Entrevista con el periodista excarcelado José Rubén Zamora
“Los periodistas continuaron su labor, a pesar del miedo y la represión”
“Mi detención arbitraria expuso mejor que nunca la dictadura de corrupción en Guatemala, algo que en elPeriódico intentamos mostrar durante 30 años”
Por Carlos F. Chamorro (Confidencial)
HAVANA TIMES – José Rubén Zamora Marroquín, ingeniero industrial, periodista, y empresario, pionero de la modernización de la prensa independiente en Guatemala y Centroamérica, está viviendo en su casa, aun vacía por la ausencia de sus familiares en el exilio, sus primeras dos semanas en libertad condicional “con mucha intensidad, abrumado y agradecido por la solidaridad, sin tiempo para racionalizar mi nueva normalidad”, después de haber permanecido 813 días en una celda en el sector de aislamiento en la cárcel Mariscal Zavala.
Acusado por el Ministerio Público que preside la fiscal Consuelo Porras, la dama de hierro del “pacto de corruptos” en Guatemala, por supuesto “lavado de activos y obstrucción de justicia”, ha sido objeto de una persecución política implacable que desembocó en el cierre de elPeriódico, el medio que fundó hace 26 años después de haber liderado Siglo 21, otro medio emblemático de la transición polític guatemalteca inicios de los años 90.
El encarcelamiento también le provocó cuantiosas pérdidas y deudas económicas, el exilio de su esposa y sus hijos para evitar ser criminalizados, y visibles secuelas físicas y emocionales en su salud. De la cárcel recuerda el sonido metálico de la puerta de la bartolina, el asedio y los allanamientos nocturnos de los carceleros en los primeros días de prisión, y la invasión furtiva durante meses de centenares de gusanos e insectos, que le sacaban sangre por todos lados. Sin embargo, Zamora describe “su aislamiento y soledad como un aporte indispensable para una causa más grande. Mi detención arbitraria expuso mejor que nunca el régimen fascista y la dictadura de corrupción en Guatemala, algo que en elPeriódico intentamos mostrar durante 30 años”, resume el periodista, ganador del premio Gabo en Reconocimiento a la Excelencia 2024.
En una entrevista en el programa Esta Semana, que se transmite en el canal de YouTube de CONFIDENCIAL, debido a la censura televisiva en Nicaragua, José Rubén Zamora desmenuzó la batalla legal que aún sigue librando para reivindicar su inocencia, analizó la crisis política que enfrenta el presidente Bernardo Arévalo, también acosado por la Fiscalía, y habló del futuro del periodismo en Guatemala. “Aunque mi detención arbitraria fue un ataque directo a la libertad de prensa y un mensaje de terror para los periodistas, es esperanzador ver que continuaron su labor a pesar del clima de miedo y represión”, remarcó Zamora.
La soledad de la prisión
¿Cómo sobreviviste esos 813 días en la soledad de la celda, en la cárcel Mariscal Zavala?
Con humildad, paciencia y fe. Aprendiendo a ser feliz con lo que estaba a mi alcance y con la convicción de que mi aislamiento y soledad eran un aporte indispensable para una causa más grande.
Ha retratado a nuestros sistemas políticos desnudos y mostrado que son variaciones de dictaduras fascistas al servicio del narco, la corrupción y la impunidad.
Mi detención arbitraria expuso mejor que nunca el régimen fascista y la dictadura de corrupción en Guatemala, algo que en elPeriódico intentamos mostrar durante 30 años.
¿Qué impacto ha tenido esta persecución contra el periodismo independiente en la sociedad guatemalteca y en Centroamérica?
Lo más relevante es que reveló los abusos de poder en Guatemala y atrajo la atención mundial al país. Ciudadanos, periodistas y naciones libres y democráticas exigen respeto por la libertad, la democracia y la justicia. Aunque mi detención arbitraria fue un ataque directo a la libertad de prensa y un mensaje de terror para los periodistas, es esperanzador ver que continuaron su labor a pesar del clima de miedo y represión. Siguieron denunciando la corrupción y el abuso de poder, mostrando más colaboración y solidaridad en nuestro gremio que nunca.
Has estado ahora dos semanas en tu casa bajo libertad condicional, o bajo arresto domiciliario. ¿Cómo has vivido estos días?
