El aborto: ¿derecho o alternativa?

Verónica Vega

Jovenes cubanos.   Foto: Juan Suárez
Jovenes cubanos. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES — En un reciente post, la colega Dariela Aquique sugiere comentar sobre un tema tan peliagudo como el aborto.

Lo primero que yo veo errado en el modo de abordar este asunto es el enfoque. Se habla más del derecho a abortar que de la responsabilidad de evitar un embarazo indeseado, que debería ser la primera premisa. Porque es el orden natural en que ocurren las cosas y porque ese detalle fortalece una larga tradición de irresponsabilidad.

Informar sobre variantes de contracepción no es lo único importante. Desde hace décadas, los medios abundan en materiales donde se incita al sexo, se recrean las relaciones sexuales como un mero delirio emocional (o un mero disfrute físico), sin insinuar que la acción incluye el riesgo de otras consecuencias.

Esto quizás cumpla con los requerimientos dramatúrgicos de una película, sea eficaz al explotar la imagen de un sex symbol o para enganchar al espectador, sin duda acrecienta los ingresos en taquillas y ventas, pero como mensaje (subliminal o no), además de contraproducente, es falso. Para rematar, en culturas machistas como la nuestra se exonera al hombre de la responsabilidad de la contracepción.

El embarazo ocurre en el cuerpo de la mujer, luego es ella quien padece la transformación biológica, los riesgos físicos de una interrupción o un parto y casi el total de la carga si elige esperar al nacimiento de la criatura, así que tiene la posibilidad inmediata de elegir entre abortar o parir.

Pero esta posibilidad, o alternativa, no significa un derecho. Es la libertad de actuar, como se puede matar o dejar vivir también a una persona que de algún modo nos perjudica y no está creciendo dentro de nuestro cuerpo.

Y así como el hombre tiene total responsabilidad en ese germen que inocula (voluntaria o involuntariamente) tiene también derechos sobre su desarrollo o mutilación.

Ahora, que este ser cuyo destino se decide sea totalmente indefenso para proteger su supervivencia, no hace justa ninguna ley que apruebe el aborto ni honra a los padres que lo utilizan.

Mi experiencia

Cuando tenía 28 años salí embarazada involuntariamente. Los inconvenientes de este imprevisto eran varios: mi pareja estaba a punto de emigrar (solo) y no quería hijos, yo tampoco, no tenía ingresos económicos fijos y ni siquiera tenía casa. Pero sobre todo, en la autonomía con que experimentaba mi derecho a la vida, sentía esa concepción como un gran estorbo, así que opté por la interrupción.

Siempre he sido muy sensible a los procesos que ocurren en mi cuerpo y percibí enseguida que algo nuevo ocurría en mi organismo: una hipersensibilidad ante olores, sabores, sensaciones. Inflamación en los senos, náuseas, pero más que nada, una presencia silenciosa se iba estableciendo en mí, e iba ganando terreno en mi cuerpo y en mi mente.

El médico opinaba que no estaba encinta pero yo sabía que sí, por lo que insistí en repetir el diagnóstico hasta que lo confirmó, casi a las ocho semanas.

La regulación menstrual arrancó los tejidos que se estaban enraizando en mi vientre, y fue bien doloroso, pero lo peor fue lidiar con la parte de mí que se había aliado a esa extensión de mi existencia. Que miles de jóvenes recurran a este método para solucionar sus vidas y hablen de él como de sacarse una muela, sólo muestra que viven, aún a nivel físico, superficialmente.

La información de lo que ocurre en nuestro cuerpo se procesa en el cerebro, el embrión se gesta compartiendo sangre, sustancias, impulsos de vida.

Después de la regulación tuve sangramiento por semanas, decaimiento, asma. Pero lo que más recuerdo es mi tristeza. En la amalgama de sentimientos y sensaciones que forman al ser femenino, la identidad del niño en estado embrionario puede ser muy confusa. No obstante, es un hecho que un ser está formándose, nutriéndose de nuestros alimentos, reacciones y pensamientos.

Mi experiencia devino en la resolución de no volver a pasar jamás por algo así. En mis relaciones posteriores, puntualizaba que no quería hijos por el momento pero si llegaba a ocurrir por accidente, el aborto no sería una alternativa.

De la religión y otras perspectivas

Insisto en que al hablar del aborto hay que partir del hecho indiscutible de que el ser cuyo derecho o no a la vida se discute, está ahí porque ambos: hombre y mujer, en un acto voluntario, lo convocaron. No es un tumor. Ignorar las leyes de la vida es tan fatal como ignorar las del tránsito. Que la mujer corra riesgos al abortar (incluso el de la muerte si la gestación es avanzada), prueba que se está luchando contra las fuerzas de la naturaleza.

Esto es válido para centrarse en las causas del embarazo, en una sexualidad consciente y evitar en lo posible problemas tan graves como infecciones post aborto o complicaciones peores, infertilidad posterior, traumas, enfermedades venéreas, hijos no deseados, niños que crecen disfuncionalmente… en fin: infelicidad a todos los niveles.

Acato esto justo porque ese puede ser el saldo de aquel rapto inicial de amor que, remedando las malas películas, pasó por alto que la vida es mucho más compleja.

No se puede hablar de sanear la televisión o el cine ya que hay involucrados intereses de empresas millonarias. Mas, ni siquiera la medicina aborda el asunto con imparcialidad. Que se pueda poner fin a un embarazo involuntario con una aspiradora o un bisturí, no significa que sea legal en términos naturales.

El materialismo ha condicionado a tal punto nuestra visión de la existencia que ignoramos leyes invisibles, profundas. La religión ha perpetuado ritos y dogmas, anquilosando un conocimiento vivo. El catolicismo se proclama en contra del aborto y hasta de los métodos anticonceptivos pero ignora que reprimir el deseo sexual ha provocado abortos improvisados, muertes, violaciones a niños, asesinatos de recién nacidos… Las historias de esa lucha por la castidad en una mente que no está preparada, que no la desea, sólo las conocen bien los muros de conventos y monasterios.

