Miss Bienal de La Habana

Miss Bienal

Yanelys Núñez Leyva

HAVANA TIMES“Es rosado y se acerca”... así describía un amigo la experiencia de ver por primera vez a Miss Bienal, una despampanante “bailarina de Tropicana” que recorrió gran parte de los espacios expositivos durante la 12 Bienal de La Habana.

Con tanga, cola, tacones de plataforma, mallas, sombrero de casi un metro de alto y lentejuelas por todos lados, se exhibió el artista Luis Manuel Otero Alcántara, como parte de su perfomance Welcome to yumas.[1]

A la vez que observaba como un espectador más las propuestas artísticas y se mostraba orondo con todas sus galas en centros culturales, estudios y galerías, repartía, también, su tarjeta de presentación que contenía datos reales: número de teléfono, dirección, profesión y el título de Miss Bienal, además del logo del mega evento, en el que no se insertaba oficialmente.

En algunas ocasiones lo acompañé, cámara en mano (aunque no sea mi fuerte), pues era muy atractivo observar las reacciones, actitudes y comentarios de los diferentes tipos de público.

Cada vez que salía de su casa para dirigirse a algún evento lo hacía a medio vestir, con una bata azul de diseño chino que ocultaba el traje de la bailarina y con el maquillaje puesto, ya que su mayor interés era irrumpir en el espacio arte. Cuando se iba acercando al lugar programado se descubría en medio de la calle ante la mirada inquisitiva de los transeúntes.

Esta primera imagen, aunque con otras características, no perdía su carácter exótico, por lo que propiciaba al igual que la de bailarina, una sarta de risas, caras de asombro, burlas, preguntas relacionadas con su profesión, también se llegaba hasta los improperios.

Algunos niños lo creyeron payaso, otros le llamaron boxeador, artista de circo y entre los adultos hubo quien dijera: es solo un pobre travesti “buscándose la vida.

Un performance como este, tan intrusivo, igual causó molestias entre personas del medio artístico, al punto de querer prohibirle el paso a alguna que otra institución, porque además de desconocer el origen de la obra y su proceder, su esbelta, estrafalaria y sorpresiva presencia tenía el poder de desviar más de una mirada en medio de una formal inauguración.

Muchos esperaban de Miss Bienal un gran espectáculo, una danza bien arrabalera, algo que justificara su imagen carnavalesca y perturbadora.

Por eso, cuando Alcántara les explicaba que el performance consistía en esa breve interacción, en provocar ese extrañamiento, del otro lado no había palabras, un shock, un momento de reflexión, un guiño cómplice, que se complementaba cuando leían su business card con la referencia de artista visual y la de Miss Bienal.

¿Qué perseguía el creador con este trabajo?

¿Una crítica a las posturas que asumen los gestores de arte contemporáneo cubano e internacional para promocionarse y vender?

¿Una representación del cubano del futuro, del cubano de la Edad de los Cruceros, como bien dijera el estudioso Roberto Zurbano?

¿Una mueca burlesca y enjuiciadora a la Bienal como evento?

No sé, quizás, un poco de todo.

MIss Bienal durante el desarrollo de la obra de Manuel Alejandro Hernández en el Proyecto Detrás del Muro

Lo que sí resulta transparente es la clarividencia del gesto ante los cambios políticos que se estrenan actualmente en nuestro contexto.

Alcántara aprovecha varias realidades, la libertad de acción que le brinda una discreta, pero ascendente tolerancia de la homosexualidad por parte de la sociedad cubana, la incertidumbre del entramado social luego del 17 de diciembre de 2014 y la realidad de la Bienal, con su discurso de apertura e intercambio.

Ser itinerante, ambiguo, hermoso, llamativo, le permitió a Miss Bienal exhibirse sin miedos, tanteando y jugando todo el tiempo con el poder y en su propio terreno.
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[1] Performance que forma parte del proyecto independiente Hors Pistes Primavera del Amor, que transcurrió durante la 12 Bienal de La Habana. Curadora Catherine Sicot.

Yanelys Nuñez

Yanelys Nuñez Leyva: Escribir es exponerse, desnudarse ante la mirada inquisitiva de todos. A mí me gusta escribir, no porque haya desarrollado una verdadera afición por el nudismo, sino porque me fascina componer palabras, pensarme historias, frases que conmuevan, imágenes que provoquen disímiles sensaciones. Aquí tengo un espacio donde hablar de arte, de la vida, de mí. Al final, sentirse bien con lo que uno hace es lo que importa; ya sea con ropa o sin ella.

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2 thoughts on “Miss Bienal de La Habana

  • Muy interesante y bien descriptivo artículo. Me quedé con deseos de haber visto a Miss Bienal y agradecerle tanta libertad, valentía y simpleza en su propuesta. Por otra parte, la llamada de atención a esos cultores del arte que tan ingnorantes y prohibitivos (véase: censores por cuenta propia) -aún viviendo en el mundo de la cultura- no se dan cuenta de lo que es un permormance, es decir otra muestra del arte dentro del arte. !Cómo les falta por aprender a muchos(as) cubanos(as) en la isla!

  • Gracias

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