En Cuba, el arte no es un plato de acompañamiento o un aperitivo

Entrevista con el director principal de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Oakland, Omid Zoufonoun.

La Orquesta Sinfónica Juvenil de Oakland en La Habana.
La Orquesta Sinfónica Juvenil de Oakland en La Habana.

 

Por Yusimí Rodríguez

HAVANA TIMES – La Orquesta Sinfónica Juvenil de Oakland se encontraba de gira en Cuba desde el 7 hasta el 16 de julio. Los jóvenes músicos ofrecieron conciertos en Cienfuegos, Santa Clara, y, horas antes de su salida, en el Teatro Nacional de Cuba, el sábado, 16 de julio.

Antes de su última presentación, tuve la oportunidad de conocer y entrevistar a Omid Zoufonoun, director principal de la orquesta, además de guitarrista, pedagogo y premiado compositor, quien cumplió 42 años el 8 de julio, en nuestro país.

Esta no es la primera vez que la Orquesta Sinfónica Juvenil de Oakland viene a la Isla. La primera fue en 1998, cuando muchos de los actuales miembros no habían nacido y otros eran niños pequeños. El rango de edad es de 12 a 22 años. Entonces, Omid Zoufonoun tampoco era el director, por lo tanto es su primera ocasión en nuestro país, y afirma que le encanta.

Omid: Es famoso por ser muy singular, por circunstancias únicas y la combinación de elementos culturales. Pero una cosa es leer o escuchar sobre eso, y otro bien diferente es interactuar en realidad con la gente, caminar por los lugares, dar conciertos, y ver la reacción del público. Ha sido genial. No siempre es fácil. Estamos acostumbrados a tener acceso fácil a WiFi en todas partes, todo ese tipo de cosas, pero no es por eso que se visita Cuba.

Él no sabe, en realidad, lo difícil que habría sido venir antes de 2014, cuando se restablecieron las relaciones entre Cuba y Estados Unidos

Omid: Tal vez el proceso para los visados de grupo sea diferente. Sé que ha sido viable para los intercambios culturales durante mucho tiempo. No es fácil, pero es posible. No sé cuánto ha cambiado, en realidad, desde la normalización, en cuanto al trabajo real del papeleo. Venimos a través de una agencia de viajes que organiza todo por nosotros. Hicieron la investigación para averiguar lo que se necesitaba para obtener el visado. Es bien diferente a cuando intentas hacerlo por ti mismo. He oído historias de personas que tienen que venir a través de un tercer país.

A pesar de que Omid es consciente de que educar requiere de un tiempo que podría dedicar a tocar y a componer, considera que enseñar es tan gratificante como componer, y no un sacrificio

Omid: Eso es si lo haces solo por el dinero, porque no consigues suficiente de tu arte. Hay un arte en la enseñanza que está separado; si te preocupas por eso lo ves simplemente como una parte más de lo que haces. Cuando terminas una composición y te va bien, haces una especie de alto, como cuando uno bebe o algo así. Creo que si te preocupas por la educación, experimentas la misma cosa cuando ves que alguien, a quien le estás enseñando, obtiene una nueva percepción.

Siempre practicamos durante nueve o 10 semanas, un día por semana, durante tres o cuatro horas, para un solo concierto, y luego hacemos un programa totalmente diferente, siempre música bien difícil. Cuando nos vamos de gira, hacemos la misma presentación para tres conciertos al hilo. Esa es una nueva oportunidad para ver cómo crecen los estudiantes, porque después de realizar el primer concierto es que podemos decir: “Esto está mal, esto está bien”. Tenemos la oportunidad de arreglar algunas cosas y entonces realizamos otro. Como profesor, tengo la oportunidad de ver que los estudiantes tienen nuevos descubrimientos cuando hacen el concierto nuevamente. Ellos profundizan un poco más en la música.

Según él, el público cubano es muy entusiasta, sobre todo, en Santa Clara

Omid: El teatro estaba lleno y la gente bien vestida. Realmente se podía sentir el tipo de conciencia cultural que rige allí. La audiencia fue muy generosa y receptiva.

Omid, cuya obra está influenciada por la música persa, que aprendió de su padre, y es un compositor galardonado, no incluyó ninguna suya en el programa, aunque él mismo escogió la música.

Omid: Esto es solo mi segundo año dirigiendo la orquesta y no quiero que sea sobre mí, sino sobre el conjunto. Quiero que sea tan bueno como yo pueda hacerlo, y tal vez entonces introducir un poco de mi propia música. En realidad, el grupo ha presentado mi música con anterioridad. Ellos me encargaron una composición que escribí en 2010, y que conduje personalmente, pero eso fue antes de que dirigiera a tiempo completo.

Para Omid la música cubana es increíble y afirma que “si usted no cree que la música cubana es increíble, está sordo”. Le gusta los compositores clásicos, como Leo Brouwer que es “muy conocido en la comunidad de guitarra, sus composiciones son fantásticas”.

Omid: Lo que me gusta en particular es la música tradicional, especie de popular. Lo que es significativo para mí es una especie de combinación especial que no se ve mucho en mi país: tiene una unidad rítmica increíble, pero es relajada al mismo tiempo. Los ritmos son muy complicados y sofisticados, pero todo es  natural. Creo que esto es algo que cada músico puede aprender.

Además de encontrar el país hermoso y caliente y a la gente muy amable,  considera que para los jóvenes miembros de la orquesta es valioso.

Omid: Ver un sistema de gobierno diferente y qué lugar tiene el arte ahí. La gente habla mucho acerca de la dificultad de adquirir recursos en Cuba debido al embargo, y te das cuenta de eso cuando se llegas. Pero también tienes que ver lo que el pueblo y el gobierno han hecho para hacer del arte una parte tan esencial en la vida de las personas. No es un plato de acompañamiento o un aperitivo. Es valioso ver que el arte puede ser lo más importante, independientemente de las condiciones.

A él le gustaría volver con un grupo más pequeño para poder explorar más, y, tal vez, quedarse en una casa particular, “con una familia”, en lugar de permanecer en un hotel.