El misticismo plantea que la represión genera neurosis e involución espiritual. No se trata de forzar nada. El ser humano explora en el reino de maya (ilusión) a través de los sentidos físicos, cognoscitivos y desarrolla si quiere a plenitud las capacidades más elevadas del intelecto.

Una vez saciada su curiosidad viene el proceso de hastío, la angustiosa búsqueda interior a través de prácticas (sadhanas) que toman también años, pues se trata de revertir la atención de lo externo a lo interno, hasta que la conciencia ascienda a dimensiones sutiles y se apegue a ellas, por propia voluntad, tanto como se apegó en el pasado al placer físico. Entonces ocurre el encuentro que San Juan de la Cruz describe incomparablemente: “Oh, noche que guiaste, oh, noche amable más que la alborada, oh, noche que juntaste, Amado con amada…”

Se dice que el nacimiento humano es un raro privilegio, en un viaje que recorre todas las formas de vida: inconsciente, semiconsciente, consciente, hasta la autoconsciente. De modo que interrumpir un embarazo priva a un alma que está ya lista para encarnar, luego de un complicado ajuste en la red de relaciones kármicas. Es un retraso en su evolución individual y un karma adicional para los que impiden que se realice.

Los científicos pueden creer esto o no, también los futuros padres, sin embargo, en el turbulento camino trazado por el materialismo, las consecuencias visibles del aborto denotan que no es una solución ni fácil, ni sana.

Pienso que lo más objetivo es hacer énfasis en presentar la sexualidad tal cual es: un acto que debe ser estrictamente voluntario y con pleno conocimiento de sus efectos. Que el éxtasis de la pasión no se convierta en punzadas de dolor y en lágrimas. Esto es posible.

Los abortos por causa de violación o los terapéuticos son casos extremos que requieren soluciones específicas. No son la regla, y recurrir a ellos no lo convierte en un derecho sino en un recurso de emergencia.

Veronica Vega

Verónica Vega: Creo que la verdad tiene poder y la palabra puede y debe ser extensión de la verdad. Creo que ese es también el papel del Arte, y de los medios de comunicación. Me considero una artista, pero ante nada, una buscadora y defensora de la Verdad como esencia, como lo que sustenta la existencia y la conciencia humana. Creo que Cuba puede y debe cambiar y que sitios como Havana Times contribuyen a ese necesario cambio.

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37 thoughts on “El aborto: ¿derecho o alternativa?

  • Te remites a la autoridad de las “leyes” o designios de una supuesta Naturaleza para cuestionar la autoridad o rectitud ética de una lesgilación sobre el aborto, sin tomarte el trabajo de derivar o fundamentar esas estructuras “invisibles y profundas”. Luego de referirte a algunas prácticas místicas, introduces el concepto del karma (así como se saca un conejo de un sombrero), y vaticinas algúna que otra consecuencia negativa para quienes (“creyendo” en el karma o no) actuén contra esa especie de destino…¿Por qué, de repente, me parece estar leyendo a un dogmático católico, de los que a menudo criticas? Quizá porque la maniobra es exactamente la misma: referencia a una constante transcendental, una especie de legislación profunda e invisible (aqui le dices “naturaleza”, en vez de “Dios”), legible quizá solo para quienes emprenden el duro camino de una disciplina espiritual, y las consecuencias catastróficas de oponerse a esos mandatos naturales.

    Hacer del sufrimiento que puede causar una práctica o maniobra la medida de su caracter “violatorio” o anti-ético, como haces en algun punto para justificar la solidez de las “leyes naturales”, es muy, muy problemático. Desde este punto de vista, supongo que las consecuencias desagradables de un tratamiento médico que busca curar una enfermedad hacen de ese procedimiento algo anti-ético, y habría que asumir la postura naturalista de dejar morir a los enfermos, o algo parecido. Supongo que diras que tu postura se deriva de una valoración de la vida, y que, por tanto, no es lícito comparar un procedimiento que interrumpe un embarazo con uno que interrumpe el avance de una enfermedad (esto es intuible de como dices que un niño “no es un tumor”). Pero entonces te verías forzada a establecer una especie de jerarquía animista donde la vida humana es la más valiosa, puesto que pueden haber enfermedades causadas por, digamos, bacterias (seres vivos). ¿No sería ir en contra de las fuerzas de la naturaleza combatir una infección causada por bacterias?

    No me sorprenderia que a fin de cuentas asumieras una especie de antropo-centrismo animista…es lo que se deriva de lo que escribes a menudo.

    Es más: las prácticas “espirituales” que celebras todas parecen exigir una cuota de sufrimiento – por lo menos de sacrificio y renuncia, un re-entrenamiento o des-entrenamiento en la modalidad de percepción que nos depara la crianza, etc. De repente, estás no son anti-naturales, no…ya que se organizan a partir de esas “leyes profundas” que no te tomas el trabajo de elaborar o justificar.

    Cuando tocas el tema de la violación, estas contradicciones se hacen aún más evidentes. ¿Por qué, desde tu punto de vista, habría de ser menos sagrado, menos “karmico”, una gestación provocada por una violación? ¿Por las malas intenciones y la violencia del agresor? ¿Y si la mujer decidiera tener ese niño y lo criara con todo el amor del mundo, pudieras justificablemente decirle que, karmicamente, está errada? ¿Sería ir en contra de la naturaleza tener un niño engendrado por una violación?

    Éticamente, no está claro por qué estás dispuesta a hacer la excepción…

    No sé, tampoco, de que “materialismo” hablas cuando utilizas la palabra. Sin duda, no lo estás utilizando de forma crítica – más bien pareces referirte a algunas tendencias del cientificismo (que, dicho sea de paso, no es “materialista”, rigurosamente hablando) y actitudes individualistas…creo deberías justificar mejor tus terminos.

