La ruptura de Rafael Solís: “Terremoto político y moral”

 

Dora María Téllez: Es un “testigo calificado” del colapso de la justicia manejada desde El Carmen

Téllez denuncia involucramiento de oficiales del Ejército en espionaje político: Solís es una “caja de secretos” del orteguismo

 

Por Confidencial 

HAVANA TIMES – La renuncia de Rafael Solís como magistrado de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), tras 21 años en el cargo, y a su militancia en el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), “es un terremoto político y un terremoto moral”, que ha sacudido al orteguismo, responsable de la brutal represión a las protestas cívicas, que ha dejado 325 muertos confirmados, más de 3000 heridos, decenas de desaparecidos, más de 600 presos políticos y 60 000 nicaragüenses en el exilio huyendo de la persecución política, asegura la comandante guerrillera y dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Dora María Téllez.

El ahora ex-magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Solis (2ndo de la derecha) Foto de archivo: Carlos Herrera / Confidencial

En entrevista con el periodista Carlos Fernando Chamorro, en el programa de televisión Esta Semana, Téllez argumentó que la ruptura de Solís con el Estado-Partido que controla la pareja presidencial es un terremoto político porque el otrora magistrado era del estrecho círculo de las personas más allegadas a Daniel Ortega y Rosario Murillo (de quienes fue hasta padrino de bodas), y “caja de secretos” del orteguismo.

Además, Téllez estima que es un terremoto moral, “porque esta salida de Solís confirma lo que la mayor parte del pueblo sabe: que este es un régimen que está agonizando, que está derrotado y que el problema que tenemos los nicaragüenses es que Ortega insiste en mantenerse en el poder a sangre y fuego”.

La emblemática comandante guerrillera, sostiene, sin embargo, que Ortega ya no puede mantenerse en el poder y argumenta como prueba que “aún desde el círculo más íntimo, de sus asesores, de su gente con la que ha trabajado, se le está simplemente diciendo: esto se acabó, es el momento de tomar otro camino, y es el momento también de hacer cambios que le permitan a los nicaragüenses vivir en paz”.

Un “testigo calificado” contra el atropello dictatorial

La carta de Solís es una dura crítica a la forma en la que Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, han manejado la crisis: “Siempre creí que la sensatez y la cordura se podía imponer en ustedes y proceder a una negociación política que permitiera el adelanto de las elecciones y algunos de los otros puntos planteados por la oposición, pero la realidad ha demostrado todo lo contrario”, lamentó Solís.

Un manifestante participa en Managua en un plantón por la conmemoración del inicio de las protestas en Nicaragua. EFE | Jorge Torres | CONFIDENCIAL.

La carta de “renuncia y denuncia” de tres páginas de extensión, fue firmada el ocho de enero, un día después de su ingreso a Costa Rica, a donde habría viajado tras un tratamiento médico en México, desde donde siguió el estallido de la Rebelión de Abril, reprimida brutalmente por el régimen.

Solís asegura que en Nicaragua se ha impuesto “verdaderamente un Estado de terror, con el uso excesivo de fuerzas parapoliciales o aun de la Policía misma con armas de guerra”, una situación que sostiene ha “sembrado el miedo”.

“Ya no existe –denuncia Solís– derecho alguno que se respete, con las consecuencias inevitables de la instalación y la consolidación al menos de una dictadura con caracteres de monarquía absoluta de dos reyes, que ha hecho desaparecer todos los poderes del Estado, dejando al mismo Poder Judicial al que yo pertenezco reducido a su más mínima expresión”.

Para Dora María Téllez, Solís se ha convertido en un “testigo calificado” para demostrar dos argumentos en la lucha contra la dictadura de Ortega y Murillo.

Lo primero, dice, es su “confirmación, desde la más alta cúpula del Poder Judicial, de que el sistema judicial carece completamente de independencia, que está totalmente subordinado a la familia Ortega – Murillo”.

La presidenta de la CSJ, Alba Luz Ramos, en un efusivo saludo a Daniel Ortega, en otro acto partidario. Foto tomada del Poder Judicial

“Es decir, que no es un poder separado, que no existe como un sistema independiente, y esto tiene que ver con el argumento para invocar la Carta Democrática, en el sentido de que la separación de Poderes y la institucionalidad democrática en Nicaragua se perdieron”, detalla Téllez.

El segundo argumento “no menor”, valora, es que su carta afirma que “las sentencias que se han instruido contra las presas y presos políticos, están emanadas de El Carmen, y esto es válido, tanto para el sistema judicial, como para la Fiscalía… es valiosísimo para la anulación absoluta de todos los juicios que se han realizado, y de todas las causas que se están organizando contra ellos, de los que todavía no ha sido judicializados”, sostiene.

Según Téllez, Solís “testifica que hay una liquidación institucional instrumentada desde El Carmen, por la familia Ortega – Murillo, y que en efecto estos (los encarcelados tras la Rebelión de Abril) son presos políticos, para los cuales se han inventado delitos, se han inventado testigos, se han hecho a puerta cerrada, en absoluta ilegalidad y las sentencias les llegan firmadas y escritas desde El Carmen a los jueces”.