Con mucha intensidad. Desde que entré a la casa, hubo una gran cantidad de visitas, vecinos que han venido con mucho respeto a dejarme desde claveles, comida, mil deferencias y gentilezas, no los conozco, pero se han manifestado con mucha euforia de verme afuera. He tenido días de cinco o seis diferentes grupos de personas que vienen a ver cómo me encuentro. No he tenido tiempo de poder racionalizar mi nueva normalidad. Cuando he tenido que ir a hacer alguna gestión al Ministerio Público, o he ido a alguna cafetería o cuando salgo a caminar mis diez kilómetros al día, la gente me para, me pide un abrazo como que si fuera un gran personaje. Eso me tiene un poco abrumado y asustado. Eso no nos pasa a nosotros los periodistas. Pero hay que agradecerlo y aprender a vivir con eso.
Una cacería legal con delitos fabricados
Cuando se produjo tu captura hace más de dos años ya existían muchas señales de que había una decisión del Ministerio Público y un proceso en tu contra. ¿Podrías haber salido al exilio entonces para evitar esa detención?
La cacería se puso más peligrosa y llena de riesgos, los últimos siete meses. Fui a Miami a que me extrajeran el 47% del menisco. Recibí un mensaje de un informante donde me dijo: ‘Ingeniero, buenas noches. Quiero que lea el pantallazo siguiente’. En la pantalla decía: «Vamos a socar a Zamora. Vamos en busca de un hallazgo inevitable” y me explicó de qué caso se trataba y que el siguiente lunes iba a tener lugar un concepto que yo no conocía que existía, que es una “audiencia unilateral”. Una audiencia entre un juez a pedido del MP (Ministerio Público) donde el que presuntamente está imputado en la comisión de algún delito no participa.
El lunes siguiente me vine al país, elPeriódico sacó en primera página que se iniciaba una persecución penal en una audiencia unilateral, que iba a tener lugar a las 9:00 de ese lunes. La cancelaron y ahí empezó todo.
Tuve más o menos siete meses de estar enviando mis abogados de lunes a viernes a varias agencias del Ministerio Público, a preguntar si había algo que tuviéramos que desvanecer, o algo que aclarar. Me quisieron llevar primero por un caso que había sido archivado y dejado atrás en 2013. En el que a los que persiguieron fue a ejecutivos del Seguro Social que no tenían que ver con ese caso. Después me persiguieron, en el mes de de enero, por haber publicado una “colaboración eficaz” donde era evidente como eran los mecanismos de corrupción en el despacho de la Fiscal General, esa fue una “colaboración eficaz” que se filtró y yo la publiqué. Por haber hecho eso me quisieron llevar, igual por publicar el contrato de la compra de vacunas rusas que teóricamente se hizo con un contrato confidencial entre el Estado de Guatemala y los rusos, que era ilegal.
Tenía continuamente llamadas de gente diciéndome «mirá, hoy van por vos y sería importante que salgas para El Salvador. Te podemos llevar en un convoy de Suburban», me lo ofrecieron el día antes de que vinieron por mí. Pero yo creí y estoy convencido de que tengo que estar aquí, dar la cara y cualquier cosa que me preguntan tiene explicación. Jamás pensé en irme.
La corrupción de Giammattei
Te acusaron por supuesto de lavado de activos y obstrucción de justicia. Dos años después, en este proceso que ha tenido varias audiencias, ¿la Fiscalía ha presentado alguna prueba que tenga validez?
Voy a compartir la sentencia que fue suspendida del tribunal ante el que me acusaron. El tribunal en su conclusión a través de la jueza presidenta dijo: “El Ministerio Público fue incapaz de probar que el origen del dinero era ilícito. Sin embargo, José Rubén Zamora fue incapaz de demostrar que el dinero era lícito.” Debo decirte que la carga de la prueba la tiene el Ministerio Público, no la tenía yo. Ellos no pudieron probar que era origen ilícito.
A pesar de ese intercambio de pruebas que estás señalando, se mantiene la acusación. ¿Confías en la justicia de Guatemala?
Me absolvieron de tráfico de influencias. Me absolvieron de chantaje. Presentaron a un individuo que aseguró que en el año 1994, yo hice una publicación de una entrevista sobre irregularidades en un banco del Estado. Y que era de dos páginas y en una tercera página el gerente del banco expresa categóricamente: cuando nos percatamos de las irregularidades que eran reales, empezamos a abordar esos problemas y las terminamos.