  • “Ahora, que este ser cuyo destino se decide sea totalmente indefenso para proteger su supervivencia, no hace justa ninguna ley que apruebe el aborto ni honra a los padres que lo utilizan. ”

    Después que Oppìano dijo que “LA MUERTE NUNCA SERÁ UN BUEN DETERGENTE, PARA LA COCHAMBRE DEL HOMBRE”, esta es la cosa que más me ha gustado de todo cuanto se ha escrito aquí sobre el aborto.

    El nonato no tiene voz para decidir que lo dejen vivir.

  • “Que la mujer corra riesgos al abortar (incluso el de la muerte si la gestación es avanzada), prueba que se está luchando contra las fuerzas de la naturaleza.”

    Leyendo sobre el aborto vi algo que decía que una de las principales causas de infertilidad femenina en Cuba es la práctica de abortos anteriores al deseo de procrear.

    “Se habla más del derecho a abortar que de la responsabilidad de evitar un embarazo indeseado, que debería ser la primera premisa.”

    Porque el aborto es la salida fácil y cómoda para todo el mundo. Para el padre, para la madre y para el Estado.

  • Desde hace tiempo les leo, primera vez que escribo.
    Sobre el tema del aborto les dejo estas palabras de Adela Cortina “con respecto al aborto creo que no es un tema de religiones. Creo que es un tema difícil de resolver porque el problema se plantea tratando de inquirir cuándo se puede hablar de «persona». Eso no tiene una respuesta científica, porque no se puede decir que la persona «empieza» en un momento determinado del desarrollo del embrión, ni siquiera después de haber nacido. Legalmente, creo, se dice que una persona se puede reconocer como tal veinticuatro horas después del nacimiento. Y eso es una convención: ¿por qué veinticuatro horas y no veintidós, o treinta? Es una convención legal para decir que tenemos que poner un tope en algún lugar. El problema es que legalmente se establece ese límite pero científicamente hay desacuerdo acerca de cuándo podemos hablar de que existe una persona. Algunos dicen que la persona comienza a existir en la individuación, otros que desde el momento de la concepción, otros que cuando empieza el proceso de cerebración, otros que cuando empieza a conformarse el esqueleto… no hay acuerdo científico, pero es que tampoco hay acuerdo filosófico. Entonces el problema del aborto es de difícil solución, porque el Estado tiene que velar por la persona pero no hay acuerdo de cuándo podemos hablar de persona. Si alguien pudiera afirmar «es justo en este momento cuando empieza la persona y no hay duda sobre ello», el problema estaría resuelto. Me gustaría que quedara claro que no es un problema religioso, sino un problema científico, filosófico y legal. Un problema de saber cuándo empezamos a hablar de persona.”
    Aqui el link a la entrevista que trata tambien otros temas que quizas les pueden resultar de interes
    http://www.jotdown.es/2014/01/adela-cortina-hay-que-librar-la-batalla-de-las-listas-electorales-abiertas/
    Gracias.. Saludos.

  • “Legalmente, creo, se dice que una persona se puede reconocer como tal veinticuatro horas después del nacimiento ”

    No creo que sea así, al menos no en todas las legislaciones. Cuando nació mi hijo lo registraron enseguida. Si hubiera muerto en las primeras 24 horas de vida, se le habría emitido un certificado de defunción con el consiguiente entierro con ataúd, etc.

    No lo hubieran echado al tanque de basura orgánica como a los residuos de dilatación y curetaje.

  • No le sabria responder con exactitud. Pero Ud. se refiere a una persona nacida viva con el ejemplo de su hijo. Gracias por la atencion.

  • “Se habla más del derecho a abortar que de la responsabilidad de evitar un embarazo indeseado, que debería ser la primera premisa. Porque es el orden natural en que ocurren las cosas y porque ese detalle fortalece una larga tradición de irresponsabilidad”.

    Lo importante y valioso del articulo es precisamente eso. LA RESPONSABILIDAD PERSONAL. Veronica aporta un buen enfoque al tema del aborto. Sus creencias y razones personales son secundarias.

  • VidaFeliz, gracias por el link. Si, me pareció de interés la entrevista con Adela Cortina. Saludos.

  • “Se habla más del derecho a abortar que de la responsabilidad de evitar un embarazo indeseado, que debería ser la primera premisa ”

    Por cierto, sin citar nunca cuál sería la fuente de ese supuesto derecho y eliminando a priori los posibles derechos del candidato a eliminación.

  • Para completar el cuadro ; ademas cuando no habia tv y cine ya exitia el aborto

  • “Cuando tocas el tema de la violación, estas contradicciones se hacen aún más evidentes. ¿Por qué, desde tu punto de vista, habría de ser menos sagrado, menos “karmico”, una gestación provocada por una violación? ¿Por las malas intenciones y la violencia del agresor? ”

    No, no se trata de sea menos sagrado o menos “karmico”. En caso de una violación el no-nacido ttiene los mismos derechos a nacer que en el caso de una gestacion bajo consentimiento. Es la madre la que en el caso de violacion tiene el derecho a no asumir las consecuencias (y del que como de cualquier derecho puede hacer uso o no). Por qué? Pues porque en tal caso la gestación le fue impuesta, y ella no tiene en absoluto responsabilidad de la misma. En el caso de un embarazo consentido, la madre si carga con (por lo menos la mitad de) la responsibilidad. Por tanto su “derecho” a no asumir las consecuencias se anula. Evidentemente esto es un problema de contradicción de intereses (los de la madre vs los del no-nacido) y de quien tiene el derecho a que sean los suyos los que se prioricen .
    No se trata de sufrimientos, sacrificios o renuncias. Se trata de que cada cual asuma las consecuencias de sus actos.

