El debate sobre la Ley 349

Yanelys Núñez Leyva

Personas en contra de la ley 349 que castiga todo expresión de arte independiente en Cuba.

HAVANA TIMES – A propósito del Decreto 349 se han escrito varios artículos, tanto a favor como en contra. Hoy quiero referirme a uno firmado por Luis Dascal, y publicado en la página digital La Jiribilla, que ataca abiertamente la Campaña Artistas Cubanxs en contra del Decreto 349.

Como es habitual en este tipo de escritos descalificadores, el autor pone entre comillas la palabra artista para referirse a quienes protestan por el decreto, recalca que salta a la vista el bajo perfil de quienes intentan tal movilización”, nos acusa de servir de coartada al capitalismo neoliberal y, desde el primer párrafo, establece divisiones entre “los interesados por el arte” y “los interesados a secas, esos incorregibles que giran sobre sus bolsillos”.

Es lamentable que siempre que haya una opinión que difiera con el poder, se le relacione con el financiamiento extranjero, pero es comprensible, pues lo mejor para que esas voces no tengan resonancia es desmoralizarlas, denigrarlas.

Según se muestra, Luis Dascal parece un conocedor de la producción cultural de los últimos tiempos, por eso me gustaría saber cuáles son aquellos ejemplos de proyectos o eventos que cumplen con las características que él describe como “fórmulas facilistas y tendentes a la banalización, la agresividad y la ideologización de derechas”.

Creo que historiar la contemporaneidad con simples descripciones trasnochadas, vacías, no convierte su comentario en algo acertado. Más bien, lo hace cómplice de un sistema que sí utiliza esas “fórmulas” para mantener entretenido a un pueblo sumido en la escasez y la desinformación.

También sugiere que la campaña está orientada a boicotear la nueva propuesta de Constitución y comenta que “agita a los artistas, un sector de inquietudes libertarias”. Una ley, impuesta sin previo diálogo, ¿no puede impugnarse? ¿Para qué se hacen entonces todas esas reuniones de discusión del proyecto de Constitución con el pueblo? ¿Es un teatro para la opinión internacional?

Si una ley afecta a UNO SOLO de los ciudadanos, este tiene todo el derecho de mostrarse inconforme, reclamar e incluso manifestarse con las herramientas que conoce y posee. Ese ciudadano no tiene que ser el más acaudalado ni el más involucrado en la política del país, no tiene que estar asociado a una institución del Estado, no tiene que compartir la ideología hegemónica para, si se siente afectado, expresarlo. 

A nosotros nos molesta el Decreto 349, porque estuvimos más de siete meses preparando un evento independiente (la #00Bienal de La Habana) bajo una presión brutal por parte del Gobierno: decomisos, acoso, falsas acusaciones. Y luego, cuando le hacemos saber mediante una carta abierta* toda nuestra incomodidad, la única respuesta que hemos recibido, ha sido una de más censura: el 349.

Y el decreto no es cosa menor, regula sí, “el sistema de contratación a artistas por el sector privado y estatal”, como el autor dice ingenuamente, y a la vez se presta para censurar a quienes no estén en el redil.

No es nada nuevo el proceder, pero ahora lo están legalizando.

Cuando, a finales de los ochenta, comenzaron a clausurar y censurar exposiciones dentro de las instituciones oficiales, el primer espacio independiente que se abrió (en 1994) fue el de Sandra Ceballos y Ezequiel Suárez.

Por esa galería, que ya en otro post de La Jiribilla tildaron de ilegal, han pasado algunos de los más importantes artistas visuales de los últimos años: Arturo Cuenca, Lisette Matarón, Rubén Torres Llorca, Raúl Martínez, Samuel Feijoó, José A. Díaz Peláez, Eduardo Rubén, José Franco, Humberto Peña, Zaida del Río, Antonia Eiriz, Carlos R. Cárdenas, Guido Llinás, Leandro Soto, Ruperto Jay Matamoros, Aladino Sánchez, Ángel Alonso, Enrique Silvestre, Elio Rodríguez, Flavio Garciandía, Sandra Ramos, Aldo Menéndez, Julio, Girona, Gustavo Pérez Monzón, Antonio Eligio (Tonel), Osvaldo Yero, José Bedia, Kcho, Magdalena Campos, René Francisco, Eduardo Ponjuán…y la lista sigue, pues es bastante extensa. Muchas personas y los propios artistas agradecen la sobrevida de espacios como estos que ahora se sienten amenazados.