Luego presentaron de testigo a un personaje que dijo que él me presentó una denuncia, no por chantaje, una por discriminación religiosa que no prosperó, pero jamás chantaje.
Lo más importante es lo que la jueza le dijo a la fiscal al terminar, le explicó por qué el tráfico de influencias era imposible. Y en cuanto al chantaje, le dijo: «mire, ustedes acusaron a Zamora de chantaje entre el 16 de julio del 2022 al 28 de julio, y usted me está trayendo testigos que no solo no hablan de chantaje, sino que son de entre ocho y venite años antes. No hay chantaje», le dijo. Y en cuanto al dinero, le explicó: «ustedes no probaron que es lavado de dinero».
116 años en total me querían poner, eran 20 años por ocho columnas de opinión que escribí criticando a la Fiscal General. Después, querían otros 20 años por agravantes, otros 20 años por abuso de poder. Abuso de poder es algo que se puede imputar solo a funcionarios públicos, no al resto de la sociedad ni a los periodistas.
La Fiscalía alega que no te persigue por periodista, sino por empresario o por otra clase de acciones. Sin embargo, estás describiendo señalamientos sobre publicaciones periodísticas. ¿Quién está detrás de esta acusación en la Fiscalía y cuál es el motivo de fondo de esta persecución o esta acusación?
Sacamos más o menos unos 210 trabajos de investigación sobre (Alejandro) Giammattei y algunas columnas de opinión sobre él, sobre su pareja, su compañero afectivo.
La fiscal expulsó de Guatemala y sacó corriendo hasta la frontera a Juan Francisco Sandoval (Fiscal Especial contra la Impunidad) y yo la critiqué muy severamente. Fue un despido de una persecución ilegal. Y posteriormente la elección de Fiscal General, donde ya fue reelecta, fue un proceso lleno de coacción y de amenazas.
Y entonces tuvieron que elegir a la señora, la incluyeron en los seis candidatos que e iban a llegar a la mesa del presidente para que él escogiera. Y ellos, después de votar, razonaron de por qué su voto, pero fue anómala esa elección, y yo lo hice ver en un trabajo periodístico y también como mi opinión personal.
¿Cuál ha sido el impacto de esta persecución y de tu encarcelamiento en elPeriódico, el medio que vos dirigías?
Destruyeron 200 puestos de trabajo de 200 colegas. Terminaron con mi patrimonio. Mis cuentas siguen embargadas. No puedo responder a los bancos que esperan que se les honre la plata que me prestaron antes de la pandemia.
elPeriódico no tenía deudas, nos endeudamos para sobrevivir la pandemia, y casi teníamos cubiertos los compromisos financieros. Sin embargo, ahora han crecido y también siguen congeladas las cuentas de elPeriódico. Eso dificultó mucho los pocos meses que duró después de que yo caí en la cárcel. Todavía tengo pendientes algunos acreedores.
La presidencia de Arévalo sitiada
Tu encarcelamiento movilizó a la prensa en Guatemala, en América Latina, en el mundo, que lo vieron como un símbolo de resistencia de la prensa en la lucha frente al poder. ¿Puede hoy la prensa independiente en Guatemala seguir investigando la corrupción y los abusos de poder?
Es complicado, el país ha sido como una montaña rusa con etapas de mucha libertad. Las fronteras las van expandiendo los propios periodistas y cada medio.
Ahora estás en un momento donde puede ser que saques alguna publicación periodística basada en hechos sobre corrupción y depende sobre quién estás hablando, te pueden llevar a la cárcel. Hay justificado temor y mucho cuidado de ver que cosas es indispensable publicar, la gente está asustada.
En Guatemala hay varios periodistas y también exfuncionarios de la justicia que se encuentran exiliados. ¿Pueden regresar al país?
Mientras esté la Fiscal General, no pueden regresar a Guatemala. Es imposible. Tendrá que esperar. Falta como un año y cinco meses para que ella salga. Durante ese tiempo pueden venir, pero a enfrentar procesos arbitrarios, tiene que enfrentar que se les violen sus derechos, y que los atropellen y que tengan que ir a prisión, aislados, incomunicados.