  • No estoy de acuerdo con el artículo. Lo primero que debiera hacerse en un debate laico es, precisamente, asegurarse de que permanezca siendo un debate laico. Cuba es un país que, si bien no es mayoritariamente ateo, es por lo menos disímil en cuanto a sus creencias, de manera que entre nosotros no deberá poseer legitimidad un argumento que se apoye en ideas religiosas que no compartamos la mayoría. Hay que aclarar que las ideas religiosas no son solo las que aluden explícitamente a un dios, sino todas las que se tienen por fe, es decir, aquellas creencias que no están alabadas por evidencias científicas. Entre tales nociones está, por supuesto, ese misticismo según el cual uno debe respetar cierta “legalidad natural”. Vale insistir en que no estoy cuestionando el derecho de alguien a creer en dios, en la legalidad natural, o en lo que prefiera; lo que sí cuestiono es la pretensión de la autora de este artículo de que sus creencias religiosas muy particulares (la tal legalidad natural, por ejemplo) deban ser un argumento válido para el resto, para los que profesamos otras religiones, o para los que no profesamos ninguna.

    ¿Qué cosa si es un buen punto de partida? Uno que atendamos todos, seamos religiosos o no, y este punto de partida es la ciencia. Porque tiene que ser usted un extremista religioso de los que no abundan en este país, para si de pronto le comienzan a dar mareos y dolores de cabeza y vómitos, en lugar de ir al médico, se ponga a rezar. Ok, en dependencia de su religión, puede también rezar, hacer un sacrificio animal, ponerse debajo de una pirámide piramidal o lo que sea, pero primero va al médico. En ese sentido es que pongo a la ciencia como único referente común entre gente que o bien pertenecen a varias religiones, o bien son ateos.

    ¿Qué dice la ciencia acerca del aborto? La ciencia no se pronuncia sobre cuestiones morales, pero si nos da algunos pormenores que pueden resultarnos interesantes para cuestiones como estas. Por ejemplo: La gran mayoría de las células que son fecundadas, no terminan siendo viables. Es decir, téngase un caso en que el óvulo ya fue fecundado por el espermatozoide, a partir del cual ya se comienza a desarrollar el supuesto nuevo hijo a través de la división celular. Lo más probable es, sin embargo, que ese hijo no suceda. No por gusto se le llama “el milagro de la vida”. Por X o por Y, la mayoría de los embarazos terminan en un pequeño aborto del que nadie se entera, que ocurre incluso antes de que la madre se percate de que estuvo “embarazada” (aun una madre tan “sensible a los procesos que ocurren en mi cuerpo” como alega ser la autora de este artículo).

    Podemos extraer de esto lo siguiente: ¿Desde qué momento podemos decir que se es un ser humano merecedor de toda la conmiseración y el respecto a la vida que normalmente adjudicamos a los seres humanos? Afirmar que ese momento es a partir del instante en que el óvulo es fecundado, es mentir. O si no, ¿por qué ahora mismo no nos tiramos todos a llorar por las miles de veces en que ocurren los micro-abortos espontáneos de los que hablaba más arriba? Es cierto que por lo común no los notamos, ¿pero acaso decimos que la ciencia se equivoca al asegurar que ocurren? No. La verdad es que no nos importan, y esto es por la sencilla razón siguiente: no consideramos a un óvulo fecundado, solo por ser tal, un objeto de nuestra conmiseración. Y es lógico que así sea: un óvulo fecundado es solo una célula, con tantos sentimientos como una célula del caracol de una babosa, que puede sufrir tanto dolor como un ladrillo.

    Entonces ¿a partir de qué momento, de qué cantidad de células o de complejidad celular, debemos adjudicar los derechos en cuestión? ¿Dónde está la línea? Otra cosa que nos dice la ciencia actual es que muchas de estas líneas no existen en la realidad sino que son esquemas mentales y sociales que usamos para lidiar con la realidad, incluso desde el punto de vista legal. Y si esto es así hasta en la física (o si no ¿qué grado de realidad tiene el concepto de “centro de gravedad”?), lo es más en cuestiones “morales”. Sabemos que una persona adulta tiene sentimientos, y sabemos que aquella célula fecundada no los tiene… pero ¿dónde está, objetivamente, la frontera? En ningún lugar. No se empieza a tener sentimientos y derechos trascendentales a la vida a partir un día preciso para el otro; establecer esa frontera es una decisión nuestra como sociedad, que debemos tomar más o menos arbitrariamente, y que sea como sea, no debiera obedecer a ninguna “legalidad natural” porque tal cosa no existe. O al menos, porque la mayoría no profesamos la religión que señala su existencia. En todo caso es bastante seguro que en el momento en que se practica la regulación menstrual, el bultico de celulitas en cuestión, está demasiado lejos de poseer lo suficientemente desarrollado su sistema nervioso como para notar que lo están matando (para no usar un eufemismo como “retirando”), porque de hecho, no nota nada.

    Alguien ha dicho en este foro, como si eso fuera algo malo, que “el aborto es la salida fácil y cómoda para todo el mundo. Para el padre, para la madre y para el Estado”. Yo, por mi parte, no acabo de entender qué tienen de malo las salidas fáciles. También es una salida fácil que si quiero ir al trabajo, tome una guagua; y si quiero limpiar el piso, uso el haragán, etc. ¿Y? Si todos los que no somos una célula sin sentimientos, salimos ganando ¿cuál es el problema? Si el problema es que usar el aborto como método anti-conceptivo, o sea, utilizarlo “a lo loco”, es dañino para la salud de la madre, entonces no puede afirmarse que el aborto sea una salida “fácil y cómoda”. Porque en realidad no lo es para la madre afectada. En ese sentido es que hay que educar en que el aborto no se debe usar “a lo loco”. Pero solo en ese sentido estrictamente racional, y no invocando dudosas leyes místicas.

