La primera modelo negra de Cuba

Por Yusimí Rodríguez, fotos: Irina Echarry

Luz María Collazo Reyes

HAVANA TIMES, 14 de abril — Me habló de ella hace más de tres meses una amiga. “Es la primera modelo negra de Cuba,” me dijo, y durante todo este tiempo la he molestado para que me ayudara a contactar a esta mujer. Se trata de Luz María Collazo Reyes.  Tras los primeros cinco minutos de conversación me doy cuenta de que su trayectoria va mucho más allá de haber sido la primera mujer negra de nuestras pasarelas.  Pero vayamos por partes:

¿Cómo entró al mundo de la moda?

No recuerdo si fue Korda o Rafael de León quién me avisó de que buscaban una modelo en el Salón de Embajadores del Hotel Habana Libre. Allí estaban todas las modelos de El Encanto de antes del Triunfo de la Revolución: Norka Méndez, Adelfa…  No había una sola mujer negra. Recibí las primeras clases de Norma Martínez dos horas antes de salir a pasarela. Yo tenía 21 años.

Esto sucedió en 1964. “Era una época en la que se trataba de integrar al negro a la Revolución y a todas las esferas de la cultura. Antes aquí todo estaba dividido, los parques, los clubes, las playas. Incluso entre negros y mulatos había divisiones. Cuba era posiblemente el país más racista de Latinoamérica,” me cuenta.

Pero Luz María recuerda otros eventos importantes en su vida durante ese año: “Bailé en el rol de Eurídice en Orfeo Antillano, del Maestro Ramiro Guerra; fui solista en la obra Octeto Amoroso, con coreografía de Manuel Irán…”

Y es que Luz María Collazo Reyes fue también solista del Conjunto Nacional de Danza Moderna (Ahora Danza Contemporánea de Cuba), fundado por el Maestro Ramiro Guerra en 1959.

¿Entonces lo que usted quería realmente era ser bailarina?

Lo que yo quería era ser actriz.  Fui al Teatro Nacional por una convocatoria para estudiar Arte Dramático, pero ya había cerrado.

Alguien le habló de la convocatoria para estudiar Danza y regresó al día siguiente para hacer las pruebas.

“Aquella era una época en que había pocos bailarines entrenados y Ramiro Guerra los buscó en la calle, entre la gente común

En 1961, tras meses de esfuerzo en la escuela nocturna de la compañía, Luz María debutó en “Suite Yoruba,” una de las más famosas coreografías de Ramiro Guerra, ganadora de premios internacionales. Actualmente no está en el repertorio de la compañía.

“Pero en 1964 también tuve mi primera portada en la revista Film Soviético…”

Portada de la Revista Films Soviéticos, 1964. Fotograma de la película Soy Cuba.

Y resulta que estoy sentada frente al rostro de los carteles del filme “Soy Cuba,” dirigido por Mikhail Kalatozov, y primera coproducción cubano-soviética. Esta cinta ha sido incluida entre las diez mejores de la historia del cine, después de haber permanecido engavetada durante décadas, gracias a que los directores norteamericanos Francis Ford Coppola y Martin Scorsese la descubrieron en Estados Unidos y quedaron impresionados ante fotografía de Urusheski. Luz María es la protagonista del primer cuento en la película.

¿Cómo obtuvo usted ese papel?

Pues por casualidad. Fue en el 62 o el 63. Yo había ido al Hotel Habana Libre a hacerme un aceite para el pelo. Estaba tomando algo en la cafetería con el tratamiento puesto, cuando se me acercó una mujer con una traductora y me preguntó si quería hacer una película. Le dije que sí, por supuesto. La mujer era la esposa del fotógrafo Urusheski.

Antes de finalizar los sesenta Luz María fue solista en varias coreografías de Ramiro Guerra y otros coreógrafos de la compañía, y participó en su primera gira internacional a cinco países socialistas. Apareció también en la portada y la contraportada de la revista Cuba, donde se le hizo un reportaje como bailarina en la sección La Ninfa Constante. Las fotos fueron del Chino Lope, quien la retrató vestida de Yabbo.

