Con los playoff los cubanos nos sentimos pueblo
Yenisel Rodríguez Pérez
HAVANA TIMES — El Estado no es nada, el pueblo lo es todo. Por eso vemos como las instituciones estatales tratan de depredar el entusiasmo popular con los playoff de la actual serie nacional de baseball.
Esta es una de las pocas fiestas auténticamente populares que aún perviven en Cuba. Máxime en la capital del país, donde ha sido más radical la política antipopular del Estado, que busca obturar ese potencial cívico que caracteriza a las ciudades cosmopolitas como La Habana.
Muchos esperamos que lleguen los playoff para poder participar de alguna manera en cosas de pueblo. Cuando un equipo de la serie logra buenos resultados competitivos se da el milagro. Nada ni nadie se puede oponer a la alegría, la carcajada y la euforia de sus seguidores.
El actual playoff de la pelota cubana entra en su recta final. Ahora son dos provincias del país las favorecidas con esta gracia divina de las libertades y las jurisdicciones plebeyas temporales.
Sólo es necesario algún resultado significativo en el transcurso del playoff para que se haga público lo que aún nos queda de pueblo. Con sus odios y amores, pero en tonalidades de civismo, enjuiciamiento político y protagonismo popular.
Hace unos días, a pocos minutos de triunfar el equipo de Ciego de Ávila sobre el de Las Tunas en los cuartos de finales, uno de sus integrantes manifestó su sorpresa al ver como el “pueblo se tiraba para la calle”.
En su provincia los esperaron para celebrar el último día del carnaval. Imagino que fue algo especial.
Ser pueblo exige pertenecer a una complicidad afectiva auténtica. Hoy el playoff de la seria nacional de baseball me hace sentirme pueblo, sentirme parte del él.
Si ganará el equipo de la capital reviviría el éxtasis colectivo que experimentamos muchos de los vecinos del barrio de Santos Suárez.
¡Que decida en el terreno quienes vivirán la alegría de ganar los playoff!
Un éxtasis político temporal en una sociedad atascada en la esclerosis del Estado total.