Dascal me pregunta qué hizo de los artistas el capitalismo neoliberal al que, según él, servimos de coartada. No habla de Cabrera Infante, Reynaldo Arenas, Virgilio Piñera, Lezama Lima, y de tantos otros. A él le interesa hablar de “capitalismo neoliberal” al que, sin lugar a dudas, yo no sirvo en nada, y prefiere no tocar los artistas víctimas del ostracismo y la represión en Cuba después de 1959. Habría que hablar de todo y alejarnos de los peligrosos extremos que empañan el debate.

Es cierto que en la acción de protesta frente al Capitolio yo sola me embadurné de mierda, pero no fue porque quise, sino porque momentos antes se llevaron preso a golpes a Luis Manuel Otero, cuando ni siquiera había hecho nada. Los videos en las redes sociales no me dejarán mentir. A él, a Amaury Pacheco, a Soandry del Río, a Iris Ruiz, los detuvieron sin haber hecho NADA, y los enviaron al VIVAC. ¿Usted ha estado en el VIVAC?

Estuvieron detenidos porque simplemente PENSARON protestar. Todavía me pregunto por qué loca estrategia de la Seguridad del Estado a mí no me detuvieron ni me impusieron ninguna multa (aunque usted asegura que sí). Lea mi post en Facebook, que ahí está la verdad de lo ocurrido.

Entonces, no es poca cosa que cuatro personas, cuatro artistas hayan sido detenidos sin realizar ninguna acción. Eso es represión señor Dascal. Eso se llama abuso de poder.

Me gustaría saber si usted existe y no es uno de los troles que coloca la Seguridad del Estado para boicotear -utilizando sus términos- en las redes sociales cualquier comentario adverso o debate en materia política o cultural.

Entonces, si usted es real, lo convoco a una DISCUSIÓN abierta, sin escudarnos detrás de una revista digital, lo convoco a compartir con todos “los interesados por el arte y los interesados a secas”, sus buenas opiniones sobre el Decreto 349. Y no solo a usted, sino a todas las personas que cita en su artículo. A: Lillitsy Hernández Oliva, vicepresidenta del Consejo Nacional de Artes Escénicas y a Alexis Triana, periodista y director de Comunicación del Ministerio de Cultura.

Pero también incluiría en mi llamado la presencia del nuevo ministro de Cultura, Alpidio Alonso, y del viceministro Fernando Rojas. Incluso, si no hay demasiado trabajo burocrático por hacer en las instituciones culturales del país, yo invitaría a esa reunión a todos los directores de las galerías, para que se sienten con los artistas, no solo con los que forman parte de su nómina, sino con todos los que están preocupados, interesados, en este decreto y en las próximas leyes que el Ministerio tenga en mente proponer.

Porque tenemos que escucharnos, basta del “derecho de admisión” o frases como: “con contrarrevolucionarios no se conversa”. Eso no, señor Dascal. Necesitamos una mesa donde quepamos todos, donde nos expliquen por qué y para qué es necesario ese decreto, y usted encuentre en las experiencias de los artistas, la verdad de varias problemáticas que se han extendido por demasiado tiempo en Cuba.
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*El pasado el 26 de junio el equipo organizador de la #00Bienal de La Habana envió una carta abierta a las instituciones culturales que tanto difamaron de ese evento independiente, y hasta la fecha no han respondido.

Yanelys Nuñez

Yanelys Nuñez Leyva: Escribir es exponerse, desnudarse ante la mirada inquisitiva de todos. A mí me gusta escribir, no porque haya desarrollado una verdadera afición por el nudismo, sino porque me fascina componer palabras, pensarme historias, frases que conmuevan, imágenes que provoquen disímiles sensaciones. Aquí tengo un espacio donde hablar de arte, de la vida, de mí. Al final, sentirse bien con lo que uno hace es lo que importa; ya sea con ropa o sin ella.

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2 thoughts on “El debate sobre la Ley 349

  • Muy buen articulo. Muy valiente. Ojala todos los cubanos nos atrevieramos pero es dificil. Yo no me atrevo. Te envidio y te admiro, y te diria que te apoyo, pero es mentira porque yo no salgo a la calle a decir nada. Que pena.

  • Expresiones como “justicia social” y “neoliberalismo” descalifican de inmediato a quien las usa.

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