El autor Leonardo Padura retrata la vida en la Cuba de hoy

El deterioro de la realidad cubana, en estos momentos, «es más grave que nunca», dice el escritor. Foto: EFE

Por EFE (14ymedio)

HAVANA TIMES – El escritor cubano Leonardo Padura, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, considera que Cuba vive actualmente la peor crisis de su historia, hasta el punto de que un millón de personas, el 10% de la población, abandonó el país en los últimos tres años.

“La opción que le quedó a la gente es irse. Y no se va el que quiere, sino el que puede, porque una salida por la vía de Nicaragua y de los coyotes cuesta alrededor de 10.000 dólares. Y se ha ido más de un millón de personas, así que te puedes imaginar los niveles de desesperanza y de desesperación que tienen muchísimas personas”, afirmó Padura en una entrevista con EFE.

El autor dijo que así como le pasa al detective Mario Conde, su alter ego y protagonista de varias de sus novelas, se ha vuelto más pesimista sobre la realidad cubana en los casi 35 años transcurridos desde que escribió su primera novela policíaca.

“Hemos envejecido los dos, Conde y yo. Y hemos visto un proceso de deterioro de la realidad cubana, que en estos momentos es más grave que nunca, más grave incluso que en aquel período especial en el que faltaba todo (con la desaparición de la Unión Soviética y de la ayuda enviada a la Isla)”, afirmó.

Padura, que visitó Río de Janeiro esta semana invitado por el Centro Cultural Banco do Brasil para participar en una de las sesiones del Club de Lectura, afirmó que el deterioro de la situación en Cuba en los últimos años se extendió a cuestiones que parecían resueltas hace muchos años.

“Creo que la gente ve las cosas con mucho pesimismo. Están muy cansados, muy agotados. Ahora mismo, en los últimos días en La Habana, hay problemas graves con la recogida de la basura, lo que provoca que haya infecciones, que haya problemas de epidemias”, alertó.

Agregó que Cuba también enfrenta actualmente problemas de distribución de agua, de abastecimiento eléctrico, de suministro de alimentos y una inflación “brutal”.

“Imagínate, para que tengas una idea, que mi madre recibe la pensión de jubilación de mi padre, que son 1.800 pesos (unos 75 dólares), y un cartón de 30 huevos vale 3.000 pesos, si es que lo consigues. Hace dos meses que la cartilla de racionamiento no incluye el paquetico de café que te daban. ¿Cómo una persona de 96 años puede vivir con 1.800 pesos?”, se preguntó.

En su opinión, mientras que hace cinco años la gente tenía visa para ir a Estados Unidos, viajaba, pasaba unos días y regresaba, en los últimos tres años, y “sin otra opción que irse”, más del 10% de la población se marchó.

Según el autor de El hombre que amaba los perros, entre otras obras, pese a que aún hay cubanos que levantan la bandera y recitan consignas, la gran mayoría, “o por lo menos” de la gente que le rodea, ve la realidad desde la perspectiva con que la ve ahora Conde, que está más pesimista que nunca.

“Y eso habla de un deterioro, de una pérdida de confianza, de una falta de esperanzas. Y yo creo que a una sociedad sin esperanza le cuesta mucho trabajo poder ofrecerte lo que tú necesitas como individuo. Y eso es lo que está pasando en Cuba y lo he aprendido yo así como Conde también”, afirmó.

Según Padura, su generación, la que tenía 35 años en 1989 y acudió masivamente a la universidad, tuvo muchos beneficios reales, incluso el de acceder a todos los escritores que estaban de moda.

Afirmó que, personalmente, también han cambiado muchas cosas en su vida desde que lanzó las primeras novelas, cuando aún trabajaba como periodista y antes de convertirse, en 1996, en el primer cubano reconocido por el régimen como escritor independiente.

“Tuve la suerte de que mi tercera novela ganara el premio Café Gijón en España y que la editorial Tusquest decidiera publicarme. Estoy publicado en 31 lenguas, una cosa que muestra el magnífico trabajo de promoción de mi obra”, dijo.

Al respecto de su trabajo, Padura lanzará el próximo 2 de octubre en España un libro nuevo de ensayos sobre sus relaciones con La Habana y una edición “mejorada” de El hombre al que le gustaban los perros.

Sobre la primera obra, detalló que es “un recorrido histórico y físico, pero también sentimental por la ciudad, desde la periferia, donde nací y desde donde me fui acercando, la fui conociendo y después la he ido escribiendo”.

Aseguró que el libro también incluye una serie de fragmentos de sus novelas en que los hechos ocurridos en La Habana fueron llevados a la literatura, así como una serie de artículos y de reportajes que ha publicado a lo largo de muchos años sobre la ciudad.

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