Amaya Coppens: En Nicaragua “No hay vuelta atrás”

“No estoy buscando un interés político. Quiero terminar mi carrera, pero aún falta mucho por trabajar”, para cambiar Nicaragua, dice Coppens

Por Wilfredo Miranda Aburto  (Confidencial)

HAVANA TIMES – Antes de que los “Aguadores” fueran presentados en televisión como criminales organizados que portaban armas, a un oficial de criminalística se le olvidó colocar en uno de los autos confiscados la evidencia: las balas que otros oficiales sacaban de una bolsa ajena a los vehículos. Amaya Coppens no pudo contenerse y, vestida por segunda ocasión como presa política, se burló del perito: ““Alaa, ¡qué nivel de peritaje!”, exclamó con sorna la líder estudiantil.

Coppens recuerda que los integrantes de los “Aguadores” miraban atónitos cómo los peritos montaban sobre los carros la evidencia falsa. Pese a la burla de Coppens, el perito volvió a la bolsa y colocó en uno de los autos las balas olvidadas. “Realmente es una vergüenza que todo tu trabajo se base en esa ética”, siguió la líder estudiantil. Fue en ese momento que los oficiales la callaron. “Nos dijeron que nada teníamos qué decir, y que tampoco les importaba lo que dijéramos” recuerda Coppens doce días después que fue excarcelada por el régimen. Según ella, algunos custodios bajaron la cabeza. Ella esperaría que lo hubiesen hecho por vergüenza.

Los jóvenes fueron presentados por la Policía Nacional con trajes de prisioneros, el 16 de diciembre ante los medios oficiales. Foto del CCC

 

Amaya Coppens recuerda ese episodio en una entrevista en el programa Esta Semana, que se transmite este domingo 12 de enero, en el canal de YouTube Confidencial Nica. Mientras relata segunda experiencia como rea política no deja de esgrimir esa perenne sonrisa que la ha caracterizado en su lucha contra la dictadura. Joven, vivaz, sensible y sosegada, la líder estudiantil denuncia el asedio en su casa de habitación en Estelí, luego de ser excarcelada el 30 de diciembre de 2019, junto con 90 reos de conciencia más, así como la golpiza que recibieron sus hermanos en Chinandega.

“Hay cosas que hemos tenido que vivir y que nadie debería pasar. Por ejemplo, la golpiza a mis hermanos y a mi papá ha sido algo bien doloroso. Varias veces lo he repetido, al final decidí seguirme involucrando en esto y me duele que mi familia lo sufra de esa manera. Saber que mis hermanos, mi prima estaban tan golpeados fue algo bien fuerte. Pero después de reunirme con ellos, verlos que seguían igual de emocionados, porque se sienten parte de esto. Están molestos… y estamos contentos que estén molestos; de que les incomode esto (el régimen)”, aseveró la líder universitaria.

Golpeada y aislada

Coppens también relata con sosiego el aislamiento sufrido en prisión, así como la golpiza que recibió la noche que fue capturada cuando intentaba llevar agua a las madres de presos políticos en huelga de hambre en la iglesia de San Miguel, en Masaya. Sobre todo, se queja que no ha recuperado su libertad total.

Las causas judiciales de tinte político que el régimen ha ordenado contra ella y sus pares siguen abiertas. El 30 de enero deberá presentarse ante los tribunales del régimen para audiencia de juicio. Coppens no se amilana. Por su entereza y determinación, el periódico El País, de España, la nombró uno de los rostros más destacados de la protesta social en América Latina durante el 2019.

“Toda esta salida (liberación de la cárcel) pone en evidencia todo el proceso que fue ilegal. Siento que, de alguna manera, lo que son las turbas orteguistas, están resentidas, porque a pesar todo lo que se dijo en nuestra contra, nos sacaron. Es un mensaje claro de que, aunque estamos afuera y no en la cárcel, no estamos libres ni seguros. En cualquier momento pueden hacer lo que quieran, porque tienen la complicidad completa de la Policía y las demás instituciones del Estado”, dijo Coppens en Esta Semana.

Federico Coppens (centro) junto a su Tamara Zamora, padres de Amaya Coppens, encarcelada por segunda ocasión. Foto: Carlos Herrera.

 

La joven criticó que el cambio de medida carcelaria a “régimen de convivencia familiar” demuestra la aberración legal en la que se mueve el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. “Es algo que no cabe”, fustiga Coppens. Asegura que durante sus 46 días encerrada estuvo en “prisión preventiva”, y nunca llevaron a la los “Aguadores” al juzgado. “El régimen de convivencia familiar se da después que uno haya estado en un sistema penitenciario, y después se pasa a convivencia familiar”, refutó.

Caso con gran visibilidad

El caso de Amaya Coppens es muy conocido en Europa. Incluso, resonó con fuerza en el seno del Parlamento Europeo cuando ella estuvo encerrada. Dada su doble nacionalidad (nicaragüense y belga), Coppens ha ocupado un lugar primordial en las agendas de los eurodiputados sobre Nicaragua.