“El tema de la religión era tabú en aquella época, y después que salió la revista, me llamaron del Ministerio de Cultura y me preguntaron si yo era santera y por qué me habían fotografiado así.”

En aquel momento Luz María no tuvo respuesta, no practicaba ninguna religión. Hace muy poco tiempo volvió a encontrarse con el fotógrafo, a quién no había visto en varios años, y él le explicó que la había retratado así como una forma de homenajear a su abuela que sí practicaba la religión Yoruba.

En 1967 fue invitada al 5to Festival de Cine de Moscú y seguidamente viajó a Montreal, Canadá, para la Expo 67. “Era la primera exposición cubana fuera del país. Allí me recibieron con mucha admiración y hasta modelé ropa de diseñadores de otros países.”

El hombre con el bacalao a cuestas. (Korda es quien aparece en la foto modelando junto a Luz María) Foto de Alberto Korda

En 1970 fue profesora de Danza en la Escuela Nocturna del Teatro Nacional y comenzó a trabajar como modelo en exposiciones de moda para el Ministerio de la Industria Ligera. Pero al año siguiente ocurrió uno de los momentos más importantes de su vida como bailarina. La compañía montó Súlkary, con coreografía de Eduardo Rivero, que se convertiría en uno de los clásicos de Danza Contemporánea de Cuba.

“Entré al salón porque habría dos elencos, pero una vez dentro, el coreógrafo Eduardo Rivero dijo que quería solo uno, así es que me tocó observar desde una esquina y desde allí me aprendí toda la coreografía. Una semana antes del estreno una de las bailarinas se enfermó y me tocó sustituirla. La noche del estreno en el Gran Teatro estaba muy nerviosa y no sabía qué hacer, pero la estrené y a partir de ahí marcó mi vida. La bailé por última vez en Kingston, Jamaica, en 1994.”

Para este momento, ya Luz María contaba 50 años. La compañía no baila esta pieza en la actualidad.

Me llama la atención que durante todo este tiempo usted alternó sus trabajos de              modelo y bailarina. ¿Eso no le creó conflictos?

¿Qué no?  Ramiro siempre se molestaba conmigo. Me regañaba porque yo me iba con los fotógrafos y los diseñadores. A la Expo de Praga me fui sin su permiso. Me decía que para qué quería bailar si yo era tan linda. A uno de los productores de Soy Cuba le dijo que no entendía por qué me habían escogido si yo no era actriz.  Pero ahora somos grandes amigos y siento que le debo mucho. El nos estimulaba para que fuéramos a exposiciones, al cine, que leyéramos.

¿Cuál de las dos profesiones prefería usted?

Luz María me responde sin necesidad de pensar mucho, y también con cierta nostalgia: “La danza, la danza siempre me interesó mucho.”

También he observado en un par de fotos que sus movimientos en la pasarela eran a veces más propios de la danza.

Sí. Esa debe ser una de las fotos de la Expo 67. A los artesanos del Fondo de Bienes Culturales les gustaba que nos moviéramos de forma más artística, que hiciéramos cosas de danza, que se salieran del modelaje clásico. Sin embargo, en las pasarelas más profesionales, en La Maisón, por ejemplo, estas cosas eran criticadas por los diseñadores. La verdad es que yo siempre me sentí un poco bailarina-modelo o modelo-bailarina.

Portada Revista Cuba 1966.

Otra coreografía que Luz María recuerda con mucho cariño a lo largo de su carrera como bailarina fue Dúo a Lam, que bailó junto al propio coreógrafo, Eduardo Rivero, y fue un homenaje al pintor cubano Wifredo Lam. Cuando él la vio se emocionó mucho porque nunca se había hecho una danza inspirada en su obra. En la casa de Luz María se encuentra un dibujo que hizo el pintor de su perfil. “Dijo que le recordaba su infancia.” Sin embargo esta obra tampoco está ya en el repertorio de la compañía.

