Las gratuidades indebidas
Veronica Fernández
Hace unos días encendí mi televisor para mantenerme actualizada del acontecer nacional, en la emisión estelar de las 8 de la noche, del noticiero de la televisión cubana. Esta costumbre la tengo desde hace tiempo, gracias a mis padres y sobre todo, a mi abuela paterna que no se perdía ninguna información.
Desde entonces, para mí se ha convertido en una práctica casi rutinaria siempre que las guaguas y el trabajo me permiten llegar a tiempo a la casa.
Me sorprendí notablemente con una información que dieron en los titulares del noticiero. Al escucharla, lo primero que me vino a la mente es que no se correspondía con el momento en que estamos viviendo porque se nos está llamando a erradicar todas las gratuidades.
Se nos estaba diciendo que en la empresa poligráfica “Juan Marinello” de la región oriental de Cuba, sus trabajadores estaban realizando en jornadas de tres turnos, un extraordinario esfuerzo por sacar a la luz el libro del Diario del Che en Bolivia con el objetivo de ser entregado gratuitamente a los estudiantes de diferentes niveles de enseñanza que se graduaran próximamente. Además, significaron que se quiere lograr una tirada de 169 mil ejemplares.
Inmediatamente, vinieron a mi mente otras interrogantes.
Pensé en los recursos invertidos por el estado y gobierno cubano para hacer posible esta entrega gratuita, y también en los discursos de apertura y clausura de Raúl en el VI Congreso del Partido, donde se nos exhorta constantemente a realizar un uso planificado y racional de los recursos, donde nos resalta el alza constante de los productos en el mercado internacional y la crisis financiera internacional, a la que Cuba, por supuesto, no escapa.
Pero aún, medité más. Con estos 169 mil ejemplares se pudieran imprimir 169 títulos diferentes y también importantes, a una tirada de 1000 ejemplares cada uno que se pudieran vender a la población y no entregar gratuitamente.
Otras personas que como yo, escucharon la noticia – y con toda la justeza y razón del mundo -, nos preguntamos cómo puede ser posible que nuestro país se pueda dar el lujo en estos momentos de mandar a realizar esta sofocante producción, totalmente fuera de los parámetros de exigencia y racionalidad.
¿Por que se nos habla de ahorro en todos los ámbitos y se muestran estas campañas editoriales como un logro? ¿Tendré que pensar que se nos esta diciendo que no se puede y la realidad es que se puede? ¿O es que unos pueden gastar y otros no? ¿Es el pueblo entonces el que no puede gastar para que los de arriba gasten recursos a su antojo?
Esta es una gratuidad indebida que se hizo pública la pasada semana al informarse por la televisión cubana, pero ¿cuantas gratuidades indebidas más habrá que nos la pasan por alto y el pueblo ni se entera?
Esto es solo un ejemplo de lo que todavía hoy se esta haciendo y que dista enormemente de lo que se nos esta planteando cuando se habla de la actualización del modelo económico y social cubano y del famoso concepto de Revolución.
Verónica, cómo que: «Pensé en los recursos invertidos por el estado y gobierno cubano…» Será; invertidos por el pueblo.
Además, qué mayor gasto innecesario que una flota de 3 Mercedes Benz y otra de Alfa Romeo.
Hola Verónica. Si sustituímos el término ¨gratuidades indebidas¨ por: ¨uso indebido que hace el gobierno de Cuba, de los recursos que produce su pueblo, sin preguntarle siquiera si les parece bien…¨, o algo parecido, creo que se entendería mejor tu justa indignación. Ya no usarán más el dinero que producen todos los cubanos para darle las cosas que antes le regalaban y que podrían comprarse si se lo pagaran, ahora lo usarán para regalar otras, las que le siga dando la gana al que manda. Actualizarán una y otra vez el Capitalismo Monopolista de Estado al que llaman Socialismo y el pueblo tendrá café y azucar o libros del Che, pero en el fondo, no parece que va a cambiar nada. Ojalá me equivoque.