Gonzo González fotografía a su generación

Yanelys Nuñez Leyva

HAVANA TIMES — Católico no practicante, rocker, fotógrafo (no artista), irreverente y un tanto pesimista, son algunas de las definiciones que atribuye a su personalidad Gonzalo González Borges (1959).

Mi acercamiento a la vida de Gonzo -como es más conocido-, responde a la investigación sobre fotografía documental que realizo para graduarme de Historiadora del Arte.

Y un breve análisis de su trayectoria artística me bastó para reconocer el incalculable valor de sus creaciones.

Graduado en Arquitectura (1987) en la Especialidad de Técnico en Edificaciones, ha construido su saber fotográfico a través de cursos y talleres, pero principalmente de forma autodidacta.

Su trabajo, iniciado en la década de 1980, ha buscado, según sus propias palabras, reflejar la problemática de su generación. Para ello, ha recorrido las zonas rurales del país –junto con sus amigos y también fotógrafos Raúl Cañibano y Cristóbal Herrera–, ha desandado las calles de La Habana, ha asistido a las disímiles expresiones de religiosidad popular, se ha involucrado  con los enfermos de los centros de salud mental y física, etc.

Todas estas experiencias fotográficas han sido desarrolladas con singular maestría técnica y conceptual, siempre matizadas por los altos contrastes del blanco y el negro y por las premisas difundidas por el «instante decisivo» de Henri Cartier-Bresson.

Una de sus obras más recientes aborda el tema de la peregrinación que se realiza, una vez al año, en conmemoración a la virgen de la Caridad del Cobre, en la barriada capitalina de Centro Habana.

Instantáneas de intenso dramatismo abundan en este ensayo fotográfico que ya cumple 12 años de iniciado. Sus personajes, en muchos casos aparecen acompañados por la imagen de la virgen, patrona de todos los cubanos a la que dedican, como fieles devotos, sus plegarias y rezos.

Gonzo González, un fotógrafo que se emociona al hablar nostálgicamente de sus amigos que se han ido de Cuba o que han fallecido, vuelca diariamente toda su sensibilidad en imágenes que trazan un mapa de la identidad cubana.

Y aunque actualmente no encuentra muchas vías para promocionar su trabajo,  (hace un año no tiene ni correo ni Internet) sin lugar a dudas su obra ya forma parte de la Historia de la Fotografía de nuestro país.