Ir a las tiendas ¡qué depresión!

Yanelys Nuñez Leyva

Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 8 abr — En muchas películas estadounidenses, especialmente en las más comerciales, es usual encontrarnos a una protagonista que busca alejarse de la depresión emocional que la asalta a través de la gran compra de variados artículos.

El hecho, de ir a las tiendas y comprar lo que se necesita y lo que no, es un “enorme placer” que se vende muy bien en los spot publicitarios de todo el mundo.

En nuestro país, para el cubano de a pie, sucede todo lo contrario:

Uno de mis momentos de depresión más significativos es cuando hay que acudir a una tienda para comprar un producto imprescindible.

Continuamente las mercancías suben a precios exorbitantes, al mismo tiempo que las de menor valor se pierden de las estanterías por largos períodos de tiempo.

Por estos días, por ejemplo, el champú y el acondicionador de la marca Kerol, productos que se encuentran entre los más buscados por gran parte de la población por costar 1 cuc , están en falta.

El dilema de las rebajas es otro:

Nunca existe tal descuento del precio original del producto, y cuando de alguna manera llega a ser asequible, el artículo ha caducado completamente desde hace mucho tiempo, pero asimismo es vendido.

Mi hermana es un ejemplo fehaciente de ello, ya que en su afán por entaconarse para ir a trabajar, cada cierto tiempo camina todo un día por las tiendas, desde las más grandes hasta las menos conocidas para encontrar unos zapatos baratos que luego se le rompen a los diez días de haberlos adquirido.

Le ha sucedido incontables veces pero ella no ceja y sigue perdiendo miserablemente su dinero.

Aunque mi idea de placer no está estrechamente relacionada con un espléndido consumo de productos, si se me haría más satisfactoria la sobrevivencia si lo que a veces busco, lo pudiera encontrar a un precio razonable y con buena calidad.

Ir a las tiendas se ha convertido para mí en un verdadero conflicto:

El tumulto de gentes que siempre se encuentran en ellas – a la caza del producto de bajo precio que pueda revenderse -, la poca amabilidad de los dependientes y la carencia de los artículos a los que puedo acceder ha provocado en mí una profunda aversión y un interminable abatimiento.

 

Yanelys Nuñez

Yanelys Nuñez Leyva: Escribir es exponerse, desnudarse ante la mirada inquisitiva de todos. A mí me gusta escribir, no porque haya desarrollado una verdadera afición por el nudismo, sino porque me fascina componer palabras, pensarme historias, frases que conmuevan, imágenes que provoquen disímiles sensaciones. Aquí tengo un espacio donde hablar de arte, de la vida, de mí. Al final, sentirse bien con lo que uno hace es lo que importa; ya sea con ropa o sin ella.

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3 thoughts on “Ir a las tiendas ¡qué depresión!

  • esto es pura verdad! ir a las tiendas es de lo más triste.

    incluso llega al colmo de que con dinero tampoco resuelves. no es que el producto este caro, es que no hay.

  • Los extremos son malos. El consumismo no es bueno,pero peor es el no consumismo

  • Si, el CONSU…MISMO cubano es definido magistralmente por Alexis Valdés, la gente se pasa CON SU MISMO par de zapatos, CON SU MISMO pantalón, etc, AÑOS Y AÑOS, ese es el CONSUMISMO de los que habitamos en esta bella isla

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