Masculinidad en Cuba

Yenisel Rodríguez

Foto: Elio Delgado

En la última feria del libro realizada en Cuba se lanzó uno de los primeros estudios sobre Masculinidad que realiza nuestra Academia.

Unas semanas antes había conocido a través de unos amig@s de que iban los susodichos Estudios de Masculinidad:

-”Es complemento del feminismo porque se centra en el universo sociocultural de los hombres.”

-”No contrapuntea lo masculino y la femenino como hacen los Estudios de Género. Estudian al hombre tal y como es… desde dentro. Pretenden dejar atrás perjuicios y predisposiciones con lo masculino.”

Así hablaban mis amig@s sobre el asunto.

¡Qué bueno!- me dije. Por fin “alguien” se da cuenta de que los hombres somos mucho más que dominación y sexomanía. Ahora podremos expresar, sin temor a despertar sospechas feministas, la sutil discriminación y marginación que también nosotros sufrimos.

La situación es tal, que a veces pienso que se espera que paguemos por todos los horrores históricos del patriarcado, y sin derecho de quejarnos tan siquiera. Justos y pecadores, todos a la hoguera.

¿Alguien se ha preguntado que sucede con aquellos hombres que se enfrentan cotidianamente a su propio machismo y al ajeno?

Una tarde un amigo me solicitó que mediará en la discusión que llevaba, por más de media hora, contra los pensamientos machistas del albañil que trabajaba para mis vecinos. La discusión redundaba sobre los derechos de los hombres y de las mujeres.

No me sentí capacitado para cumplir con el rol de juez asignado; no obstante, desde el inicio, me sume a la crítica antimachista de mi amigo.

El albañil se expresó. Oyéndolo reconocí algo de razón en sus argumentos. Se quejaba del maltrato que ejerce, en determinados momentos, su mujer contra él. Más allá de las críticas que se le pudieran hacer, su actitud defensiva era legítima en alguna medida.

En ese preciso momento recordé el lanzamiento de “Macho, varón, masculino. Estudios de masculinidad en Cuba” del Doctor en Ciencias Históricas Julio César Gonzáles Pages. En los ojos de mi amigo y del albañil descubrí expectación. Prometieron comprar el libro antes de continuar la discusión. Buena salida para mí.

Comprado el texto comencé a leerlo. Para sorpresa mía, no había llegado a la página 15 y ya mis expectativas estaban hechas cenizas. El libro del Doctor Julio Cesar extraviaba desde el inicio el carácter auténtico y la lógica de lo masculino. Si en el estudio de lo masculino caemos en estos errores, se hace casi inevitable que los hombres terminemos en el banquillo de los acusados.

“Oye, el libro está flojito”- me grito mi amigo al día siguiente mientas pasaba por el frente de mi casa.

Su comentario me trajo a la memoria al albañil. Lo imaginaba leyendo el texto en casa. Acostado y haciendo un gran esfuerzo para no dormirse después de tanto trabajo, con la intención de poder validar, desde la lectura, algunas de las ideas que expusiera aquel día. Sólo encontraría diatribas y cuestionamientos.

Regrese al cuarto para confirmar mis ideas. En el índice del texto leí nuevamente:

-Miedo al feminismo
-Visualizar la violencia
-¿De dónde viene la honra masculina?
-¿Masculinidad y violencia o violencia de la masculinidad?

Y así por el estilo: violencia, violencia y más violencia.

Desde entonces, mi amigo y el albañil se han sumado a mi reclamo, y al de muchos otr@s, de que se realicen verdaderos estudios de Masculinidad en la Academia cubana, en los que no debamos demostrar efusivamente la ausencia de sangre de mujer en nuestras manos, para luego poder ser escuchados.

Adán también necesita una canción de liberación trascendental en tiempos de emancipación femenina. Una canción que comience alabando su belleza.

Yenisel Rodriguez

Yenisel Rodriguez Perez: He vivido siempre en Cuba, con la excepción de varios meses del 2013 cuando estuve con mi padre en Miami. A pesar de las noventa millas que separan a una ciudad de otra, en ambos sitios encuentro motivos profundos para asumir una militancia política y popular. Mi encuentro con la Antropología Sociocultural hace 8 años atrás, me ha alistado en el compromiso de amor a la diversidad cultural.

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2 thoughts on “Masculinidad en Cuba

  • Realmente si los hombres no quieren tener las manos manchadas de sangre como dices debían tener una posición menos infantil que Yenisel Rodríguez que sin dudas es un machito varón……Realmente tú reflexión sobre el tema es muy poco sería, al albañil se lo perdono, por que tal vez si estereotipos es un hombre de un mundo menos letrado, pero a ti graduado y miembro de cátedras. Mejor dedícate a otra cosa no todo el mundo debe hablar de género si saber que todos lo estudios vienen del feminismo y de la actitud poco comprometida como la de Yenisel.

    Lamentable la valoración, quizás debía leer el libro completo o buscar otros…… para estudiar y crecer siempre hay tiempo

  • Yenisel tú trabajo demuestra que conoces muy poco de género razón que debes aprovechar en cuba que la educación es gratuita!!!! Eres victima de las mujeres!!!! Eso no te lo cree nadie. Lee la entrevista al autor y no disfrace tú machismo
    Alberto

    Somos machistas porque lo aprendimos”, afirma Julio César González Pagés.

    Precisamente el mes de marzo, cuando el mundo entero celebra a la mujer, Somos Jóvenes (SJ) convino en hablar de machismo.

    “Es buena idea —afirmó Julio César González Pagés, historiador, Máster en Estudios de género y coordinador de la Red Iberoamericana de Masculinidades—, esta es una ideología que igualmente atraviesa a las mujeres; también ellas educan en preceptos machistas a sus hijos, y hasta exigen hegemonía de sus cónyuges”.

    SJ: ¿Habla de mujeres machistas?

    “Mas no digo que sean las culpables; el fenómeno pervive por una complacencia social de hombres y mujeres, es tan aprendido como la violencia, y se repite desde la educación y la cultura. Por eso advierto del riesgo de querer ser modernos.

    “Recuerdo que en una de las emisiones de El triángulo de la confianza, el programa del Canal Habana, participé junto con otros invitados. Uno de ellos expresó: ‘Es que a los jóvenes les gusta la violencia…’ Los líderes de opinión deberíamos enfrentar tales criterios”.

    SJ: Así cualquiera diría que la juventud “pide” machismo…

    “O que está condenada a él. Pero el machismo, insisto, es una ideología que nadie elige; es él quien nos aborda y atrapa con sus múltiples caras y coerciones. Las mujeres lo reproducen desde que llaman ‘cazuelero’* a quien se entromete en los asuntos domésticos.

    “Muchas sueñan con mundos utópicos, pero en la práctica, al educar a sus hijos, les piden al niño que se comporte como un ‘machito’… Jóvenes me han dicho: ‘En mi casa no puedo ser amable ni pasármela leyendo: mi mamá teme que sea gay’ ”.

    SJ: ¿Cómo explicar semejante aprensión?

    “La homosexualidad demerita la masculinidad hegemónica. Según el machismo, el antagonista del ‘macho‘ es el afeminado; la cultura patriarcal no sabe discriminar, para ella quien no es vaquero es ‘mariquita’. Esta también es una forma de devaluar la ‘hembra’: lo afeminado se refiere a los gestos o actitudes propios de mujer; en el patriarcado lo femenino, o no tiene valor, o es secundario”.

    SJ: A propósito de la sexualidad, el modelo supone que los varones sean expertos en el tema.

    “Y la sola posibilidad de salir con una amiguita angustia a los…

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