A la escuela hay que llegar puntual

Caridad

Escuela y evangelio. Ilustración: Yiya

HAVANA TIMES – Katia era mi mejor amiga en Venezuela. Tiene unos 20 años menos que yo, pero no es de esas jóvenes con las que uno pierde el tiempo, si te sientas a conversar con ella… bueno… a veces sí, pero de vez en cuando es agradable esa sensación de “perder el tiempo”.

Cuando tenía 16 o 17 años salió de su casa, en Yaracuy, y se fue a Caracas a buscar una vida mejor. Trabajó en mil cosas, vivió alquilada en mil sitios, hizo muchos amigos… y estudió. Se pagó los estudios en una universidad no tan cara como la UCV, y cuando la conocí, estaba en los últimos semestres de Comunicación Social.

Hace dos años, cuando estuve en Caracas y nos sentamos a conversar, me habló muy inspirada de su nuevo trabajo en la Agencia Venezolana de Noticias (AVN). Se había desempeñado como periodista en otros sitios, pero estar en AVN era lo mejor que le había sucedido a sus 25 años y ni siquiera tenía que hablar de política, pues la aceptaron en el área de Cultura. No me quiero ir, me dijo, las cosas están muy mal, pero a Carlos (su novio) y a mí no nos va tan mal, trabajamos en lo que nos gusta.

Hace seis meses K. está en Bélgica.

***

Ayer nos hizo la visita Alejandro. Vino con su hija, de 7 años. Fue un mal momento, porque acababan de poner la electricidad y no sabíamos cuándo la quitarían…o más bien sospechábamos que la quitarían pronto; así que aquí en casa teníamos nuestras mentes en lo que debíamos hacer más que en la conversación.

Alejandro no tiene más de 30 años. Como muchas familias venezolanas, la madre fue padre y madre a la vez, de él y sus hermanos. No tuvo poder adquisitivo para estudiar lo que quería, aunque talento le sobraba para muchas cosas.

Hace dos años tuvo la oportunidad, al fin, de entrar a la escuela de arte. Alejandro intenta estudiar Audiovisual. En serio lo intenta, pero aunque pensó que el primer año había sido fatal, por la ausencia reiterada de profesores, lo lejos de la escuela y la dificultad para conseguir el material de estudio, el segundo lo tiene muy preocupado.

El sitio donde está ubicada la facultad lo cambiaron, ahora está más accesible a la mayoría de los estudiantes; pero el transporte es cada vez más escaso, al igual que el efectivo para pagarlo. Si el primer año faltaban algunos profesores, ahora apenas le ponen interés… los que quedan.

Encima, con estos apagones… ni siquiera puede comunicarse con los compañeros de clase para los trabajos en grupo. Un caos, nos dice bajando la cabeza, pero todavía negado a dejar escapar por segunda vez su sueño.

La madre de la hija de Alejandro se fue a Colombia a trabajar. Así que él tiene que enseñar a escribir y leer a su “carajita”. ¿Y eso cómo es, por qué no va a la escuela?, le preguntamos asombradas, porque no sabíamos que no estuviera llevando a la niña al colegio.

Tranquilas, nos responde, sí está yendo a la escuela, esta semana les llegó una maestra nueva; es evangélica pero bueno…

Desde noviembre el grado de la niña se quedó sin maestra. Se están yendo del país…o dejan de dar clases. No todos los educadores lo son por vocación, muchos estudiaron educación porque, en Venezuela, desde hace años el gremio consiguió muchos beneficios económicos.

Se daba el caso de algunos que pasaban más tiempo de “reposo médico” que trabajando, y los que realmente daban clases eran maestros suplentes, que no cobraban ni salario mínimo, mucho menos los beneficios.

Pero esa es historia pasada, porque Maduro ha acabado con cualquier beneficio que pudieran tener los trabajadores de Educación y otros sectores. El resultado es que la hija de Alejandro, al paso que va, no va a saber ni situar a Venezuela en el mapa. Claro, es una exageración mía, porque él y su familia se encargan de enseñarle, pero ¿y los demás?

