La dichosa visa de turista

Caridad

rif-1HAVANA TIMES — Como la dichosa visa de turista, acá en Venezuela, hace un par de semanas ya se me venció (es totalmente ilegal trabajar con visa de turista), me fui a sacar el Rif en el SENIAT (Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria).

El Rif, es el Registro Único de Información Fiscal. En cualquier trabajo, o cualquier negocio que pretenda llevar en serio, debo tener esos numeritos que aseguran mi contribución al fisco nacional.

Pero como todo trámite moderno, necesitaba unos cuantos papelitos de por medio. Entre ellos una carta de residencia, emitida por algún consejo comunal, y un recibo de pago de la electricidad.

De haber estado, todo este tiempo, viviendo en un alquiler, me hubiese sido muy difícil esos dos detallitos. Antes de mudarme, mis suegros resolvieron esa carta de Residencia, aunque al final de la misma decía que Ese documento no era Válido para trámites en el SENIAT (entre otros).

En ese momento me pregunté a qué consejo comunal debía asistir entonces para que me dieran una carta que sí fuese válida para trámites en el SENIAT, pero como la frase estaba escrita en letra pequeña, me recomendé a los dioses para que los trabajadores de ese organismo no se fijaran en ella.

rif-2No llegué al SENIAT todo lo temprano que debí hacerlo, quizá eran más de las 9 de la mañana y me espanté en seguida con la enorme cola que rodeaba en círculos al edificio. Enseguida la dueña de la puerta me indicó a cuál de las colas debía incorporarme y más enseguida todavía la persona que me “dio el último”, con una simple mirada se percató de mi tumbaíto habanero y casi me acusa de ser la culpable del tamaño de la cola.

Porque aquí nos están cubanizando, esta es una cola igualita a las de Cuba.

Solo sonreí…sí, la cola era inmensa, pero no entendí qué tendrían que ver los cubanos en eso (aunque ya sé que a los venezolanos les salimos hasta en la sopa).

Miré a otro lado para no tener que fingir otra sonrisa, pero la señora quiso mirar mis papeles para ver si estaban en regla, un gesto amable, me dije, y enseguida me informó que la copia de mi pasaporte debía ser de dos hojas, y no de una sola, como llevaba yo.

No me dejé impresionar, a esas alturas no iba a salir disparada a hacer otra fotocopia a mi pasaporte, que en realidad solo tiene una hoja a la que valga la pena hacerle copia, la otra es la de la visa.
Volví a sonreír.

“Es que en este país todo está hecho una porquería, ayer estaban celebrando el golpe de estado que nos quitó la libertad, ya no se encuentra nada de lo que uno quiere para comer, y donde quiera están los cubanos y la colas. Ustedes se han acostumbrado a aguantar todo eso, pero nosotros no”, su voz ya era de esas que gustan ser escuchadas por el resto de las personas a nuestro alrededor. No sabía en realidad qué hacer con mi boca, si continuar intentando la sonrisa o gruñirle abiertamente.

Pero no era animal en territorio propio…así que deseché lo de gruñir.

seniat-1Inesperadamente la cola entró en movimiento y en un par de segundos me vi frente a una primera mesa donde contaron las dos o tres fotocopias que debía entregar (apenas sin mirar…la frase del consejo comunal pasó desapercibida en esta primera prueba), las unieron y me indicaron la siguiente cola a la que debía unirme.

La señora…siguió protestando por los cubanos, la comida, las colas y cualquier otra cosa.

Solo pensé que esa mañana había desayunado, cosa que no cualquiera en Cuba puede preciarse de hacer.

La cola, para mi sorpresa y, quizá, el malestar de la señora, volvió a moverse demasiado rápido y en menos de 20 minutos en total ya tenía yo mi Rif en la mano.
Fue tan rápido todo que apenas tuve tiempo de ponerme nerviosa, porque ya me imaginaba recibiendo un montón de preguntas por parte de cualquier funcionario.

Apenas colocaron mis papeles en una mesa, imprimieron una planilla que, previamente, había llenado por Internet (bendito Internet que lo vuelve todo menos lento) y solo estuve frente a la funcionaria el tiempo que demoró la impresora en llenar la hoja.

No sé si ese haya sido un día especial en esa oficina del SENIAT, pero la verdad, ya quisiéramos los cubanos “sufrir” esta clase de colas tan rápidas.

Caridad

Caridad: Si tuviera la oportunidad de escoger cómo sería mi próxima vida, me gustaría ser agua. Si tuviera la oportunidad de eliminar algo de lo peor del mundo borraría el miedo y de todos los sentimientos humanos prefiero la amistad. Nací en el año del primer Congreso del PCC en Cuba, el día en que se celebra el orgullo gay en todo el mundo. Ya no vivo al este de la habana, intento hacerlo en Caracas y continúo defendido mi derecho a hacer lo que quiero y no lo que espera de mí la sociedad.

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6 thoughts on “La dichosa visa de turista

  • La próxima vez que visites dile que le falto pedirte el soborno para que la cubanizacion sea completa :-)

  • Mi estimado Julio Cada vez que leo algún comentario suyo, debo admitir, que me río con tonos de sarcasmo. Me recuerda a algún tipo de migraña de esos que funden la mente, y lo digo no porque brillen sus comentarios, sino por lo poco elocuentes que son. Va dando saltos de inteligencia sobre baldosas rotas que ya no soportan el peso de un odio mal formado. Al parecer escribe con ardor en las venas (o en algún otro lugar) como sí las patrias le hubiesen rechazado de tal manera, que usted deba odiarles eternamente. Mais, mon amie; c’est la vie!. En tiempos como estos su futuro es tan cierto y predecible que no me atrevo a imaginarlo. Un cordial saludo.

  • Williams, no se de donde sacas odio.
    No ciento odio ni por Fidel que es mucho decir para un cubano que lo sufrió.
    Saludos y toma aspirinas para cuando te de mas migraña lo que escriba o no me leas
    :-)

  • He reflexionado un poquito mas lo que dices Williams y el nombre exacto de lo que siento cuando escribo creo que es pasión y definitivamente no es odio.
    Siento pasión por hablar por aquellos que en Cuba están amordazados por coercion y no pueden hablar por que tienen mucho miedo. Nadie hablo por mi Cuando estaba como ellos con un salario de esclavo. Nadie hablo cuando casi me votan de la universidad por manifestar una pequeña idea. etc etc.
    Ojala que algunas de mis palabras puedan ayudar a poner en evidencia las injusticias de la élite.

  • Al menos ya pasaste esa página, ahora a trabajar duro que el otro año te toca pagar impuestos.

  • Ja, ja, Cary, me recordaste un día de 1982, cuando pasé una semana en Praga, con rumbo a Etiopía, donde a la sazón estudiaba. Un geólogo cubano y yo nos sumamos a una larga cola en los famosos almacenes Kotvá, que entonces eran como el Corte Inglés checoslovaco. Un checo que iba delante de nosotros y que de inmediato notó nuestra pinta extranjera, nos interrogó: “¿De dónde son?”. “Cubanos,” respondimos. “Ah, entonces saben mejor que nosotros cómo se hace una cola”. Nada, que nos persigue la imagen. ¡Enhorabuena por los resultados!

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