    Es peligroso esto de ponerse a promover la tipificación de “crímenes sin víctima”, basados en determinados “principios superiores” ambiguos, y más en un país como este, donde es tan fácil prohibir y tan difícil el proceso contrario. Nosotros que tan faltos de derechos estamos, tenemos un derecho relativamente escaso en este mundo, que es el derecho al aborto. No juguemos con ello. Si tienes buenos argumentos en contra del aborto, tráelos, pero deja tu religión en casa.

  • “Qué cosa si es un buen punto de partida? Uno que atendamos todos, seamos religiosos o no, y este punto de partida es la ciencia. Porque tiene que ser usted un extremista religioso de los que no abundan en este país”

    Espero que no se este hablando aquí del punto de vista del “materialismo” (histórico o dialéctico), que les enseñaron desde niño en las escuelas y no les permite concebir otro por falta de conocimientos.. La ciencia puede ser tan dogmática como las religiones. Muchas personas toman una posición contra el aborto o a favor y no lo hacen desde ninguna posición religiosa o científica. Es mas, en la gran mayoría de los países democrático los que están a favor habla de “libertad para elegir”, ( Free Choice), no de ningún argumento científico. Muchos planteamientos a favor del aborto que se expresan en HT necesitan “actualizarse”. No pueden estar mas atrasados, aunque crean que se sitúan a la vanguardia de la ciencia en el temas. . Son ignorantes de hasta como se plantean los problemas en la actualidad. Títulos como “Aborto, Pecado o derecho de la mujer” es un ejemplo. En Estados Unidos la mayoría de los católicos están a favor de la libertad de elegir de la mujer y no lo consideran ningún “pecado”. Ni siquiera están bien informado sobre los católicos actuales y dudo sobre ninguna Religión, a no ser las afro-cubanas.

    Siento mucho que ustedes tengan tan poca información de como se plantean los temas en este mundo, que hayan sido educados en un país tan estrecho de mente y que no hayan podido viajar al extranjero. Pero son ustedes los menos capacitados para querer dar clases sobre muchos temas, por muy doctos que parezcan. A lo mejor en Cuba son mayoría, pero enteresen que en el mundo de hoy, son ustedes los que menos abundan.

  • No creo que las “creencias personales” de la autora sean secundarias. Ella cuestiona la pertinencia de hablar de un “derecho al aborto” a partir de un sistema de creencias y los valores que de ahí se derivan. Para mi no es un buen enfoque en absoluto, aunque su conclusión (la de una sexualidad responsable) sea defensible.

  • Comparto tus criterios. Yo estoy cuestionando a Verónica desde la cosmovisión que ELLA deja entrever con ciertos planteamientos, invitándola a que lleve estos a sus conclusiones lógicas (con la intención de evidenciar las inconsistencias que se derivan de eso y la moral muy poco deseable que tendríamos que asumir). Abogo igualmente por asumir las responsabilidades de nuestros actos – por eso mismo también cuestiono el misticismo barato, la forma de pensamiento mitológico, que a menudo nos ampara y permite esquivar esa libertad y esa responsabilidad que mencionas.

  • Tony,

    Desengrisador está analizando la forma en que Verónica argumenta ciertas cosas y planteando qué, si la intención es generar un consenso “responsable” en torno al tema del aborto, su postura no es ni la más racional ni la más “saludable”.

    Si crees que su razonamiento es errado o pobre o lo que sea, plantea argumentos – demuestra por qué. Que la ciencia sea tan capaz de posturas rígidas y dañinas como ciertos compromisos de tipo religioso o cultural, y que ciertas comunidades que practican o se adhieren a un credo X (sea el catolicismo o el neo-chamanismo) estén a favor de la libertad de elección de la mujer, no es ningún argumento. Tampoco lo es nuestro hastío con el sovietizado “materialismo histórico” o “diálectico”.

  • Aunque tendría que ver que quieres decir con que “el no-nacido tiene (…) el derecho a nacer”.

  • La ciencia no dice nada sobre el punto exacto en que se es persona. La ciencia sí dice que el cigoto contiene un ADN nuevo y diferente al de los padres. Y la ciencia cada día acorta el tiempo necesario de estancia en el útero materno.

    El término “persona” tiene más contenido legal. Entonces, la cuestión sobre cuándo se es persona se decide en Derecho. Qué y cuántos derechos se le pueden reconocer al humano no nacido. Esa es la pregunta.

  • Hablo del derecho que tiene el ser que todavía está dentro del vientre, a desarrollarse para ser capaz de sobrevivir fuera del mismo, asi mismo como tambien hablo del derecho que tiene un bebe recien nacido, de que se le alimente y proteja en un medio en el que todavia no es capaz de sobrevivir sin ayuda.
    La unica diferencia entre estas dos situaciones es, que el bebe fuera del vientre puede recibir ese “servicio” de manos de cualquier persona que esté dispuesta a hacerlo, y que el que está dentro del vientre solo puede recibir el servicio de manos de su madre. Si tuviesemos úteros artificiales capaces de asumir esa tarea, yo no estuviese discutiendo nada

  • Materialismo Dialéctico? Dios me libre… Nada que ver con el marxismo. El marxismo es cualquier cosa menos científico. Puse a la ciencia solo como aportadora de dos datos: Uno: que la mayoría de los embarazos termina en micro-abortos; dos: que muchas de las fronteras que creemos que existen en la realidad, están más bien en nuestra mente. Estos datos pueden tener determinada importancia en el debate acerca del aborto.

