Tiempo de ahorro

Por Irina Echarry

Cuando en 1961 se crearon los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), el pueblo cubano estaba realmente amenazado por el enemigo, ya fuera externo o (lo que es peor) interno.  Entre sabotajes, secuestros y diversos exabruptos transcurrían los días y las noches del país.  Esa es una verdad que pocos pueden negar.

Pero ahora estamos en 2009 y los CDR siguen haciendo las mismas tareas.  Una de ellas (y la más importante) es la vigilancia.

La vigilancia no solo comprende la guardia nocturna, sino que es mucho más abarcadora.  Es estar pendiente de cuántas personas en la cuadra no trabajan o estudian, de quién hace fiestas ostentosas a sus hijos, quién no es una buena madre o una buena trabajadora, o quién se divierte dándose tragos a cualquier hora del día o la noche.

Pero la vigilancia casi nunca es para buscar soluciones.  La mayoría de las veces es solo para tener sobre qué hablar.

Hace unos días se me acercó muy preocupada la presidenta del CDR de mi edificio.  Debo confesar que últimamente la señora tiene mucho tiempo libre para dedicarle a las tareas cederistas.  Se jubiló, y aunque tiene nietos y es asmática (dos cosas que consumen mucho tiempo),  se esfuerza por estar al tanto de todo lo que se mueva en la cuadra.

Se esfuerza hasta tal punto que sabe lo que cada uno tiene en su casa.

Desde que la vi noté su indignación:

    – ¿viste lo de allá atrás?  Por su culpa nos quitan la luz.

Juro que no sabía de qué hablaba.  Cuando pregunté supe que al fondo del edificio han construido una habitación que tiene “dos aires acondicionados y un gran bombillo a la entrada que encienden desde las seis de la tarde”.

Entre los vecinos de cualquier lugar del país hay una costumbre generalizada: formar chisme.  Yo intento no sumarme a esa costumbre y se lo hice saber:

-Por eso estamos así, me dijo.  ¿A ti no te afecta el apagón
– Como a todo el mundo.
– Entonces debieras preocuparte por lo que sucede con la electricidad que está en nuestra área de residencia.

Y ahí fue que comprendí.

En el nuevo plan de ahorro que está  en vigor desde hace unos meses.  Cada municipio es responsable de la electricidad que consume y la dosifica de acuerdo a sus necesidades.

El caso es que mi zona ha sufrido apagones constantes porque supuestamente se está derrochando.  Y la presidenta del CDR le achaca el derroche a una habitación, a una familia.

Entonces le dije que no estaba de acuerdo en culpar al más débil, pudiera ser la Terminal de las guaguas, o la fábrica de chocolate, además de las familias en general…

– ah, bueno, sí, pero a esa gente hay que decirles algo, ese bombillo encendido desde las seis de la tarde es una falta de respeto…

El país transita por una crisis profunda, cualquier esfuerzo por el ahorro es poco.  Es gracioso que lo que moleste sea en el sector residencial (una habitación aislada) y la fábrica de chocolate que despide olores repulsivos durante el proceso de producción (en cualquier horario) gastando energía eléctrica sin escrúpulos y contaminando el ambiente pase desapercibida por esa señora que se las sabe todas.

¿Será que no quiere meterse con el Estado porque es más fácil acosar a una familia que a una institución?

De cualquier manera la entiendo, la familia seguro le da alguna respuesta inmediata.  La fábrica no va a parar la producción por unos días sin luz o unos pocos alérgicos afectados.  Aún así, creo que entre vecinos pudiéramos ahorrarnos los malos momentos