José Antonio Alonso y Teatro del Caballero

Helson Hernandez

JOSE ANTONIO ALONSO. Foto: Pepe Murrieta

HAVANA TIMES —  Con una sólida trayectoria en la escena cubana actual posee el privilegio de haberse formado en una época de grandes actores cubanos. “Yo soy el rey del mundo, porque el mundo siempre está en mi pies”, es una frase del Caballero de Paris que nos recuerda Jose Antonio Alonso en su entrevista con HT.

Havana Times: Qué podemos señalar de su generación?

José  Antonio Alonso: Me gradúe en el año 85 en el ISA, Instituto Superior de Arte, fue una buena época, pues empecé con los profesores soviéticos, después continúe formándome con Flora Lauten, hoy Premio Nacional de Teatro en nuestro país. Cuando digo fue una buena época me refiero a que te escogían para estudiar la especialidad, en principio, por los criterios básicos de los que te estaban seleccionando, y los soviéticos se distinguían por ello, escogían exclusivamente aquellos que les parecían interesantes, no por ser amigo ni hijo de nadie. Entre a los compañeros de mi generación, puedo mencionar a los actores Cesar Evora, Caridad Ravelo, y muchas otras personas que hicieron teatro y ya no están.

HT: Los años 80?

Jose Antonio Alonso en “Retrato de un hombre desnudo”. Foto: Pepe Murrieta
JA: Entre los 80 y los años 90, se vivía un momento importante para el Teatro Cubano, porque había sobre todo muy buenos maestros en ejercicio, además de la visualidad tan bonita que había en la escena, creadores como Roberto Blanco, Vicente revuelta. Eran puestas en escenas como ya dije muy bellas pero a la vez estáticas, y es ahí cuando la directora y mencionada maestra Flora Lauten, va a la investigación, gracias a los profesores latinoamericanos fundamentalmente que en aquel entonces tenían toda una estética del Teatro Corporal, y con ello la escena empezaba a cobrar una dimensión diferente.

En muchas ocasiones nosotros incluso, omitíamos la palabra para buscar la expresión con el cuerpo a través de imágenes muy interesantes, convirtiéndose en aquel momento en una propuesta que renovó el hacer teatral cubano. Justamente al graduarnos, empezamos un proyecto profesional con Flora Lauten, dirigidos por ella, para hacer teatro por y para jóvenes aquí en La Habana.

Hicimos obras formidables que recorrieron el mundo entero, como Bacantes, y poderlas estrenar en Tebas, Grecia resultó una experiencia inolvidable. Recuerdo que estando en este último país, Flora nos mandaba a irnos al bosque, como parte de nuestro entrenamiento, un poco para buscar el espíritu de la época, que se manifestaba luego en la puesta en escena como tal, para después bajar y comenzar a actuar.

Jose Antonio Aloso como el Caballero de Paris. Foto: Alain Destandeu

HT: De Paris un Caballero?

JA: Este unipersonal es una de las obras más reconocidas de mi repertorio como actor. Ya yo había hecho un monólogo antes de estrenarlo, y comenzaba así a realizar un trabajo conmigo, y retomando esa frase de Virgilio Piñera: “Revisarse uno mismo, he ahí el secreto”. A partir de esta inquietud empiezo hacer cosas que tienen que ver con las máscaras sociales, uno siempre se anda montando personajes, tienes dentro de ti un montón de gente que están habitando contigo, estaba tratando de desnudar eso, mi yo, mis tantas máscaras, y sacarlas a la luz ante el público era el propósito.

Luego de esta idea, es que aparece “De París un Caballero”, entonces sucedía que mucha gente cubana viajaba al exterior y se quedaba. Motivado por esta situación, yo me empiezo a cuestionar, la felicidad realmente dónde está?, en quedarse o irse?, y comienzo a investigar a este personaje, quien fue también un emigrante español que vivía en las calles de La Habana, descubriendo que tenía frases deliciosas: “yo soy el rey del mundo, porque el mundo siempre está en mi pies”.

Del Retrato de un hombre desnudo. Foto: Pepe Murrieta

Descubro igualmente que tenía una enfermedad, la Parafrenia, la cual entre muchas cosas malas, tiene  una buena, y es que padeciéndola ves la vida poéticamente, o sea, que quizás donde vez un basurero, estás viendo con esa enfermedad un castillo, y por ahí empiezo a dar, con que la felicidad está en uno, y no en los espacios.

Entonces El Caballero de París fue ese resultado de pensamiento, que por suerte me ha dado mucha gloria, pues es un espectáculo que me ha perseguido durante casi 12 años de trabajo, ha tenido varios premios internacionales y nacionales. Yo creo que soy un poco caballero ya, de ahí el nombre del grupo que hoy dirijo, “Teatro del Caballero”.

HT: Cómo pudiera resumir la enseñanza que dejo en usted, la maestra Flora Lauten y su colectivo “Buendía”.

JA: Fueron muchas enseñanzas, pero la principal, que se puede hacer teatro pero hay que hacerlo con sudor. Sus entrenamientos, muy fuertes por cierto, eran siempre en función de las exigencias del espectáculo en sí. Si no encuentras un entrenamiento diferente para cada obra, pues suelen ser repetitivas, muy parecidas unas de otras, y encontrar un entrenamiento para un espectáculo digamos que es lo más difícil, pues por ahí es hacia donde se puede ir toda la información nueva que consigues propiciar al espectador.

HT: Qué circunstancias determinan dejar Buendía, para crear su propio proyecto, Teatro de Caballero?

JA: Un proyecto en solitario nace a partir de empezar a tener ideas propias, yo llevaba casi 20 años con Buendía trabajando intensamente en una experiencia de grupo, cada uno con un criterio, donde trabajábamos desde la creación colectiva hasta la creación de autor, y llega un momento que como dice la canción, hasta la belleza cansa.

Jose Antonio Alonso. Foto: Pepe Murrieta

Hay un momento en el que uno quiere independizarse, con ideas nuevas, o ideas que a uno le parecen más interesantes que a otros. La maestra Flora tenía un criterio, ella decía que los hijos nacen y llega un momento en que crecen y se independizan, y luego ya no son de la mamá, sino de ellos mismos. Así es que nace la idea de crear mi propio grupo, Teatro del Caballero, inicialmente haciendo monólogos interpretados por mí, hasta ampliarse a espectáculos de pequeño formato, pero con más actores.

HT: Y los nuevos tiempos para el Teatro Cubano?

JA: Ahora hay muchas tendencias, pero para mí siempre hay una, y es la pasión. Los soviéticos me enseñaron a ser real, auténtico, a conocer la metodología Stanislavskiana pura. Yo siempre pienso que ir al origen de donde nace el teatro es interesante, estas nuevas tecnologías audiovisuales incorporadas al teatro, el video, que van como enriqueciendo la escena, es muy válido, pero no perdamos nunca el origen, desde donde nacen sus pasiones, sus alegrías, y de donde sale ese ser humano trasmitiendo sus ideas.

Hay que tratar de tener siempre a un actor vivo en la escena, que trasmita, lleno de energía, y en eso es lo que creo. Ese sabor a teatro, a actor, si no está, no creo que te vayas contento de la sala de representación.