El morbo de ver a Matthew Barney en Cuba
Yanelys Nuñez Leyva
HAVANA TIMES — No se sabe si lo recibieron en el aeropuerto con la tradicional Guantanamera, si algún dirigente de Cultura lo escoltó hacia su hotel… nada se sabe. De lo que sí se está seguro es que el famoso artista Matthew Barney estuvo -o está- en Cuba.
La visita fue, al parecer, para poner a consideración del público cubano una de sus más recientes producciones River of Fundament y realizar, posteriormente, un breve conversatorio.
Pero la presentación no fue en el endiosado edificio del Centro Wilfredo Lam ni en la meca del arte en Cuba, el Museo Nacional de Bellas Artes, sino en la Fábrica de Arte Cubano (F.A.C).
Evento este sumamente misterioso si se piensa en la impronta de esta adinerada figura mediática dentro del arte internacional.
¿Qué poder oculto guarda F.A.C para hacer una conexión de tal magnitud? ¿O fue Barney en primera instancia el interesado en venir? Si es así, entonces ¿qué se está cocinando en la Isla para que seamos tamaño foco de atención?
¿Por qué no hubo promoción por parte de los mass media nacionales con respecto a esta visita?
No se sabe.
La noticia circuló dentro del circuito del arte vía email y por algunos sueltos pegados en muros y postes en la calle, muy discretamente, como si fuese una propuesta más de la Bienal.
Las personas con las que conversaba, colegas de trabajo, amigos artistas o simplemente estudiosos del arte, pensaban que era solo un gancho o un chiste el hecho de que se promoviera la presencia de Barney el día de la proyección del material audiovisual que le costara siete años producir.
Pocos podían imaginar que el ex-esposo de la cantante Björk viniera tranquilamente a la Fábrica de Arte.
Fue el morbo de ver a Matthew y, por supuesto, de apreciar una de sus obras, lo que llevó a parte significativa de la élite del arte cubano el pasado sábado 13 de junio a visitar un lugar, que pese a todos sus defectos, se ha convertido en espacio de obligada visita, por muchos motivos.
Aunque llegué pasada una hora del comienzo de la proyección, pude ver las restantes cinco sin estar perdida y con poco tedio, pues el film contenía intermedios que permitían al público descansar la vista y refrescar mentalmente.
A Matthew lo vi conversando de manera amigable, sin la custodia de algún forzudo, como los que acompañaron a Rihana y a Beyoncé en su visita a la Isla.
River of Fundament fue una gran ópera, cargada de oscuridades, absurdos, perversidades, suciedades… elementos que nos recordaban a su ciclo Cremaster, con el que ganó el Premio Europa 2000 en la 45 Bienal de Venecia.
La presencia de Barney en Cuba es un gran misterio, casi como su obra.
Ojalá en algún momento sus morbosos seguidores puedan tener algunas respuestas.