Justicia para el cacique yukpa Sabino Romero (con documental)

Por Caridad

HAVANA TIMES — En noviembre del 2012, Sabino Romero y un grupo de yukpas lograron llegar una vez más a Caracas, para intentar dar solución a la problemática en la Sierra de Perijá (https://havanatimesenespanol.org/?p=75056)…no hubo respuesta del Gobierno. El 3 de marzo del año siguiente – solo cuatro meses después – varios sicarios dan muerte, en la comunidad del Tokuko, al valiente líder yukpa (https://havanatimesenespanol.org/?p=81049). El Gobierno celebra su justicia porque puso tras las rejas al asesino material del cacique Sabino… ironías…

Este viernes 14 de agosto de 2015, Ángel Antonio Romero Bracho fue condenado a 30 años de cárcel por los delitos de sicariato y asociación a delinquir, previsto en la legislación especial contra el crimen organizado. Conocido en la zona de Machiques como El Manguera, el sicario era guardaespaldas y chofer del ganadero José Ignacio Peña Romero.

Luego de más de dos años de duración, el proceso legal contra el sicario dio justicia al líder indígena. Pero quienes estuvieron al tanto de este proceso, quienes defienden los derechos de los indígenas y quienes conocieron y apoyaron su causa, se preguntan por qué el Gobierno no actuó de este modo contundente cuando aún se podía salvar la vida de Sabino Romero.

Llama la atención que los otros seis implicados en el asesinato material del cacique fueron juzgados con mucha más rapidez y, en un descuido de los activistas sociales e indigenistas, recibieron apenas siete años de prisión. Digo en un descuido de los activistas sociales, porque esta sentencia, en buena medida, es resultado de la presión de los activistas; pues teniendo en cuenta la historia de las relaciones entre Sabino y las autoridades gubernamentales, creo que existían muchas probabilidades de que El Manguera saliera con una sentencia similar a la de sus cómplices.

¿Quiénes están detrás de la muerte de Sabino Romero?

La Gadema (asociación de ganaderos), de Machiques, la Guardia Nacional Bolivariana, el Gobierno del estado de Zulia, el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, transnacionales mineras y de comida chatarra como Frito-Lay, los medios de comunicación privados y los que están en manos del Estado Venezolano, los paramilitares, guerrilla y colonos colombianos.

Cada uno de ellos, incluyendo algunos yukpas y al cura capuchino de la Misión del Tokuko, Nelson Sandoval, tienen sus manos manchadas de sangre.

Sabino no solo recuperaba tierras para los yukpas, también estaba en contra de la tala constante de cientos de hectáreas de bosque para la siembra de malanga y de la minería. Para el Gobierno es mejor lucir como eficaz justiciero, recluyendo a uno de sus asesinos, que continuar lidiando con la sombra de un líder que no se dejaba comprar con “ayudas” ni regalitos del Ministerio del Poder Popular para los pueblos indígenas. Por eso, apenas actuó ante la matanza constante de indígenas en la Sierra de Perijá.

Diversos políticos ahora aplauden la consecución de la justicia en el caso de Sabino Romero Izarra, cínica alegría cuando la mayoría de los que ahora aplauden, en su momento lo condenaron como bandido o se negaron a prestarle ayuda.

Faltan por enjuiciar los autores intelectuales de este sicariato (y otros muchos en esa zona), los que pagaron al señor Manguera para que disparara, los que dieron dinero para este asesinato. Si esto sucede, muchos cantarán victoria y el Gobierno venezolano creerá saldada su deuda con el pueblo yukpa. Volverá a olvidar que esas tierras están siendo tomadas y gobernadas por la guerrilla y los paramilitares, volverá a dejar a los yukpas arreglárselas solos con los hacendados y ganaderos; continuará sus planes de explotación del carbón y otros minerales; dejará en libertad a los efectivos de la Guardia Nacional que dieron muerte a Cristóbal Fernández, el último de los tres hijos de la cacica Carmen “Anita” de ser asesinado. Pero todavía falta por ver si serán enjuiciados los que ostentan poder y dinero en Venezuela.

Al menos, por ahora, es la primera vez en la historia de este país que un hombre es condenado por asesinar a un indígena.