces me dice que no haga esas largas colas, pero no quiero que ella siga invirtiendo cada vez más dinero en mis medicamentos.

¿Entonces su hija compra los medicamentos a los vendedores clandestinos?

Si y me duele que tenga que comprarlos a precios tan elevados. Tuve que dejar de trabajar a los 40 años para cuidar a mi madre durante largo tiempo. Como no tenía los años de trabajo, no pude jubilarme. Si tuviera una chequera ayudaría a comprar el  spray de salbutamol que desde el mes de julio no entra en la farmacia y mi hija lo paga a 2000 pesos, el Enalapril a 400 el blíster de diez tabletas, que es importado porque ya en Cuba no se fabrica.

Dicen en los medios informativos que la escasez se debe a la falta de financiamiento y que los componentes hay que adquirirlos en China y Europa, y a eso se le suma el bloqueo y la carencia de combustible para el traslado a los dispensarios. Lo cierto es que hay muchas personas sufriendo, agonizando, muriendo, no estoy hablando de perfumes y ropas, sino de algo que se necesita para sobrevivir.

Tengo una amiga en Pinar del Rio que es asmática y en Facebook escribió que paga el spray de salbutamol al precio que sea y es triste, otra que no tiene Nitroglicerina (que es para el corazón) y como ellas hay muchas personas que piden ayuda de muchas maneras. Me duele ser egoísta, porque hasta en eso nos hemos convertido, lo poco que uno tiene a veces es imposible compartirlo.

Las farmacias están practicamente vacías.

Coménteme sobre la receta médica. Imagino que ese sea otra de las dificultades.

En Cuba ya no funciona nada, todo se ha convertido en una carencia desde que te levantas hasta que pones la cabeza en la almohada. Hablar de algo tan sencillo como una receta para poder ir a comprar a la farmacia y que te vendan el medicamento es un problema. Cuando voy al consultorio o al policlínico los doctores me dicen que no hay papel para imprimir las recetas, es que hasta los certificados médicos están escasos. Pienso que no hay iniciativas, cuántos trabajadores por cuenta propia tienen licencia de impresión, entonces te das cuenta que el bloqueo muchas veces es interno. Y si no tienes ese simple papel no puedes ir a la farmacia. 

¿Usted usa la medicina verde?

Si, es lo único que no está bloqueado, ni hay que pagarlo a altos precios. Gracias a las plantas medicinales podemos curarnos la gripe, los dolores y otros padecimientos. Tengo un libro que cuido como oro sobre las curaciones con hierbas medicinales y le tengo mucha fe. Es una bendición que nuestros ancestros nos enseñaran que la naturaleza tiene todo lo que necesitamos y este es el momento en que le encomendamos nuestra salud. 

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