Escape en la Sala Adolfo Llauradó
Yanelys Nuñez Leyva
HAVANA TIMES — El primer domingo del año la sala Adolfo Llauradó tuvo una gran afluencia de público pues se presentaba la última función de la obra “Escape”.
O quizás la cantidad de asistentes se debía a que el Trianón no reanudaba sus puestas hasta el 9 de enero o que el Raquel Revuelta, otro de los teatros cercanos, tampoco tenía presentaciones.
Bueno a ciencia cierta no sé el por qué, lo que si sé es que la obra no ceo que lo mereciera.
A lo mejor estoy siendo demasiado crítica con ella, y puede que hasta injusta, pero es que a veces uno se cansa de ser condescendiente, y de ver el churre escondido una y otra vez, debajo de la alfombra.
El grupo Aire Frío protagonizó ese día una suerte de road movie, donde unas Thelma y Louise pasadas de moda, escapan de una vida de vacíos e infortunios.
Vacíos e infortunios que no logré aprehender completamente.
El robo de una valiosa pintura es el móvil para que estas dos mujeres se tengan que enfrentar a un nuevo capítulo de sus vidas.
Y aunque el tema podía haber ofrecido mayores riquezas a los monólogos de las actrices, el texto resultaba en varias ocasiones cursi, repetitivo y hasta insulso.
Sobre las intérpretes qué decir, Beatriz Viñas bien, su contraparte, Tamara Venero no tanto, su proyección vocal era demasiado estridente.
La escenografía estuvo a tono con el tópico de la puesta: un automóvil (recurso para el viaje), señalizaciones de tránsito y algún que otro objeto menor, se destacaban en el diseño final.
La obra no es que fuera totalmente infame, porque créanme he visto cosas peores, simplemente, no escapó de los discursos manidos que rondan alrededor del viaje espiritual, no escapó del marco de aplausos que brinda el espacio íntimo del teatro.
Su escape fue superficial, ligero, epidérmico.
El Escape real, no se vislumbró.
…Tamara Venéreo…¿sí?