“Quiero agradecer enormemente (a los eurodiputados). Sé que ha habido muchísimo trabajo. Siempre han estado muy pendientes de mis casos”, afirmó Coppens. “Llegaron una vez a El Chipote y al Sistema Penitenciario a preguntar por las condiciones en general. Realmente quiero agradecerlo muchísimo no solo por mí. Lo que me alegra es que ha permitido visibilizar la situación en general y la condición de los presos políticos. Eso ha sido que, en lo personal, ha ayudado un poco a llevar esta imagen de Nicaragua a afuera”, agregó.

“Creo en esta lucha”

Coppens descartó irse del país para evitar volver ser apresada. Más bien dice con aplomo: “Creo en esta lucha”.

“No estoy buscando un interés político. Quiero terminar mi carrera y es algo que como estudiante de Medicina me costó bastante. Le puse mucho esfuerzo. Sin embargo, en 2018 no la pensé dos veces. Puse como prioridad lo que estaba sucediendo en Nicaragua y no me podía quedar callada. Creo que eso sigue allí. Sigo creyendo que todavía hace falta mucho por trabajar.”, dijo Coppens.

Amaya Coppens y los jóvenes “Aguadores” acompañan a familiares de los presos políticos que continúan en las cárceles de la dictadura, para exigir su liberación. // Foto: Carlos Herrera

La universitaria cree que uno de los causales que condujo a la crisis sociopolítica de abril fue que los jóvenes, y la ciudadanía en general, tuvo “pasividad”. “El descontento no es de ese momento; venía acumulándose. Sin embargo, nunca lo sentimos. No fuimos capaces con nuestras acciones individuales de cambiar algo”, criticó.

Coppens afirma que desde abril de 2018 han tenido que variar las formas de lucha. Asegura que todavía hay formas de seguir resistiendo y protestando. “Cada día vamos viendo el camino a seguir para protestar, pero sí tener en cuenta que hay razones para seguir luchando, alzando la voz, porque no han liberado a todos los presos políticos. Nos faltan 65 prisioneros y siguen capturando día a día. No nos han regresado nuestros derechos ciudadanos. Nuestra protesta cívica es parte de esto. Un derecho ciudadano que no tienen derecho de quitarnos. Estamos en lo correcto y nos quieren reprimir, callar, pero no tienen ninguna justificación para eso. Las cosas en Nicaragua no están del todo normal. Todavía hay familias que esperan a sus familiares”, insistió.

“No hay vuelta atrás”

Al preguntarle cómo definiría a su generación, Coppens toma un instante para pensar y responde rotunda: “No hay vuelta atrás. Es una decisión de ya no más”, dice, en referencia al régimen Ortega Murillo. Coppens reconoce que en las universidades públicas han vuelto jóvenes a estudiar, pero afirma entenderlos. Son muchachos que quieren terminar sus carreras.

Los jóvenes “Aguadores” exigen la liberación plena de los más de 65 presos políticos que continúan en prisión. // Foto: Carlos Herrera

 

“Es algo que todos queremos (terminar la carrera). Hay mucha frustración en ese aspecto. Es algo que está allí. En el dado caso que el pueblo vuelva a levantarse como en 2018, ellos estarían allí. El descontento está allí. Ellos (los jóvenes) han visto todo lo que esta dictadura nos ha venido haciendo. En este punto el pueblo de Nicaragua ha despertado. No hay como una vuelta atrás”, sostuvo.

Coppens afirma que desde su sector estudiantil siguen trabajando en la formación de una gran coalición opositora contra el régimen. Reconoce que entre la fuerza azul y blanco hay distintos puntos de vista, pero los estudiantes siguen “poniendo nuestra propia opinión”.

“Nuestra agenda universitaria sigue dentro de las discusiones. Sí creo que todo esto y el tiempo que se ha alargado ha sido algo bien difícil para nosotros los estudiantes, quienes no tenemos detrás de nosotros una red de soporte económico. Es algo con lo que hemos lidiado. Ha dificultado porque estamos trabajando con nuestras propias limitaciones. La fuerza de cambiar Nicaragua sigue constante”, aseguró.

La única pregunta que hace dudar a Coppens, y la cual piensa un poco más para responder, es cómo una joven perseguida hace para desafiar a la Policía con una sonrisa… La estudiante de medicina se alberga en el seno de su familia para dar una respuesta:

“Siempre he tenido a mi familia atrás. Todo el mundo ya los conoce. Mi familia que es formidable, superfuerte… lo primero que me dijeron en la primera visita en la cárcel fue: ‘Estamos orgullosos de vos’. Entonces, sabiendo que tengo a mi familia conmigo, haciendo algo que creo que es correcto, pues que digan lo que quieran, yo estoy bien. Si la cárcel es un precio que tengo que pagar, pues bueno pues. No es el precio más alto que han tenido que pagar algunas personas. Entonces siento que estar adentro de la cárcel, como prisionera política, es estar protestando diario porque estoy allí, porque me quieren callar y no han logrado hacerlo de ninguna manera. Entonces para mí saber que estoy adentro, y que mi voz se sigue escuchando afuera, también me genera esta sonrisa”.