Los sigilosos lineamientos del deporte cubano

Yenisel Rodríguez Pérez

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Jugadores de fútbol. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – El Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Índer) desmantela lenta, pero sistemáticamente su rol de institución socializadora de la práctica deportiva, y concentra fuerzas en la restauración y el fortalecimiento de su infraestructura comercial e industrial.

El Índer condena al deterioro total a cientos de centros deportivos, muchos de los cuales constituyeron la infraestructura básica de la práctica deportiva a nivel municipal y barrial. Ello contrasta con el auge de la práctica de deportes con un fuerte componente cosmopolita y clasemediero, asociada a cierto elitismo sociocultural.

Atrás va quedando la legendaria consiga que por más de medio siglo defendió como bandera: Deporte, derecho del pueblo. Pareciera como si estuvieran diseñando otras frases más cercanas a la publicidad, algo así como “el deporte cuesta”.

Aquí no vamos a denunciar la falta de voluntad política del Gobierno con aquellos proyectos sociales que en su momento emprendieron como tarea populista esencial. Este comentario es un humilde llamado de atención sobre las nefastas consecuencias del desmontaje de la infraestructura asistencialista que persiste en nuestro país.

El recorte de la agenda de asistencia social, ahora de talante neoliberal, significará un costo social para una sociedad vaciada de autonomía. Históricamente fuimos coaccionados a subordinar nuestras estrategias de vida a la subvención y la gratuidad estatal, que ahora se desmonta sin que se planifiquen sustitutos o alternativas.

En nuestra sociedad, la práctica del deporte se va perfilando como una esfera privada, donde cada cual lo ejercita del modo que puede, pero siempre con relación a los estándares primermundistas que se venden en el mercado nacional, y en el que el Índer espera ocupar un puesto significativo.

A la imagen colectiva y nostálgica del juego con pelota de trapo y pies descalzos a que muchas generaciones nos remitimos orgullosamente, se suma ahora el sello del estigma de la pobreza y la marginalidad.

Así, el deporte masivo deja de ser un lugar de encuentro, para establecerse como espacio de jerarquización, proceso que se magnifica en aquellos con exigencias materiales inalcanzables para la mayoría, y usualmente asociados a los códigos audiovisuales.

La práctica masiva, si es que alguna vez existió, parece ser cosa del pasado. Y no es que se pierda mucho: los proyectos sociales promovidos por los gobiernos siempre están diseñados para una muerte funcional poco después que cumplen su fin de publicidad política.

Acá el populismo y el Estado asistencialista cubano ya rebasaron su pico con la retirada de la palestra nacional de Fidel Castro.

Hasta ese momento, la inercia del autoritarismo tradicional del gran líder y su egocentrismo mesiánico, propiciaron un perfil bajo, pero estable, en el mantenimiento de políticas deportivas nutridas por el efecto colateral de la dominación autoritaria.

Ahora no tenemos ni siquiera eso. Apenas promoción y fomento del deporte como producción industrial y consumo, con algunas migajas de libertad formal.

 

Yenisel Rodriguez

Yenisel Rodriguez Perez: He vivido siempre en Cuba, con la excepción de varios meses del 2013 cuando estuve con mi padre en Miami. A pesar de las noventa millas que separan a una ciudad de otra, en ambos sitios encuentro motivos profundos para asumir una militancia política y popular. Mi encuentro con la Antropología Sociocultural hace 8 años atrás, me ha alistado en el compromiso de amor a la diversidad cultural.

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One thought on “Los sigilosos lineamientos del deporte cubano

  • La creación de la federación cubana de golf y millonaria inversión de campos de golf de 18 hoyos, dice hacia donde va dirigida la política del INDER. Excelente post, es una alerta oportuna sobre el abandono de las conocidas “conquistas” de la revolución.

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