Exposición Ibíd. en el Pabellón Cuba
Yanelys Nuñez Leyva
HAVANA TIMES — Cuando el curador de la muestra, Samuel Hernández, presentó al artista que inauguraba ese día en la galería del Pabellón Cuba, no creí posible encontrar una obra tan sugerente e interesante; y esa desconfianza afloraba principalmente, por la corta edad de su autor: apenas 20 años.
Puros prejuicios.
Iván Perera, este jovencísimo estudiante del Instituto Superior del Arte (ISA), demuestra con su exposición Ibíd., (febrero – marzo de 2013) una madurez inusitada que se refleja en el tema y en la sutileza del discurso artístico.
Un total de nueve piezas conforman este proyecto, cuya motivación descansa en la problemática de la producción de información.
El libro, importante corolario de esa producción de conocimiento, es de-construido desde su fragilidad física y cognoscitiva.
El archiconocido temor de los escritores a la página en blanco (Ensayo sobre una página en blanco, 2011); el ansia humana de conquista de nuevos saberes expresada en su experiencia cíclica a lo largo de toda la historia (Línea del tiempo, 2014); la acumulación incontenible de información, que se desactualiza y muta, siendo reducto de una búsqueda insaciable, voraz, infinita (Ibídem, 2013)…son algunas de las preocupaciones de Perera.
Pero, luego de observar toda la muestra, no pude evitar encontrar puntos de contacto con la obra de otro joven del ISA, Rigoberto Díaz, quien expusiera en el mes de noviembre de 2013 en la galería Espacio Abierto, un proyecto –titulado Stock – que ponía en evidencia al archivo devaluado y que además pretendía apresar esa relación metafórica establecida entre el peso de un documento y su valor cultural.
Desde poéticas bien diferentes, ambos indagan en “ese proceso de construcción del logos desde el libro”.[1]
Días más tarde, una amiga me comentaba que Perera le parecía un joven con alma de viejo, y a lo mejor es eso lo que se percibe en su obra y lo que más me atrae de ella.