Simpatizantes del FSLN participan en una “caminata por la paz”, el 7 de julio, en Managua. EFE | Confidencial

Además, la comandante guerrillera que destacó en operaciones contra la dictadura somocista, como el asalto al Palacio Nacional en 1978, considera que en las filas del orteguismo hay una “desmoralización”.

“Se dan cuenta perfectamente que les han estado mintiendo. Durante más de 48 horas les han estado diciendo que la renuncia (de Solís) era falsa, y como esas mentiras, hay muchas más. Ortega ha mentido sobre los asesinatos, ha mentido sobre el golpe, sobre aludir a una supuesta conspiración extranjera, sobre el papel de la Policía y los paramilitares, a un segmento de sus seguidores y ahora queda completamente al descubierto”, agrega.

Téllez interpreta que “si alguien que está arriba, que conoce todos los secretos, porque Rafael Solís es una caja de secretos, dice que esto se acabó, pues es lógico, para cualquier otra persona que esté en la periferia del Frente Sandinista decir: sí, en efecto se acabó. Y todo lo que Ortega está diciendo son falsedades y ficciones para mantener todavía un mes, dos meses su aparato de poder, y lo mismo va a ocurrir en la cúpula del Gobierno”.

Ejército “cómplice” aún tiene oportunidad

Antes de su carrera judicial, el ahora exmagistrado Rafael Solís combatió a la dictadura somocista en operaciones contra la dictadura somocista, como la lucha de los Barrios Orientales, de Managua, y fue fundador del Ejército Popular Sandinista (EPS).

En su carta, Solís expone que “la realidad es que más allá del número de los muertos tan sentidos por mi persona por el dolor de sus madres y demás familiares que pueden ser más o menos de los 325 señalados y que en su gran mayoría fueron del sector opositor al gobierno y en circunstancias que en algunos casos pueden ser asesinatos según la CIDH y el Grupo Interdisciplinario de Expertos Internacionales (GIEI); incluso más allá de los más de 500 presos considerados políticos por la oposición y en su gran mayoría también por mi persona, siempre creí que la sensatez y la cordura se podía imponer en ustedes y proceder a una negociación política que permitiera el adelanto de las elecciones y algunos de los otros puntos planteados por la oposición pero la realidad ha demostrado todo lo contrario”.

El comandante Daniel Ortega junto al general de Ejército, Julio César Avilés. Foto: Presidencia | Confidencial

Téllez expresa que “quisiera pensar que esto que ha dicho Rafael Solís induzca a la jefatura del Ejército a hacerse un examen de conciencia patriótico”.

“No vamos a hablar aquí en términos morales y religiosos, sino de un examen patriótico, que lleve al mando del Ejército a decir: Sí es cierto, nosotros tenemos responsabilidad en haber permitido la conformación de un ejército paramilitar y tenemos responsabilidad en que el pueblo nicaragüense llegue a una condición de paz, bienestar, oportunidades, democracia, libertad y justicia”, reclama.

Téllez aclara que no está diciendo que el Ejército salga a las calles, sino “que diga no” a diferentes acciones que muestran su complicidad con la dictadura.

“Hay oficiales de la Inteligencia Militar, comprometidos con el espionaje político a personalidades, a organizaciones, y que han estado trabajando para fines de espionaje político para la familia Ortega – Murillo, y comandados por el mando militar. Yo quisiera ver que el alto mando del Ejército retire a esos oficiales que están en esas labores de espionaje, que no están en la Ley, que están prohibidas por la Constitución. Pero quisiera ver, sobre todo, a un mando militar aconsejándole a Ortega, y diciéndole: Mire, esto ya se acabó, termínelo usted antes por las buenas, antes de que Nicaragua empeore su economía, que vaya al desastre la población nicaragüense, siga el sufrimiento de los perseguidos, sigan los exiliados viviendo este calvario, y los presos y las presas políticas, y busquemos justicia”, indica Téllez.

La dirigente del MRS, que ha tenido que optar nuevamente por la clandestinidad, ante el acoso y persecución de una nueva dictadura, asegura que “el alto mando militar tiene una responsabilidad” y espera que “la reflexión que ha hecho Rafael Solís, desde la posición tan compleja que tenía” sirva para que “el Ejército haga una reflexión patriótica, que nos sirva a los nicaragüenses a salir de estas circunstancias, tan complejas y abrir caminos de democracia, libertad y justicia para Nicaragua”.

En Nicaragua no hay vocación de guerra

En su renuncia, Solís también ha advertido el peligro de una guerra civil en Nicaragua.

Téllez admite que “siempre ese es un riesgo en Nicaragua”, pero sostiene que “esta es la primera vez, creo yo, que una amplia mayoría de los nicaragüenses decidimos que esta crisis, este conflicto, se resuelva por la vía de una protesta  cívica”.