La segunda parte de esa historia es el pequeño detalle: la maestra evangélica. El problema no es la religión que profesen los maestros, sino que cada día más, los pedagogos evangélicos confunden educación con evangelización. Es decir, anteponen la enseñanza religiosa a la laica.

¿Comprenden a dónde se va encaminando esto?… bueno, soy muy positiva aún… A dónde se ha encaminado, es mejor decir. La gente con talento, deseos de aprender y con voluntad, se ha ido o planea irse de Venezuela. La educación, cada día más pírrica, está quedando en manos del sector religioso más pobre –culturalmente hablando –, más conservador y fanático. El fanatismo ya fue incentivado políticamente durante todos estos años de “revolución”.

Las estrellas de la bandera de Venezuela podrían desaparecer en un futuro, dando paso a una biblia con una hoz y un martillo.

Caridad

Caridad: Si tuviera la oportunidad de escoger cómo sería mi próxima vida, me gustaría ser agua. Si tuviera la oportunidad de eliminar algo de lo peor del mundo borraría el miedo y de todos los sentimientos humanos prefiero la amistad. Nací en el año del primer Congreso del PCC en Cuba, el día en que se celebra el orgullo gay en todo el mundo. Ya no vivo al este de la habana, intento hacerlo en Caracas y continúo defendido mi derecho a hacer lo que quiero y no lo que espera de mí la sociedad.

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4 thoughts on “A la escuela hay que llegar puntual

  • Caridad…es triste lo que cuentas…profesionales que se van de su país, sueños sin ser realizados, niños sin un futuro…todo esto por mas que se repita, no tiene una solución, …es lastimoso como la cúpula de poder no acepta la realidad, acaso ellos son gente enajenada.

  • La única solución para Venezuela es una intervención militar que acabe con el régimen criminal.

    ¡Gracias Fidel

  • Vamos soltando sedal y vemos si llegamos al punto: tú notas un incremento considerable en los profes evangélicos, que están por tomar la educación(diría que más es instrucción escolar, y su valor real es cero); ¿y notas que en Cuba ha proliferado la aparición de esas mismas iglesias? ¿revisas las cuentas y fueron esos mismos los que llevaron al triunfo al imbécil bolsonaro en Brasil? y como esos ejemplos podemos considerar a Ecuador, Colombia, etc., etc., etc… y toda esa bazofia está llegando de estados unidos, ¿hay entonces verdaderamente una relación entre la ideología,la tendencia política, la rapiña económica con sus banderas de “izquierda-derecha”, sus discursos “neocon-liberales”, sus “planteamientos nacionalistas-globalistas”? son sólo patrañas que encubren el hurto, el saqueo, la enajenación total, el exterminio de la población a un ritmo lento pero seguro: mala alimentación(cuando la hay), pésimos servicios de salud(en caso de que se tenga acceso a ellos), ausencia de educación, eliminación de libertades y prerrogativas sociales, desvinculación de ciudadano-instituciones públicas, y un muy largo etcétera.

  • Germán, tienes razón, las iglesias evangélicas de latinoamérica han salido de Estados Unidos, donde son una fuerza política importante (incluso tengo entendido que hay más fieles protestantes que católicos, aunque no es todos los protestantes son evangélicos) y creo que también ayudaron a Trump a ganar las elecciones. Por supuesto hay cientos de estas iglesias, me refiero a denominaciones, y algunas son más “conservadoras” o “reaccionarias” que otras, cuando digo reaccionarias me refiero a la proyección escasamente empática de sus líderes.
    No vivo en Cuba pero estoy al tanto de la expansión de estas iglesias también allá; y de cómo el gobierno las utiliza a su favor.
    En Venezuela los evangélicos no están solo tomando fuerza en las aulas, ellos forman parte del gobierno desde hace muchos años. No por gusto uno de los candidatos fantoches de las últimas elecciones fue un pastor evangélico.
    Sí, estamos jodidos por donde quiera que se mire, porque la cutura y la educación en manos de fanáticos políticos o religiosos (o ambas cosas juntas) llevan a la deshumanización.

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