Cubanos sin casa: la calle como única opción

Por Ivett de las Mercedes

Sin casa en La Habana.

HAVANA TIMES – En La Habana, como en el resto del país, el número de deambulantes crece. Esta situación no deja indiferente a nadie. Algunos se sienten alarmados, otros se muestran impasibles, y lamentablemente hay un gran porciento de la población que pretende justificar lo inexcusable.

Lázaro Hernández, de 50 años, fue trabajador social en el municipio de La Habana Vieja, y aunque su función era la parte estadística, sí conocía la problemática de los casos sociales.

HT: ¿Qué puede decirme respecto al tema de los deambulantes en este municipio tan poblado?

Lázaro Hernández: El escenario de las personas deambulantes en Cuba tiene múltiples causas. En las últimas décadas las dificultades económicas han traído consigo un aumento de la disfuncionalidad en el área familiar. Nuevas formas de ver y enfrentar la vida han aflorado, las viejas costumbres han dado paso a códigos de valores totalmente inesperados.

La mayoría de los ancianos jubilados reciben una pensión de 248 pesos, es imposible que alguien pueda vivir con esta cifra. Un anciano tiene que comer, comprar medicamentos, lavar su ropa, pagar la electricidad y en muchos casos el gas y el agua.  Es utópico creer que pueda sufragar todos esos gastos si vive solo. Imagínese ahora que han extendido el tiempo de la jubilación: las mujeres a 60 y los hombres a 65 años. La situación es tal que muchos jubilados aún sin poder se recontratan en algún lugar para ganar un poco más.

HT: Es sabido que algunos deambulantes tienen familia

LH: No sé si pudiera llamársele familia a los hijos, nietos o sobrinos que abandonan al anciano cuando este no es el dueño legal de la vivienda. Incluso se ha dado el caso de que los llamados familiares han vendido la casa aprovechando la estadía de los ancianos en los hospitales. Si hay un pueblo que merece una buena vida para la tercera edad es el de Cuba, solo nosotros sabemos del sacrificio de nuestra gente.

Muchos de esos ancianos que hoy duermen en los portales, paradas de ómnibus, parques, o en la terminal de ferrocarril, que andan sucios y con sus zapatos rotos, que en ocasiones piden limosna, lucharon por este país, dedicaron su vida útil a trabajar, hicieron guardias obreras, trabajos voluntarios, donaron sangre, fueron dirigentes sindicales, militaron en el Partido Comunista y fueron milicianos.  Es triste, porque el pueblo cubano se ha caracterizado por ser solidario, internacionalista, ha recibido estudiantes de otros países, inclusive en sus propias casas.

Deambulante Calle Teniente Rey.

HT: ¿Ha pensado que esta realidad pueda alcanzarlo a usted?

LH: Por supuesto. En la actualidad la población mayor de 60 años va en ascenso. No puedo entender cómo el Gobierno no pudo prever este problema. Cómo es posible que no puedan construir suficientes casas o alberques en cada municipio para acoger a los ancianos. Mucho menos puedo entender por qué no se aumenta el salario de las pensiones, tampoco por qué el Estado no aumenta el sueldo a las cuidadoras. Me gustaría saber qué se hace con el dinero que se recauda de los impuestos, precisamente ahora que hay tantos cuentapropistas.

¿Conoce cuál es el contexto actual de los comedores para los casos de asistencia social, conocidos como Atención a la familia?

LH: Estos comedores tuvieron su etapa de oro, como todo en este país; pero en la actualidad son insuficientes. Algunos cierran por carencia de esto o aquello. En ocasiones no tienen ni platos, mucho menos cubiertos y vasos. Esta podía ser una de las cosas que aliviaran la situación, creo que en los municipios de acuerdo con sus habitantes, y teniendo en cuenta la cantidad de personas que arriban a los 60, deberían crearse más comedores donde pudieran acudir no solo los casos sociales, hay muchos ancianos que no están registrados como casos sociales y lo son. También está el caso de algunos comedores pertenecientes a la Iglesia Católica, que ayudaban a muchos de sus feligreses, y ahora están en una circunstancia crítica.

HT: Hay personas que son indiferentes al número cada vez más creciente de deambulantes

Deambulante Parque El Cristo

LH: No es solo indiferencia, es ceguera, deshumanización, falta de empatía. Hay muchos jóvenes que le tiran fotos para subirlas a Facebook, algunos se burlan de ellos y los incitan a bailar y a cantar. He visto una mujer que recoge restos de comida cerca del Ten Cent de Monte, a quien le dicen groserías y muchas veces le amagan con algún palo. Hay otra que se pasea con una muñeca en brazos por la calle Bernaza y los hombres le gritan loca.

HT: Hay un grupo grande de la población que cree que la gente que pide limosna la quiere para beber

LH: Si, ese es un problema del cubano, repite todo lo que oye. Es posible que algún deambulante sea alcohólico, algunos, incluso, son personas con desórdenes mentales que han dejado de tomar sus medicamentos, pero aún así son seres humanos. Todos esos adjetivos degradantes que se escuchan no hacen más que reflejar la falta de humanidad. Es vergonzoso que alguien trate de justificar la magnitud de este problema, es indignante que muchos aludan a la mendicidad de otros países, parecen olvidar que en Cuba se luchó para que esto no ocurriera de nuevo. Es una obligación de toda la sociedad velar por sus ancianos.

HT: ¿Qué piensa de los planteamientos que se han hecho para la aprobación de la futura ley sobre el tratamiento de los hijos para con los padres?

LH: En la naturaleza los padres velan por sus cachorros y en muchos casos los cachorros permanecen en la misma manada junto a sus padres. Es inadmisible que tenga que existir una ley para algo que siempre ha sido natural. Claro que teniendo en cuenta el abandono, vejación y maltrato a que son sometidos los ancianos, es mucho mejor poder contar con la protección del Estado. Creo que es el momento de hechos, basta ya de tanta palabrería.  La realidad es que hay calores sofocantes, lluvias en las tardes, y muchos de nuestros ancianos están en la calle. ¡Qué diría José Martí, que tanto amó a su madre y a todos los cubanos, si pudiera regresar en el tiempo!

 

3 thoughts on “Cubanos sin casa: la calle como única opción

  • Duele muy profundo el abandono en el cual están sumidos los ancianos en cuba…nada de asistencia social, nada de hogares de ancianos, nada de comedores populares para ellos, nada de casas o apartamentos subvencionados por el estado…triste, deplorable…angustioso, esas personas hicieron por la sociedad…esas personas merecen respeto…mucho respeto…deplorable…

  • Este es solo un avance de lo que se irá generalizando en el pais poco a poco. La población envejece y no hay reemplazo generacional, cada vez se produce menos y cada vez el pais es más parasitario. Así que por mucho que se quiera hacer hoy ya es muy tarde para detener esta catástrofe. El que pueda que no espere a llegar a la tercera edad. Siempre vale la pena arriesgarse cuando lo que dejas atrás es un precipicio.

  • Cuando se tiene claro el concepto de familia, se hace todo por los padres, pero hay que reconocer que en nuestro país, se torna complicado la atención a los ancianos, es un gran dilema trabajar_ cuidar al anciano, quien pasa por esa experiencia sabe lo complicado que es, tienes que trabajar para mantener la familia y a ti, pero no está creada con seriedad la infraestructura para estos momentos, todos sabemos que acudir a terceros para el cuido del anciano, es complicado. Pero ver a esas personas desamparadas es cruel.

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