    Que en USA los católicos adoptan una postura diferente a la que adoptan en otros países? No sé qué tendrá eso que ver. Yo solo estoy criticando el hecho de que la cubana que escribió este artículo esté tratando de convencernos a los cubanos que lo leemos, en base a sus posturas religiosas. Asumo que la mayoría aquí somos cubanos. Por otra parte, no sé por qué en Cuba deberíamos seguir, cual colonia cultural, las pautas del debate en USA, sobre todo habida cuenta del montón de años que ellos llevan en eso, a pesar de lo cual dicho debate se encuentra estancado: que si tal estado amenaza con restringir el derecho, que si no… tremendo estira y encoge. La misma película que con lo de la enseñanza del darwinismo en las escuelas. No, los USA no pueden enseñarle a nadie cómo debatir estos temas.

    Yo ya viajé y eso me hizo darme cuenta de una sola respuesta de la que no podía haberme convencido permaneciendo en Cuba: de que aquellos que dicen haber requerido viajar para “enterarse realmente” de cómo son las cosas, en realidad van a estar bien faltos de luces aquí y en Saturno. Si posees la suerte de tener Internet en Cuba, o al menos, si tienes radio de onda corta (todo el mundo puede tenerlos), si hablas con extranjeros (esto no es Corea del Norte, podemos hablar con extranjeros), etc. y sobre todo si cargas con un sentido común que te puede enseñar, sin salir de aquí, determinadas nociones obvias (como que Cuba no puede ser el centro del mundo por mucho que lo insinúe el Granma), con eso basta. No para conocer todos los detalles, pero si para saber más o menos por donde va en general la cosa. Eso fue lo único “trascendente” que averigüé en mi viaje. Ah… y que viajar es riquísimo, pero eso lo sabe en Cuba todo el mundo aunque no haya viajado.

  • “Entonces ¿a partir de qué momento, de qué cantidad de células o de complejidad celular, debemos adjudicar los derechos en cuestión? ¿Dónde está la línea? Otra cosa que nos dice la ciencia actual es que muchas de estas líneas no existen en la realidad sino que son esquemas mentales y sociales que usamos para lidiar con la realidad, incluso desde el punto de vista legal…..”
    De eso se trata precisamente. De determinar nosotros donde ponemos la linea! La ciencia no tiene que fijar la linea. La ciencia lo que tiene que hacer es, darnos los elementos cognitivos para que nosotros pongamos la linea. Determinar “cuando vamos a considerar ese ser como una persona”, es muy parecido a determinar “cuando considerar a una persona como adulta” . Lo segundo es mucho más facil, porque los elementos para decidir (desarrollo físico y mental) han estado durante siglos a la vista de todos nosotros. Por el contrario, lo que pasa con un embrión dentro del vientre ha estado vedado a nuestro conocimiento hasta hace pocos anhos. Y hoy por hoy no es ni siquiera una informacion al alcance de todos. Por ejemplo tu mismo dices, que cuando se realiza el aborto el embrio no siente. Pero no es asi. A partir de la quinta semana (contando a partir de la ultima menstruacion) ya el embrio tiene cerebro y se forma la medula espinal. O sea, que cuando una mujer se entera de que está embarazada (lo que ocurre aprox a esa altura) ya el embrio tiene un cerebro y nervios que le transmiten impulsos. O sea, ya siente! Y si eso es cuando la mamá “se entera”, qué diremos de lo que pasa cuando se realiza el aborto varias semanas después? Incluso los profesionales (nada de curas) hablan, de que los estímulos que recibe el embrio a temprana edad influyen en su vida futura (o sea que incluso esas experiencias sensitivas son almacenadas!).
    Yo particularmente no pienso que la linea debe estar en el mismo momento de la concepcion, pero si pienso, que cuando sabemos de la existencia de ese ser a la 4ta o 5ta semana ya es tarde.

  • Mira si el aborto es viejo, que hasta se le menciona en el juramento hipocrático: ” me abstendré igualmente de suministrar a mujeres embarazadas pesarios o abortivos”.

  • Alberto,

    Bueno, de todos modos habría que ver como justificas o llegas a esa equivalencia entre un niño, al que puede suponérsele alguna modalidad de conciencia, y el feto, para el cual no existe un consenso tan amplio en tanto a esta suposición.

    Se me ocurren, ahora mismo, tres puntos de partida para llegar allí o algún punto analogo: 1. Una valoración de TODA LA VIDA como tal, tal que no reconoce diferencias entre formas de vida. 2. Una valoración de la VIDA HUMANA, tal que le asigna un valor especial al feto humano. 3. Una valoración de la CONCIENCIA, tal que o: A. reconoce alguna modalidad de conciencia en el feto, o B. Teleologicamente plantea que HABRÁ una conciencia luego y que eliminar las condiciones que la harán posible más adelante es criminal, o algo parecido.

    Todas esas posturas son discutibles.

  • “Puse a la ciencia solo como aportadora de dos datos: Uno: que la mayoría de los embarazos termina en micro-abortos; dos: que muchas de las fronteras que creemos que existen en la realidad, están más bien en nuestra mente. Estos datos pueden tener determinada importancia en el debate acerca del aborto.”

    Aún cuando puedan tener cierta relevancia, aún cuando eso sea cierto (cosa que aún dudo porque entiendo que lo que se maneja es 25 % de aborto involuntario), eso no tiene nada que ver con el debate en torno al aborto inducido, al que no ocurre por causas naturales sino que requiere la destrucción voluntaria del individuo en su etapa embrionaria o fetal con la plena participación de otros individuos adultos.

    Los límites de lo que se considera persona no están en nuestras mentes sino en las legislaciones. El término persona tiene mucha carga legal. Hay legislaciones que acogen la vida como el bien jurídico que requiere mayor protección, no aceptan el aborto, la eutanasia, el suicidio, la pena de muerte, porque la vida es lo que hay que proteger por encima de todo. Hay otras que le dan menos importancia.

