Cuba avanza hacia vacuna contra el dengue

Patricia Grogg entrevista a la cubana MARÍA GUADALUPE GUZMÁN* – Tierramérica

Maria Guadalupe Guzman. foto: juventudtecnica.cu

HAVANA TIMES, 15 nov. (IPS) — “No nos gusta decir las metas que tenemos”, afirma la viróloga cubana María Guadalupe Guzmán, eludiendo entrar en detalles sobre las investigaciones que dirige para conseguir una vacuna contra el dengue.

Hay varias estrategias en marcha en el mundo para encontrar la inmunización contra esta fiebre viral aguda, que puede ser fatal en su variante más grave. Pero, mientras no haya éxito, lo más importante es controlar el Aedes aegypti, el mosquito transmisor del virus, advierte Guzmán.

El dengue no tiene fronteras, es otro de sus mensajes. Su incidencia mundial aumentó “de forma espectacular” en los últimos decenios, y hoy 40 por ciento de la población del planeta corre riesgo de contraerla, afirma la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Guzmán trabaja para el Instituto Pedro Kourí (IPK) dirigiendo un equipo de 14 profesionales, la mayoría mujeres, en un proyecto conjunto con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), cuyo grupo lo encabeza Gerardo Guillén.

La grave epidemia que cayó sobre Cuba en 1981 definió el camino de esta científica, jefa del Departamento de Virología del IPK y directora del Centro Colaborador de la OPS (Organización Panamericana de la Salud) y la OMS para el Estudio del Dengue y su Vector.

El gobierno cubano sostiene que el dengue fue introducido por agentes de Estados Unidos. Los estudios de los primeros casos permitieron inferir que “este no es el patrón de una enfermedad transmitida por mosquitos”, dijo Guzmán en entrevista con Tierramérica.

TIERRAMÉRICA: ¿Se pudo demostrar que la epidemia de 1981 fue introducida en Cuba?

MARÍA GUADALUPE GUZMÁN: Comprobamos que el virus que circuló en ese momento aquí era similar a las llamadas cepas viejas del sudeste asiático. Era de los años 1968 y 1944, y ya no circulaba en ese momento en esa región.

Además, un estudio realizado por el Ministerio de Salud Pública permitió conocer que los primeros casos de dengue aparecieron en tres lugares diferentes del país, en una misma semana y entre personas que no habían viajado a ningún lugar. Este no es el patrón de una enfermedad transmitida por mosquitos.

TIERRAMÉRICA: ¿Qué aportes hizo Cuba a los estudios sobre el dengue que se están efectuando en el mundo?

MGG: Diría que comienzan justamente con la epidemia de 1981. Fue la primera de dengue hemorrágico en la región de las Américas, y hubo que aprender sobre la marcha, porque nadie se había enfrentado anteriormente a ese problema. Significó preparar con urgencia las condiciones hospitalarias y establecer pautas de manejo.

Cuba logró eliminar en cuatro meses una epidemia de más de 300.000 casos, más de 10.000 severos y 158 mortales. Se demostró que resulta decisiva la voluntad política, la participación de la comunidad y de todos los sectores del país involucrados de una u otra forma en el problema.

Con esa experiencia Cuba aportó mucho, desde la caracterización de la epidemia y la clínica de los casos, especialmente en los adultos con dengue hemorrágico -que hasta ese momento se conocía solo en el sudeste asiático y en niños-, hasta el método de controlar en cuatro meses esa epidemia.

TIERRAMÉRICA: ¿Y en el campo de la virología?

MGG: En el momento de la epidemia se pudo comprobar que para que se produzca dengue hemorrágico la infección secundaria es fundamental. Posteriormente demostramos que, a 20 años de haberte dado el dengue, el peligro de desarrollar la variante hemorrágica es mayor si contraes de nuevo la enfermedad. Mantienes una espada de Damocles durante toda la vida.

En Cuba se demostró que, a medida que una epidemia avanzaba y bajaba el número de casos, los graves empezaban a subir. Ha sucedido en tres ocasiones. El virus de alguna forma cambia en el tiempo en que se produce la epidemia. También tiene cambios en la forma de su genoma. Esta es una observación nueva de Cuba.

En estudios más recientes se trabaja en la investigación de los genes del individuo, porque tu “stock” de genes puede favorecer a cualquier tipo de enfermedad. Han salido varias publicaciones de nuestro grupo sobre genes con posible asociación a ser susceptible a dengue hemorrágico o dengue.

Este año salió un estudio muy interesante que se hizo en Vietnam sobre la asociación de algunos genes a dengue hemorrágico. Nosotros también hicimos un estudio, con menos casos, publicado este año. Es la misma observación hecha por dos grupos.

TIERRAMÉRICA: ¿En qué medida el cambio climático influye en la trasmisión del dengue?

MGG: Se sabe que el clima debe influir, aunque hay pocos estudios al respecto. Creo que es un factor, pero no necesariamente el único. La OMS ha reportado que, cuando la temperatura sea mayor en uno o dos grados, el mosquito puede ser capaz de transmitir el virus en menos tiempo. Es una línea de investigación fuerte.

TIERRAMÉRICA: Existen cuatro virus y cuatro cepas o serotipos de dengue. ¿Alguno de ellos está más relacionado que otros al dengue hemorrágico?

MGG: El dengue hemorrágico es una clasificación clínica, todos los virus lo pueden producir. Aunque dentro de un virus puede haber diferentes cepas y, en general, aquellas que son aisladas en el sudeste asiático o países asiáticos tienen más potencialidades para producir dengue hemorrágico.

Estos virus van cambiando y transformándose al pasar de una persona a otra. Con el tiempo, cuando decimos genotipo asiático americano, ya no son las mismas cepas que llegaron de Asia.

TIERRAMÉRICA: ¿Estas mutaciones del virus complican la búsqueda de la vacuna?

MGG: Sí. Pero ahora se ha avanzado muchísimo en este tema. Actualmente hay seis o siete candidatos vacunales en el mundo. El más avanzado es de Sanofi Pasteur y, según las informaciones, podría estar listo dentro de siete años. Es una vacuna viva de virus quimérico (logrado por ADN recombinante). Hay otros candidatos similares que están avanzados.

Nuestro proyecto se trabaja entre el IPK y el CIGB. No es una vacuna viva, sino de subunidad recombinante, con resultados satisfactorios en estudios preclínicos con monos. Aún no pasamos a estudios en humanos, pero no nos gusta decir las metas que tenemos en ese aspecto.

* La autora es corresponsal de IPS. Este artículo fue publicado originalmente el 12 de noviembre por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.