En 1977, viajó a varios países con la compañía y bailó en París, en el Festival Internacional de Danza en el Teatro Champs Elisees y en Saint Etienne. En aquel momento, varios artículos de los periódicos, incluyendo “Le Humanité”, la compararon con la bailarina de principios de siglo Loie Fuller, por su interpretación en Okantomí, coreografía de Eduardo Rivero.

Sin embargo, ¿quieres que te confiese una cosa? – Es mi segunda conversación con ella.

Estamos en la entrada del Teatro Bertolt Brecht; ha terminado de trabajar con el grupo de teatro El Círculo, dónde monta los movimientos que realizan los actores – Yo fui una bailarina sin condiciones; no tenía las grandes extensiones ni la flexibilidad; empecé a los 18 años, con un cuerpo duro. Lo que pasa es que trabajé mucho, trataba de proyectar. Te cuento esto para que sepas que yo nunca me creí la gran cosa, siempre estuve consciente de mis limitaciones.

Me cuenta esto con la mayor humildad, minutos antes de que alguien la salude y la presente a otras personas como una primerísima bailarina de Danza Contemporánea de Cuba. A lo largo de su carrera bailó más de treinta obras, participó con la compañía en varias giras internacionales y festivales, incluyendo el de Ballet de La Habana. En 1978 recibió el Diploma por sus 17 años de trabajo ininterrumpido en la cultura y en 1979 recibió un reconocimiento del destacado músico Sergio Vitier y un Diploma por pertenecer a la Primera Agrupación Danzaria nacida en la Revolución.

Durante estas décadas Luz María Collazo fue también uno de los rostros más fotografiados de nuestro país. Ha sido difícil para la fotógrafa y para mí seleccionar de su archivo las fotos que acompañarán la entrevista, ya que son muchas y todas bellísimas.

Luz María y Eduardo Rivero Interpretando Dúo a Lam, para el pintor Wifredo Lam.

En 1970 posó para posters y folletos de exportaciones para el Ron Habana Club. La firma ganó premios en Rumanía. Su imagen apareció en portadas de discos y de revistas como Bohemia y Mujeres, dónde fue fotografiada por Osvaldo Salas. Este fotógrafo ganó premio con las fotos de ella como la Novia de Orfeo. Luz María fue también modelo del importante fotógrafo cubano Alberto Korda.

En 1980 fue la única modelo cubana en el Intermoda del Campo Socialista (CAME), en Praga. Allí, estilistas de la RDA y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) solicitaron sus servicios como maniquí. En 1983 participó en la Feria Internacional de Turismo de Madrid y luego viajó a otra feria en París, donde desfiló para distintas firmas de modistos, entre ellas Ives Saint Laurent.

En 1992, cuando ya tenía 49 años, participó en la Feria Anual de Padova, en Italia. Allí, Luz María desfiló ropas de diseñadores italianos. Pero lo que más la emocionó fueron dos trajes de novia, incluyendo uno con los colores de la bandera cubana especialmente diseñado para ella, porque en La Maisón, nunca una modelo negra había exhibido un traje de novia, al menos no que recuerden ella y otra modelo entrevistada.

Desde 1987 Luz María integra el Ballet-Performance Mendive, del pintor cubano Manuel Mendive.

Es llamativo que a partir de 1959, la integración de las personas negras a todas las esferas de la cultura fuera un objetivo fundamental de la dirección del país, y sin embargo a la altura de los noventa, nunca una mujer negra haya desfilado un traje de novia en la casa de modas más importante de Cuba.

¿Qué piensa del trabajo de las modelos actualmente?

Creo que antes la modelo era más inalcanzable, tenía más clase. Ese paso agresivo que tienen en la pasarela no me entusiasma mucho.

