Post-autoritarismo laboral en el sector del turismo cubano
Yenisel Rodríguez Pérez
HAVANA TIMES – Hace algunos años escuché decir que es usual que los trabajadores del turismo no recuerden con exactitud el monto de su salario. Los que conversaban concluían que al sector se va en busca de la propina, la apropiación clandestina del patrimonio estatal y privado, y en muchos casos a establecer relaciones personales con los clientes extranjeros más allá del contexto consumidor-dependiente.
De esta manera no se hace difícil entender por qué los trabajadores del turismo “olvidan su salario”. El día de cobro es básicamente un ritual donde se actualiza la pertenencia a la institución, así como una póliza legal que augura un futuro económico medianamente decoroso.
En el debate no se cuestionaba la legitimidad de todo esto, más bien se denunciaban las malas condiciones laborales que soportan los trabajadores del sector, sobre todo la coacción política y el autoritarismo laboral que de manera explícita e impune ejercen sobre ellos los directivos (militares retirados en su gran mayoría).
Esa impunidad, pensé para mis adentros, también tiene que ver con ese chantaje arbitrario que aplican a sus subordinados, administrativos que toleran voluntaria o involuntariamente las redes de lucro ilegal que aquellos llevan a cabo y que a ellos no le favorecen directamente.
Y no creo que la liberalización económica en marcha genere cambios relevantes en este panorama, por lo menos no a mediano plazo, sobre todo porque el autoritarismo laboral más rústico se mantiene incólume a pesar del reciente giro neoliberal dado por el régimen.
En los tiempos que corren los trabajadores del turismo se forman en escuelas especializadas, incluso existe una carrera universitaria para formar profesionalmente a los directivos y administradores del ramo.
Sería interesante saber de qué manera se acopla la retórica sofisticada de las “Ciencias de los servicios” con el despotismo laboral, principalmente a la hora de diseñarse los planes estudio; o cómo acoplan en un mismo imaginario, luego de graduados los futuros directivos, la rebuscada estética del marketing con el autoritarismo más simplón y opresivo de estirpe estalinista.
Sería bueno que alguien dedicara su tiempo a investigar la corporación Gaviota, feudo ,privado de Raùl y familia, donde muchos de sus trabajadores arrastran una deuda de responsabilidad material impagable
Buen tema tocado por Yenisel. Es por lo expuesto que los trabajadores del turismo tratan de forma diferenciada al turista nacional y al extranjero. El turista nacional es visto como un cliente indeseable que consume mucha comida y bebida dejando poca propina, es decir que son el enemigo que se lleva las dos fuentes principales de beneficio al trabajador turístico.
Así mismo es Yenisel, los militares no saben dirigir una empresa practican el despotismo militar por incapacidad de dirigir en la vida civil. Por eso los militares no pueden tener el control del 60% de la economía nacional y creo que me quedo corta.
El estalinismo de sus mentalidades solo producen una super explotación de los trabajadores.
Los militares a sus cuarteles,los exmilitares a retiro. Lamentablemente tenemos una sociedad infectada de militarismo.