San Juan de los Remedios
Yanelys Nuñez Leyva
HAVANA TIMES— En medio de una reunión de amigos que festejaba la visita a La Habana de una ex-compañera de estudios, surgió la idea de pasarnos unos días en Remedios, ciudad donde actualmente ella vive.
Todos, entusiasmados por conocer algo nuevo de Cuba se querían sumar al proyecto, pero al final solo tres nos comprometimos.
El comienzo del viaje tenía que coincidir con nuestras vacaciones y por supuesto con el cobro de nuestros desmejorados salarios.
Así, luego de reunir entre todos un poco de arroz, azúcar, jamonada y espaguetis (para evitar grandes gastos en comida) emprendimos la jornada.
La llegada a la ciudad de Santa Clara fue bastante cómoda pues logramos conseguir en poco tiempo tres tickets de ómnibus, pero de allí a nuestro destino faltaba un buen trecho.
Luego de muchas preguntas e indagaciones a los habitantes sobre la manera más económica de trasladarnos, terminamos en un taxi Chevrolet que trasportaba bien apretaditos a sus pasajeros (cuatro donde solo debían ir tres), y que además nos cobró la escandalosa cifra de cuarenta pesos MN por persona.
Pero bueno, eso no minó nuestro espíritu aventurero y llegamos 45 minutos después: entumidos, acalambrados pero alegres, a esta ciudad declarada Monumento Nacional en 1980.
El pueblo se nos reveló bien conservado, limpio y con un desarrollo económico evidente (quizás la cercanía de Cayo Santa María le garantice una actividad turística sistemática).
Para nuestro asombro, hostales, restaurantes y hoteles que se levantaban alrededor de la Plaza Central, constituían espacios de disfrute para muchos de los habitantes de Remedios (lo que no quiere decir que los precios de los servicios y de los productos que ofertaban fuesen demasiado asequibles).
Otro motivo de admiración fue el descubrimiento de dos iglesias ubicadas muy cercanas una de la otra: la de Nuestra Señora del Buen Viaje y la Parroquial Mayor de San Juan Bautista (esta última en mejor estado de conservación).
Admiración que se acrecentó cuando nos contaron sobre la leyenda que hermanaba a estas dos edificaciones religiosas (se dice que una virgen fue hallada en los manglares y se le hizo un sencillo altar en la casa de un viejo esclavo lucumí antes de ser transportada a la Parroquial Mayor.
Mas, cuando tuvo su espacio en la iglesia de San Juan Bautista volvía misteriosamente a su primer aposento, por lo que se decidió levantar una ermita, que luego de varias transformaciones sería Nuestra Señora del Buen Viaje).
Y es que las leyendas forman parte de la dinámica cultural de esta ciudad, algo de lo que nos percatamos cuando un señor de edad avanzada y humilde en el vestir nos narró con el fervor y la fluidez de un cuentero, y en el propio parque donde están representadas a través de relieves escultóricos muchas de esas leyendas (Parque de la Trova), las historias que les daban vida.
El viaje a San Juan de los Remedios fue muy gratificante. Este pueblo es nacionalmente reconocido además por sus parrandas que se celebran en diciembre.
Me ha gustado este escrito y me gustaría publicarlo en mi blog donde he publicado algunos videos de las parrandas. Por favor, si está de acuerdo que lo publique, escribe a mi dirección de correos. Siempre pondré que es de su autoría.
La dirección del blog, es: http://pellizcando.blogspot.com.es/
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