Le gusta que le digan Fara
Por Miguel Arias Sánchez
HAVANA TIMES – Sí, a ella le gusta que le digan Fara, lo disfruta. Con su pañuelo atado a la cabeza, camina por todo el reparto en busca de lo necesario para comer y vivir. Es un ser sencillo, de frases cortas y mucha sinceridad. Omitimos su nombre real a petición suya, lo llamaremos F.
HT: ¿Eres natural de Regla?
Fara: No nací en Regla, sino en Centro Habana, cerca del parque de la Fraternidad. A los dos años mis padres se mudaron para este pueblo y ya llevo 24 viviendo acá.
HT: ¿Entonces dónde estudiaste?
F: Pasé la educación primaria en la escuela Antonio Maceo, y la secundaria en la calle Aranguren esquina a Adriano.
HT: ¿En qué momento te diste cuenta de que sentías inclinación por el mismo sexo? ¿Fue algo traumático para ti?
R: Desde muy pequeña me gustaba más jugar con las niñas que con los varones. Me llamaba más la atención una muñeca que un carrito o una pistolita. El único hombre en mi casa era mi papá y por las noches mis tías me maquillaban y ponían un pañuelo en la cabeza, jugando decían ¡qué niña más linda! Y a mí me encantaba todo aquello. Las ayudaba a fregar o limpiar, permanecía en la casa con ellas, casi nunca salía a jugar a la calle.
HT: Y cuando llegaste a la escuela…
F: Bueno, ahí sentí mucho rechazo de los varones, se reían, me apartaban; a veces me golpeaban y tenía que ir a la dirección a dar las quejas.
HT: ¿Qué hacían tus padres?
F: Siempre fueron incondicionales conmigo, sobre todo, mi mamá a quien adoro. Estaba al tanto constantemente, asistía a la escuela con regularidad y se preocupaba mucho por mí; por esa parte podía estar tranquila.
HT: ¿En qué trabajas ahora?
F: Soy pantrista de un hospital, el Miguel Enríquez; le llevo la comida a los pacientes y todo lo que necesitan.
HT: ¿Te gusta eso?
F: Me va muy bien, siento que hago algo útil y necesario. Los pacientes me adoran y me dan muestras de cariño, al igual que yo a ellos.
HT: ¿Tus compañeros de trabajo te aceptan?
F: Soy así desde el vientre de mi madre, y no me avergüenzo de ello. Cada persona es libre de ser lo que quiere ser y yo quiero ser así, no quiero ocultarme ni reprimirme. En el hospital hay muchos como yo, trabajando en la limpieza, de camilleros, y nos llevamos muy bien.
HT: ¿Te sientes un hombre gay o una mujer en el cuerpo de un hombre?
F: A ver, te dije que desde pequeña me sentía una niña, fui creciendo y cada vez más deseaba ser mujer; hoy me siento mujer, lo he querido y así me siento.
HT: ¿Quisieras hacerte cambio de sexo?
F: Por supuesto, si pudiera, sin dudas. Esa sería la felicidad completa, aunque eso no existe, existen momentos felices y ese para mí sería uno de ellos.
HT: Seguro estás al tanto del revuelo que ha despertado el artículo 68 en la nueva propuesta de Constitución. De aprobarse y luego legislarse a favor del matrimonio homosexual, ¿te casarías con un hombre?
F: Si me ama y lo amo, y es bueno conmigo, ¿por qué no? No lo pensaría dos veces y sería “hasta que la muerte nos separe”.
HT: Mariela Castro ¿qué significa para ti?
F: Es lo máximo, es nuestra madrina, nos protege, nos ayuda, nos quiere y siempre está al tanto de nuestras inquietudes, problemas y necesidades. Es una mujer excepcional, sin prejuicios y sabe por lo que lucha y lo que quiere. Todas la adoramos.
HT: Entonces, finamente, ¿te sientes realizado?
F: Realizado no, niño, realizada, plenamente.