La decisión de emigrar

Por Osmel Almaguer

Summer in Havana

Yaneisy Rojas Durán (21 años).  Graduada de Técnico Medio en Bibliotecología.  Labora como Bibliotecaria en una de las instituciones del Ministerio de Cultura.  Vive en el municipio Playa, junto a su padre y su hermano. Su hermana vive en Italia desde hace algunos años.  Su madre se marchó a vivir allá desde hace poco.  Su mayor hobby es escuchar cualquier tipo de música y su gran frustración, la actuación.

Has cumplido tu servicio social. ¿Qué perspectivas profesionales tienes?

Me hubiera gustado seguir estudiando la especialidad que comencé y convertirme en una profesional, o trabajar en una firma de las que pagan en CUC, o desarrollarme como actriz y modelo, pero en realidad mis propósitos están más allá, en Italia, a donde pretendo emigrar.

Sabemos que es difícil poder irse a vivir a otro país. ¿Cómo piensas lograrlo?

Por suerte ya mi madre y mi hermana están allá, y pronto nos reclamarán a mi hermano y a mí.  Me hermana se casó hace unos años con un italiano, no me preguntes como lo conoció, y ahora quiere reunir a la familia.  En realidad lo que me queda aquí son meses.  Ya todo el papeleo está casi listo.

¿Y cuando llegues a Italia?

Lo primero es establecerme, aclimatarme y después buscar algún trabajo.  Cualquiera que me dé dinero para poder alquilar un piso y comprarme mis cosas.  Lo que no he podido tener aquí. Mi hermana y mi cuñado me van a ayudar, no estaré desamparada.

¿Y tu carrera? ¿Y tus sueños?

Uno no debe renunciar nunca a los sueños, porque creo que nos mantienen con vida, pero hay que ser realista, mis posibilidades allá de convertirme en una actriz exitosa no son grandes. En cuanto a la carrera, el tema de los estudios allá es muy distinto.  Estudiar es caro y más hacerse de una profesión.  Allá no es como aquí, que cualquiera se hace licenciado aunque después trabaje cargando maletas en un hotel.  Allá los estudios son más específicos y prácticos.  Si te gradúas no es para exhibir un título en la pared de tu sala, y a veces ni siquiera para realizarte profesionalmente, sino solo para escalar posiciones en sociedad.

¿No crees que sea importante estar bien preparados para poder encontrar buenas opciones de empleo en el extranjero?

Sí que sería bueno, pero prefiero no tentar el destino. Si tengo la posibilidad de irme, es mejor que lo haga, nadie sabe en un futuro cercano lo que sucederá. ¿Y si cambiaran las leyes y luego no pudiera salir? ¿Y si llegara la guerra? Creo que lo mejor es irme e ir arreglando las cosas por el camino.

¿Y por qué tanto interés por marcharte de Cuba?

Seguro que me haces esta pregunta pensando en la política.  Yo creo que la mayoría de la gente que emigra de Cuba lo hace por cuestiones económicas, aunque conozco a quienes no les agrada el sistema, y están en su derecho.

Summer in Havana.

Yo no quiero criticar a este país ni a sus dirigentes, porque no creo que yo hubiera podido hacerlo mejor que ellos, pero no me gusta vivir en las condiciones en las que vive la mayoría de las personas aquí.  No me gusta tener que correr para coger una guagua que me lleve al trabajo.  No me gusta la desorganización que existe en los centros de trabajo, y mucho menos el salario, que de sobras es sabido que no alcanza para nada.  Creo que tengo derecho a probar suerte en otra tierra, y quisiera que no se me condenara por eso.

¿Cambiarás todo lo que conoces, a tus amigos que se quedan, los lugares que te traen recuerdos, por un lugar incierto?

Creo que hay problemas que no dependen del lugar en el que vivas, sino que están en una misma.  Espero que eso no me esté pasando a mí.  Tengo muchas ilusiones.  No lo veo como un lugar incierto, sino prometedor.  Mis amigos siempre estarán aquí, en mi pecho, y ya los veré cuando venga de vacaciones.  Allá también espero hacer muchos amigos, no le cierro las puertas a nadie.  Espero poder formar mi propia familia, casarme y tener muchos hijos que pueda criar sin el sobresalto de que los pañales desechables me cuesten todo el salario del mes.  Además, si mi madre y mis hermanos estarán allá, ¿te has preguntado qué pintaría yo aquí?

Emigrar a un país de Europa supone una elevación del nivel de vida, pero también trae problemas que a veces suelen ser irremediables, como la discriminación racial. ¿Qué crees de ello?

No sería la primera cubana, ni la primera latinoamericana.  Tendré que adaptarme a lo que sea. Tomar medidas de seguridad si descubro alguna amenaza.  Sé que no todas las ciudades del mundo son tan pacíficas como La Habana.  En realidad la gente cuando se va no se puede poner a pensar tanto en esas cosas, porque si no terminas deprimiéndote y deseando no vivir ni en un lado ni en el otro, y eso sí que no.

Allá me pueden suceder muchísimas cosas, buenas y malas, pero será el camino que yo escogí. Será mi vida, y lo que pudo ser y no fue, no contará.

¿Cosas importantes que dejas aquí?

Mi padre, que aunque seamos como perros y gatos, yo lo quiero mucho, y sé que él también a mí.  Mi novio, al que espero poder reclamar en un futuro no muy lejano.  Michel, un amigo de la infancia que siempre ha estado a mi lado, ayudándome y cuidándome, y que también quiero muchísimo.  Mi familia de Villa Clara, mis tíos y primos, a los que en lo adelante veré muy poco. El barrio, que al final uno termina extrañándolo, por lo menos eso fue lo que me contó mi hermana.

¿Y el idioma?

Por suerte el italiano no es muy diferente del español y a mí me gusta.  Matriculé desde hace un año y medio en la escuela de idiomas, y espero haber terminado el curso para cuando me vaya.  Claro, que no es lo mimo lo que aprendes en una escuela a lo que te ves obligada a aprender cuando estás allá.  De todas maneras espero poder dominarlo rápido, de eso depende mi adaptación.