Usted ha hecho también incursiones como coreógrafa…

En el 95 dejé de bailar y me convertí en ensayadora de Danza Contemporánea. También imparto clases en los Cubadanza. Monté mi primera coreografía en el 96, titulada “Enjambre.” Pero solo se puso tres veces en el García Lorca y se engavetó, nunca nadie me explicó por qué. Tampoco recibí mucha ayuda. Después empecé a montar “Las Concubinas de Changó,” pero no aparecieron cosas que yo necesitaba, la escenografía no podía ser como yo quería, ocurrieron cosas que me disgustaron y no la terminé. Tal vez no luché lo suficiente… Mi época como bailarina fue diferente a la de ahora, se bailaba de otra forma, más con el alma. Lo que veo ahora me entusiasma mucho, pero siento que no lo domino.

Padova, 1992. Luz María exhibe traje de novia diseñado para ella con colores de la bandera cubana.

Sin embargo, en el año 2000 montó la coreografía para una obra de teatro que se llamó “Bailando con Elvis.”  También durante este año organizó una exposición de modas en Saint Etienne, Francia, con diseños de Mercy Nodarse. “Pero sólo había muchachas y había que exhibir una ropa masculina, así es que me la puse  y salí con un bastón incluso. Me parecía a Benny Moré.”

Este desfile obtuvo un premio por sus valores coreográficos y los diseños.

Luz María ha impartido varios cursos de danza y bailes populares en Cuba y el extranjero. Desde 1998 imparte clases de Danza Moderna en el grupo de Teatro Buendía y actualmente colabora con el grupo El Círculo.

Me dijo usted por teléfono que disfruta mucho el trabajo con los actores…

Sí. Es un trabajo que me obliga a estar muy vinculada a la obra que están montando. Los actores a veces se entusiasman mucho con un movimiento que les marco, pero al día siguiente a lo mejor no lo recuerdan o lo cambian. Debo tener mucha paciencia. Yo no les monto una danza moderna, sino movimientos que tienen que ver con la danza.

Su esposo, presente durante la entrevista, agrega lo que ella no me dice, tal vez por modestia:

“Yo creo que ella amplía las posibilidades de los actores para utilizar el cuerpo.”

Luz María marcando un movimiento de los actores en el grupo de teatro El Círculo.

Apenas he logrado reflejar una parte de la carrera de Luz María Collazo como modelo y bailarina.  De sus incursiones en el teatro solo mencionaré Yerma y La canción de Rachel, dirigidas por Roberto Blanco, y La piedra de Elliot, con la compañía Rita Montaner.  Luz María Collazo es además Maitre de Danza y miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Ha sido difícil discriminar información por la falta de espacio.

La noche del 6 de enero del 2010, tuvo lugar en la casa de modas La Maisón un desfile en el que participaron muchas modelos retiradas, de diferentes generaciones. Luz María Collazo era una de las modelos que tomaría parte en el evento, pero decidió no hacerlo y observar desde el público.

Al final del desfile, los animadores mencionaron a un grupo de modelos que trabajaron en La Maisón. No pronunciaron el nombre de Luz María Collazo. Resulta difícil saber si por falta de organización o por simple desconocimiento.

El público se marchó sin saber que entre ellos estaba la que puede considerarse la primera modelo negra de Cuba, el rostro del filme Soy Cuba, solista además de Danza Contemporánea, que fue fundadora de La Maisón, e incluso regisseur de las modelos. Por eso es necesario que refresquemos la memoria cada cierto tiempo, para que el trabajo de los que nos precedieron no caiga en el olvido.

4 thoughts on “La primera modelo negra de Cuba

  • QUISIERA SER MODELO Y SER LA MAS SEXY DEL AÑO ESE A SIDO MI SUEÑO SIEMPE DESDE PEQUEÑITA Y ESPERO CUMPLIRLO ALGUNDIA SOY CUBANA Y VIVO EN ESPAÑA POR AHORA ES TODO LO QUE TENGO Q DECIR BYE

  • wow luz maria collazo es mi abuela estoy muy contenta en encontrar este articulo que habla de ella

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