    Desde el punto de vista de la ciencia no se habla de persona con derechos, se habla del ciclo de vida del individuo, para cualquier especie animal. Así como la mariposa tiene huevo, larva, pupa y adulto, así mismo el humano tiene etapa prenatal que comprende el cigoto, el embrión y el feto; y luego tiene niñez, adolescencia y adultez.

  • “habría que ver como justificas o llegas a esa equivalencia entre un niño, al que puede suponérsele alguna modalidad de conciencia, y el feto”

    Bueno, según la ciencia, solo son etapas del desarrollo del individuo:

    1-Etapa prenatal: que comprende las etapas cigoto, embrión y feto.
    2-Etapa Infancia: que comprende al neonato y al infante.
    3-Etapa Niñez.
    4-Etapa Adolescencia
    5-Etapa Juventud
    6-Etapa Adultez
    7-Etapa Ancianidad

  • Los 3 parecemos estar de acuerdo sobre 2 puntos: 1. Cualquier decisión sobre el aborto es una decisión ÉTICA (o sea, una maniobra que dibuja límites, define excepciones y organiza un discurso sobre lo que “debe ser”). 2. Esta decisión ética debería tomarse a partir de un discurso racional (o sea, un discurso cuyos planteamientos sean susceptibles de verificación).

    Al parecer, Alberto, tu decisión se basa en la suposición de que el organismo en desarrollo es capaz de experimentar sensaciones, en particular (supongo) dolor. Esto es lo que distingue al feto a las tantas semanas de desarrollo del óvulo acabado de fecundar.

    Tu argumento pudiera ser algo así como: desde el momento en que el organismo humano es capaz de experimentar dolor tal y como lo entendemos, no es ético privarlo de vida por cualquier medio.

    Dicha postura, sin embargo, no desemboca necesariamente en la necesidad ética de proscribir el aborto. Por lo menos, esa conclusión no se define claramente desde el punto de partida de evitar el “dolor” de un organismo en estado de desarrollo.

    Pasando por arribita por la opción, por ejemplo, de buscar medios de aborto que no impliquen el “dolor” del organismo en cuestión, llegamos a todos los problemas que implica cuantificar y comparar los “dolores” de distintos organismos – el de la madre, por ejemplo, o el “dolor futuro” de un niño no deseado.

    ¿Que dolor tiene “más derecho” de no existir?

    En fin, hay tela por donde cortar.

    Lo que sí está claro es que Veronica busca inscribir lo “correcto” en un “más allá” o “más aca”, en la Naturaleza. Desde su punto de vista, debemos ajustar nuestra conducta y nuestras decisiones a una Legislación supra o extra-humana. Como tal, basicamente parte desde el punto de vista de una dictadura – el curso de la vida ya está decidido y podemos ir con él o en contra. No me parece nada buena esta postura y pienso que, aunque te identifiques con el resultado final, “deberías” cuestionarla también.

  • Las legislaciones plasman un “consenso” (o el consenso de un conjunto human dominante), y dichos consensos se basan en decisiones tomadas a partir de procesos mentales – así que, para los efectos del debate, decir legislación o algo que “está en nuestras mentes” es más o menos lo mismo. Se trata sencillamente de decir que estamos en el ámbito de la conciencia, de decisiones que presuponen nuestra libertad…(Habría otro debate sobre lo que llega a ser plasmado o no como legislación y las causas de esto, pero no es el actual).

    Concuerdo contigo en que, lo que se debate, a fin de cuentas, es una definición de “persona” o “sujeto”, y que de eso es que se derivaría un régimen de derechos. Mi crítica a Veronica es, en primer lugar, como ella justifica sus conclusiones.

  • Dr. Kevorkian.
    Fijate que la comparación te la hice, no con un ser humano digamos adulto, sino con un bebé recien nacido. Hice esa comparación porque no veo mucha diferencia en cuanto a CONCIENCIA entre un embrio y un recien nacido. Dices que al recien nacido se le puede atribuir cierta conciencia. En que te basas para ello?. Los dos son organismos con ADN humano capaces de experimentar sensaciones. La diferencia está en el estado de desarrollo en el que se encuentran estos dos organismos, y que uno de ellos puede vivir fuera del útero y el otro no. El bebé recien nacido NO SABE QUE EXISTE Y NO TIENE CONCIENCIA. No obstante, nadie discute su derecho a vivir y a que se le proporcione lo que necesita para eso.
    Por cierto, que una vez lei en algun lugar (no sé si sea cierto) que los romanos no consideraban a los bebes reciennacidos como “personas” y por lo tanto no disfrutaban del DERECHO a la vida.

  • Alberto, para los romanos el concepto de persona implicaba nacer vivo y ser viable. Es la teoría de la viabilidad. Ellos permitían el aborto.

    No obstante, el nasciturus era considerado sujeto de derecho en todo lo que lo beneficiara.

  • Para Alberto:

    En cuanto a una diferenciación entre el grado de conciencia de un bebe y un feto, pudieramos meternos en un debate más o menos empiricista, señalando fenómenos que (luego de algúna jerarquización a partir de un “ideal sobre la conciencia”) evidencian esto o lo otro (por ejemplo, decir que el bebé tiene los rudimentos de un sistema simbólico, algo así como un proto-lenguaje, y que esto funda su subjetividad como tal, mientras que el feto no…)

    Sobre la auto-conciencia, esto es problemático: hay que diferenciar entre la auto-conciencia que sería un atributo de todo ser vivo, o sea, la diferenciación mínima entre su ser y su entorno (un atributo que tendría, por ejemplo, una ameba, que no se come a si misma), y una conceptualización o intelección que funda una auto-conciencia a partir de un proceso identitario…el bebe no “sabe que existe” quizá en este sentido, en el sentido de que aún no se adhiere a una serie de representaciones intelectuales que, organizadas de cierto modo, fundan una identidad. O sea, no puede enunciar o pensar, digamos, “yo, fulano de tal, existo”. Pero la auto-conciencia mínima que señalo arriba es inseperable de cualquier intelección, y la tendría un bebé, al igual que un feto.