“Eso tiene un enorme valor para la vida futura de Nicaragua, pero el riesgo existe y Ortega lo ha estado presionando permanentemente”, lamenta. Además, Téllez indica que la renuncia de Solís revela la falta de voluntad de Ortega para el diálogo.

“La afirmación de Solís, de que Ortega no tiene ni ha tenido voluntad de dialogar es fundamental, sobre todo para aquellos países que en la OEA han estado insistiendo en que hay que dialogar. Bolivia, por ejemplo, el propio México. Los mismos países caribeños que han estado insistiendo en que hay que dialogar, pues, pero que la afirmación de Solís le dice a ellos con toda claridad, que la falta de voluntad del diálogo ha estado justamente del lado del régimen de Daniel Ortega, y esto tiene que acelerar la decisión de la aplicación de la Carta Democrática, con acciones enérgicas para buscar una salida en el más corto plazo”, reclama.

Una pancarta con los nombres de los asesinados, cargada en la marcha del Día de las Madres. Franklin Villavicencio | Confidencial

Téllez asegura que “una guerra necesita dos partes” y considera que “evidentemente aquí ha habido una voluntad decidida, de la inmensa mayoría del pueblo, de no recurrir a las armas, frente a Ortega”.

“Y no porque no hallan armas –afirma–. Aquí en Nicaragua mucha gente tiene armas. Tiene armas legales, armas ilegales, tiene armas viejas, aquí hay buzones de las guerras anteriores. Hay buzones en todos lados. En la montaña hay en todas partes. Ahí no nos vamos a engañar con eso. Todos sabemos eso”. Sin embargo, sostiene que “aquí no hay una guerra, no por la voluntad de Ortega, (porque) Ortega ha desatado una guerra contra los nicaragüenses, sino porque la mayoría de los nicaragüenses no hemos respondido a esa guerra con las armas, y yo creo que esa voluntad tenemos que seguirla cultivando”.

“El riesgo (de guerra civil) existe porque en la medida que la lucha cívica no abre los cauces para la solución nacional, pues hay gente que se desespera, y que dice: no, este solo entiende por la mala, por la vía de los tiros”, alerta.

Para Téllez, no obstante, “tenemos que seguir encausando la lucha por la democracia, la libertad y la justicia, por la vía cívica. Y yo estoy segura que lo vamos a lograr. El régimen de Ortega está completamente en agonía”.

Un allanamiento absurdo, denuncia

A principios de enero, el domicilio de Dora María Téllez, en Ticuantepe, fue allanado por la Policía Nacional, sin una orden judicial ni explicación de la institución hasta esta fecha.

Téllez detalló que su casa había estado bajo asedio paramilitar regular desde finales de agosto y que a mediados de octubre se estableció un mecanismo de asedio permanente, que incluyó el uso de drones, desplazamiento de patrullas, vigilancia y espionaje, hasta concretar el allanamiento ilegal.

 “Llegaron cuatro patrullas de un lado, y varias patrullas de lado de un camino, colindante de mi casa, y procedieron sin orden de ninguna especie, como suelen hacer con cualquier casa aquí”, describió.

Según Téllez, los agentes policiales “revisaron las instalaciones, registraron, interrogaron al personal, amenazaron veladamente a uno de ellos diciéndoles, ‘si aquí encontramos una escopeta vas preso’… en mi casa le dijeron: ‘aquí no hay ninguna escopeta, nunca ha habido’. Y la Policía sabe perfectamente que yo tengo portación de las armas cortas que yo tengo”

“Ellos pueden ver sus archivos, mirar documentos, y ver qué armas tengo. Absolutamente legal. Así que no tienen ningún problema. Los jefes de sector han llegado, confirman, no hay problema. Pero eso se trata de un allanamiento de naturaleza política. Ellos despacharon tres drones, cercaron la casa, y entraron sin orden de allanamiento a registrar”, remarcó.

Téllez, sin embargo, alega que la pareja presidencial no gana nada con los abusos y acciones en su contra ni contra la rebelión cívica que estalló en abril.

“¿Gana algo la familia la familia Ortega? No gana nada. ¿Gana algo la familia Ortega con secuestrar todos los días jóvenes en todo el país? No gana nada. ¿Gana algo con tener en la cárcel a 700 personas? No gana nada.

La familia Ortega – Murillo hizo una ‘Operación Limpieza’, armó una matanzina, ha echado presos a centenares de nicaragüenses, tiene a miles en el exilio, ha liquidado a medios de comunicación, tiene periodistas presos, hostiga y asedia a líderes políticos, a líderes de la oposición, juveniles, a líderes sociales, ha liquidado ONG, ha invadido tierras, y después de nueve meses y medio, la pregunta es: ¿qué ganó la familia Ortega – Murillo?

La respuesta la dio ‘Payo’ Solís. No ganó nada. Perdió todo. Todo está perdido para la familia Ortega Murillo. Incluso está perdiendo hasta su estructura”, sentenció.