Cómo la banca digital nos margina en Cuba

HAVANA TIMES – Alina me pide ayuda en el cajero automático, necesita sacar dinero de su tarjeta. Tiene 82 años y ha estado en la cola, de pie, durante mucho tiempo. No tiene buena visión ni destreza en sus manos, el temor a ser estafada es uno de los obstáculos a los que se enfrenta cada vez que va a cobrar su chequera. En una breve conversación, Alina reflexiona, desde su experiencia, sobre la bancarización y la realidad cubana.

¿Cuántas horas lleva haciendo la cola en el cajero?

Uffff!!! Imagínese que llegué a las cinco de la mañana. Ya había delante de mí como quince personas. Siempre es la misma tortura cuando tengo que cobrar. Pero no tengo otra opción, ponen muy poco efectivo y a las diez de la mañana ya no hay dinero en las gavetas del cajero. Y ni hablar de ir a un banco porque las colas son también kilométricas, creo que peores. Los de la tercera edad la tenemos muy difícil. Por mi casa no hay cajeros, para estar aquí temprano tengo que empezar a caminar cuando todavía no ha salido bien el sol, a expensas de caerme. Y gracias que yo resuelvo caminando, hay quien depende del transporte, con lo malo que está.

Luego que llegamos a la cola, estar de pie por un tiempo que nunca se puede predecir. Realmente nos han apartado de una sociedad a la que contribuimos con sacrificios. Varias veces he pedido permiso a la cola para pasar delante pero ha sido en vano, hasta mala cara ponen, solo lo he hecho cuando estoy muy agotada de estar de pie y tengo fatigas. Pero a la vez entiendo, la mitad de la cola es de ancianos como yo y están igual de cansados. Y la otra mitad son los jóvenes que en vez de estar produciendo, pasan el horario de trabajo en colas. Es un desastre todo.

¿No le da temor pedir ayuda a desconocidos?

Sinceramente siempre es un riesgo, trato de pedirle ayuda a personas que considero decentes, aunque los estafadores están disfrazados. Hay muchos robos. Hace poco un vecino había escrito el pin de la tarjeta magnética en la parte de atrás, se le olvidó la tarjeta en el cajero sin darse cuenta y le robaron todo el dinero.

Recuerdo que hace tiempo en algunas sucursales asignaron a una empleada para manipular las tarjetas y era una gran ayuda para nosotros, pero de repente dejaron de hacerlo, quizás porque muchos trabajadores de los bancos han pedido la baja. La gente se ha ido a los negocios privados para cobrar un poquito más. Lo que sí es cierto es que los ancianos tenemos muchas desventajas.

¿A cuáles se refiere?

Una que nos está golpeando fuerte es el precio tan alto de todos los productos. No tenemos poder adquisitivo para cubrir nuestras necesidades y en mi caso vivo sola. Con una pensión de 1600 pesos; muchos nos vemos en la disyuntiva: comprar medicamentos, comer o morir.  Hay muchas personas mayores que han tenido que volver a trabajar, se les ve cansadas, corriendo detrás de las guaguas, regresando sin ánimo a la casa, sin una buena alimentación.  A cierta edad una debería estar ya tranquila, pero en Cuba eso no es posible. Y encima, tenemos que luchar con la tecnología, que no es tarea fácil.

¿Siente que está en desventaja?

Claro que si, en todos los sentidos. Pienso que si el Estado no nos dona un celular para todos sus inventos no podremos adquirirlo; porque ni siquiera vendiéndolo a plazos y a muy bajo precio. Hay ancianos que sí logran comunicarse, socializar y logran moverse bien en el mundo digital; pero la mayoría ha tenido que aprender dando tropezones, sufriendo, y otros no han podido ni intentarlo por la falta de recursos, como yo. Nosotros no tenemos culpa de los errores que se han cometido en el país con respecto al tema del dinero en efectivo, pero lo sufrimos.

Ah, otra de las desventajas es que a muchos le dan la tarjeta magnética para cobrar su jubilación y ni siquiera le explican cómo activarla, ni le enseñan qué es un pin, y tienes que aprender los términos a como dé lugar. Cuando me jubilé todavía venían a mi casa los agentes del correo a traerme el dinero, pero esos eran otros tiempos; los de ahora son apocalípticos.

¿Se ha informado bien sobre todos los servicios que se van a cobrar por los canales de pago de Transfermovil y En Zona?

Si, es todo desastre y no solo para los ancianos sino también para los que no son tan viejos, y no tienen celulares inteligentes. Pienso en algunos cobradores que han quedado desempleados porque ya no pueden ir a la comunidad. Aquí venían los de la electricidad, los del gas y del agua. Todos esos servicios hay que pagarlos ahora por los canales digitales y no siempre puedo estar pidiendo favores. Inclusive los trámites jurídicos, de vivienda y de la ONAT hay que pagarlos de la misma forma.

No sé cómo el Estado va a propiciar que los adultos mayores puedan pagar con el dichoso código QR tanto en las bodegas como en los otros lugares que exigen el pago electrónico, si no tenemos celulares. Si yo paso trabajo para sacar mi dinero en el cajero dígame usted si tengo que alfabetizarme a esta edad en el manejo de los celulares.

Cartel en las bodegas.

¿Entonces piensa que la bancarización no va a dar resultado?

Hija, yo hablo por mí, por la gente de mi edad. Trato de ponerme al día con las informaciones y los programas en la televisión sobre este tema, y mientras más me informo más dudas tengo. El comercio digital, como ellos le llaman, no va a resolver el problema económico ni social. En otros países de seguro es un éxito, aquí no hay infraestructura ni desarrollo ni tampoco tecnología. Es algo impuesto, como la mayoría de las soluciones en este país. Siempre confié más en tener mi dinero en casa que en el banco.

¿En su caso qué hará cuando llegue el momento del pago digital como única opción?

Una vecina de confianza me dijo que podía ayudarme en esas gestiones desde su móvil. Solo es entregarle el efectivo. Imagino que así harán todos los que no tengan acceso a la tecnología. Los ancianos en Cuba estamos cada vez más desprotegidos y marginados.

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