    Quizá decidir sobre la linea que separa a una persona de una no-persona es decidir sobre la auto-conciencia mínima y la auto-conciencia que de algún modo ya depende de un sistema simbólico de comunicación. Claro está que entonces tendríamos un serio problema igual, decidir cuando “ya existe” o no dicho sistema, y así sucesivamente.

  • Tratar el tema del aborto discutiendo si el feto es persona a las 24 horas o a los 45 dias como dicen aqui en España, no es lo importante. Veronica se metio en camisa de once varas innecesaramente. Aqui en HT desde una tal “hija de Allah” que hizo toda una Oda al aborto, hasta el articulo del “pecado” de irina, se habla como si vivieramos en los años 1950 o en la epoca medieval. Inclusive hasta nos advierte que con las mejoras de relaciones entre el Gobierno y la Iglesia, podria llegar el momento en que el aborto sea ilegal en la isla. ( otra que mete miedo demogogicamente ). En Cuba el problema no es el derecho al aborto, si no el exceso de abortos que hay. El “derecho” ya hace tiempo que esta mas que superado. Hoy lo que hay es un verdadero desmadre. Cualquier persona racional, atea, mistica, cubana o extranjera, o lo que sea, se da cuenta, y esta mas que justificado que apunte hacia mayor cordura y responsabilidad personal, que de paso nos viene muy bien en otras areas. Esa posicion, dada la situacion existente en la isla, es la aproximacion mas correcta, aunque se pueda discutir cuestiones particulares. No conozco a ninguna mujer que este a “favor del aborto”. Es algo que afecta mucho a los mujeres, por lo menos a las que yo conozco. Es algo que se usa como ultima solucion. Y si no les afecta, entonce si les digo que el problema que tenemos es aun mayor.

    Ahora bien, Como sabrán, los cubanos que vivimos fuera contribuimos a la economía nacional en miles de millones de dolares anuales. Por lo tanto, nos sentimos con derecho de quejarnos y dar propuestas. Por mucha corrupción y robo que pueda ver, de ese dinero gran parte va al Presupuesto Nacional. Espero que no sean de los que creen que la medicina en Cuba es “gratis”. Por lo tanto, no nos sentimos que tengamos que pagarles los abortos a miles de mujeres en Cuba que se hacen 8 y 9 abortos y que se creen que las libertades y los derechos no tienen limites y que bajo la excusa de la libertad de aborto hayan confundido esto con que se puede templar por la libre sin tener responsabilidades. Todos los derechos son hasta un punto en esta vida. ¿Que te parece si les ponemos un limite de 3 abortos gratis y después de eso, o lo paga el hombre, lo a mujer o entre ambos? Si quieren mas abortos, que salga de sus bolsillos y no del resto de los ciudadanos. Después de todo son ellos los verdaderos responsables. Nadie mas. Que sean responsable en el asunto y no le tiren la pelota a otros. Si hacemos eso, les garantizo que el relajo se acaba y probablemente no estaríamos discutiendo ni de ciencia ni de nada.

  • Debería ser pagado, y después del tercero considerar la ligadura de trompas, para que no haya más fallas.

    Igualmente, vasectomía obligatoria para hombres que tengan demandas por no pagar manutención a los hijos existentes.

  • Sí… de acuerdo con Tony. El aborto es un derecho que por lo peligroso que es, no debiera no usarse con el desenfado con que se usa en Cuba. Y posiblemente lo correcto sea algo como lo que él propone: a los X abortos de una mujer, queda claro que ella está “suelta y sin vacunar” y aparte de q está jugando con su salud, está jugando con el presupuesto del país. Lo que debe primar por sobre todo es que las propuestas a tomar en cuenta sean, como la de Tony, basadas en la racionalidad, y no en oscurantismos disimulados como el que mueve a la que escribió el artículo.

  • Puede que en un buen número de países el concenso imperante de por archi-superado la discusión sobre el aborto. No por ello, sin embargo, pienso que podemos dar por superfluo el esfuerzo por justificar POR QUÉ asumimos una postura o la otra – si bien me parece que la conclusión de que debemos ser responsables en la sexualidad y no usar el aborto “a lo loco” (como dijo Desengrisador) es válida, no tengo porque aceptar el paquete místico que viene atras o delante de eso en este artículo, o en otros discursos…y no veo para nada paranoide o excesivo en estar atento a esos discursillos.

    Lo demás es otro debate…

  • Sobre las razones personales:
    Terminaría diciendo que si te matan porque te odian, o te matan porque te aman, al final terminas igualmente en el cementerio.

  • Felicito al Dr, Kevorkian y a Desengrisador por clarificar las creencias que están presentes en este artículo y alrededor de la discusión sobre el tema. Coincido plenamente con sus comentarios. El problema del aborto no sólo es personal es también social y las implicaciones de las diversas creencias al margen de la ciencia, tiene también implicaciones en los derechos de las personas y en los derechos de toda la población.
    Es un tema similar al homosexualismo, que en los 70s se consideraba aún una enfermedad mental una desviación contra natura y en ese caso como en este, la ciencia nos salva de imponer creencias personales a los demás.

  • “la ciencia nos salva de imponer creencias personales a los demás.”

    Todo depende como se mire. En Estados Unidos hace décadas se pensaba que la homosexualidad era una enfermedad. Era la visión medica de la época y estaba argumentada por la ciencia. La ciencia no tuvo ni que imponerse, era aceptada por la población y muchos homosexuales voluntariamente se sometieron a tratamientos de electrochoques. Lo que fue ciencia ayer no es ciencia hoy, y lo que es ciencia hoy no necesariamente sera ciencia mañana. Ojo con tenerle tanta fe a la ciencia.

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