Fútbol y más en un bar de Miramar
Yusimí Rodríguez
HAVANA TIMES — Llegué al Restaurante-Bar 513 de la Calle 8, ubicado en 8 entre 5ta y 31, Miramar, atraída por una promoción que repartía un muchacho en la calle Obispo, en La Habana Vieja: Usted puede disfrutar los partidos del Mundial de Fútbol Brasil 2014, en pantalla de 57 pulgadas. Algo similar han hecho otros establecimientos, privados o estatales, en La Habana.
Los cines como el Yara y el Riviera, proyectan los partidos en la enorme pantalla que nos acerca a los juegos tanto como es posible desde La Habana, y donde la gente vive su pequeña versión de los estadios brasileños, ondeando las banderas de sus selecciones favoritas y haciendo la ola.
Por su parte, sitios estatales como el Restaurante Fabio, ofrecen la oportunidad de ver los partidos en una pantalla plana de 57 pulgadas, en un local climatizado, con la única condición de consumir durante su estancia. El consumo, por supuesto, es en divisa.
¿Qué diferencia la oferta del Restaurante-Bar 513? La casa le ofrece un cocktail y una tapa gratis. En mi caso, como no tomo alcohol, un refresco o un jugo natural a mi elección.
El dueño de este bar, Luís Alberto, se acerca a los clientes a preguntar si están bien atendidos, a pesar de mantenerse ocupado todo el tiempo con cada detalle, y del estrés implícito en el manejo de un Restaurante-Bar, más si hablamos de uno abierto desde hace solo dos meses, aunque Luis Alberto, el dueño, se ha dedicado a la gastronomía durante toda su vida.
No lucía contrariado por la poca concurrencia en los partidos Holanda-Chile y España-Australia. Tampoco el lunes 30 de junio, cuando debió cerrar debido a una tupición y perdió una buena oportunidad con los partidos de octavos de final Francia-Nigeria y Alemania Argelia, justo el día en que los cines permanecen cerrados.
El miércoles 2 de julio había resuelto el problema de la tupición y estaba listo para ofrecer el mejor servicio a sus clientes.
HT: Afuera leí que existe una colaboración del restaurante con grupos de empresarios españoles.
Luís: Apoyamos a los grupos de empresarios españoles; si vienen a comer al Restaurante, se les hace un descuento. Pero yo lo hice extensivo a todos los ciudadanos españoles, a través de mi página web, porque no todos tienen la posibilidad de ser empresarios. Si están en Cuba y vienen a mi restaurante para mí es un placer recibirlos y les hago un descuento.
HT: ¿No le preocupa la existencia de tantos restaurantes como el suyo en la zona de Miramar?
Luís: Cada uno tiene sus características desde el punto de vista estructural o constructivo. Aparentemente todos venden lo mismo, pero no es así. Quizás el mismo pescado se sirve de manera diferente en cada sitio. Depende de las experiencias que cada cual haya adquirido, si ha podido viajar fuera de Cuba, conocer otras cocinas. No creo que haya competencia. Cada público decide qué busca.
Luís ha viajado fuera de Cuba y tuvo la oportunidad de conocer la cocina de España, México, Panamá, Rusia
HT: ¿Colocó los televisores hace dos meses pensando en el Mundial de Fútbol?
Luís: Sí, aunque también pensando que las personas disfrutan los audiovisuales, desconectan, pueden disfrutar un video, buena música.
HT: Yo vine atraída por su promoción. ¿Le ha resultado rentable ofrecer un cocktail y una tapa por la casa, a quienes vienen a mirar los partidos de fútbol?
Luís: Un partido dura más de dos horas. Aunque te tomas un trago y te comas una tapa por la casa, en el transcurso de las dos horas vas a necesitar comer. Además, todos los tragos que se ofrecen por la casa son aperitivos. Tienes que comer.
HT: ¿Usted en lo personal es amante del fútbol?
Luís: Siempre lo jugué. En el mundial mi equipo era España, pero lamentablemente perdió.
Luís me cuenta que su abuelita era española, de ahí su relación tan cercana con aquel país.
HT: Sin embargo, las veces que he venido el local ha estado vacío. ¿No viene mucha gente?
Luís: Hay horarios. Tengo sueño porque el lugar se está llenando después de la media noche. La juventud ha logrado algo que se había perdido en Cuba: la vida nocturna. Fue la ciudad más alegre del mundo, todos se divertían de noche, y después a las doce de la noche todo se apagaba. Después de esta pequeña apertura entre comillas, que se ha hecho, hay más vida nocturna.
HT: ¿Por qué dice entre comillas?
Luís: Porque la licencia tiene que ser para restaurantes; la categoría de bar está prohibida.
HT: ¿Por qué?
Luís se encoge de hombros, pero prefiere ver la parte positiva de las cosas:
Luís: A las doce de la noche, la persona se come una pizza o un bistec. Eso no existía antes. El estado no da ese servicio. Los jóvenes que estudian o trabajan quieren salir de noche y no tenían a dónde.
HT: Están las discotecas.
Luís: Pero los jóvenes no pueden pagar la entrada y además el consumo que es caro. Por eso vienen a estos lugares.
HT: ¿Los precios de este lugar permiten que vengan los jóvenes?
Luís: Por supuesto. No pagas nada por entrar, te sientas y te tomas una cerveza.
HT: ¿Cuánto vale un mojito o un Cubalibre?
Luís: Dos pesos, lo que vale cualquier cocktail cubano. Hay sitios estatales donde vale 3.50. La cerveza aquí vale 1.50. El estado te la cobra a dos pesos (convertibles) en muchos sitios. Yo tengo que comprarla en la tienda. Si la comprara a precio de costo, como la compra el estado, la vendería a 1 CUC.
Yo pienso en mis hijos. Si les das 10 CUC para que salgan el fin de semana a dónde pueden ir. No pueden pensar en un concierto de Gente de Zona o cualquier grupo de esos. Sin embargo, en España e Italia, ver a esos mismos grupos tocar en una carpa cuesta 5 euros con toda la bebida incluida. Aquí puede costarte 20 o 25 CUC. ¿Quiénes van? No sé.
Me despido de Luís, deseándole el mayor de los éxitos con su negocio. Mientras transcribo la entrevista me pregunto si en algún momento los ciudadanos cubanos tendremos la posibilidad de recibir descuentos en establecimientos como este. Quizás no todos, pero al menos quienes trabajan en sectores tan importantes como Educación y Salud Pública, y no pueden costearse una salida a este tipo de sitios.
Del lobo un pelo, aunque sea ya los jóvenes tiene la posibilidad de ir a sitios como ese, tranquilos. El todopoderoso estado es el que debería preocuparse por abrir lugares que, a precios módicos, brinden similar servicio, con calidad. En el plano personal prefiero ahorrar unos quilos e ir un día a un sitio como el de Luis, a ir por ejemplo al Bimbom (23 esq. Infanta) en donde se reune lo peor de La Habana.
dos veces se utiliza la palabra «tapa», adivino que se refiere a lo que los cubanos conocemos por «saladito», para mi «tapa» es lo que se utiliza para cerrar un envase, me parece conocer que el termino es usado en España, bueno pues entonces «vale» porque parece que lo visitan muchos ciudadanos de ese pais, y eso es bueno para el negocio.
La palabra tapa es, efectivamente, lo que conocemos los cubanos como saladito, pero en los últimos tres o cuatro años (quizás más) se ha extendido mucho el uso de la palabra tapa, y así aparece en los menús de restaurantes y cafeterías, por eso no consideré necesario hacer la aclaración.