Servicio Social (2)

Francisco Castro

Jovenes en el malecon de La Habana.  Foto: Ana Maria Gonzalez
Jovenes en el malecon de La Habana. Foto: Ana Maria Gonzalez

El día de la reunión de ubicación de los futuros graduados en Comunicación Audiovisual, yo esperaba que me ubicaran en el telecentro o en alguna de las emisoras de radio de mi ciudad, Santiago de Cuba, así que yo fui el primer y mayor sorprendido cuando me dieron la noticia de que estaba ubicado en Radio Progreso, emisora nacional de gran importancia.

Una pregunta saltó de inmediato: si ya tenía cambio de dirección. Yo no lo había hecho, porque no tenía forma de conseguir ubicación laboral en la Capital, y aunque lo deseaba profundamente, no hice nada al respecto.

Claro, tampoco tenía a quien recurrir para efectuar el cambio, pues a partir del 22 de abril de 1997, se puso en vigor el Decreto 217 sobre las Regulaciones Migratorias Internas para la Ciudad de La Habana, según el cual las viviendas deben cumplir con una serie de requisitos para poder realizar hacia ellas el traslado permanente de personas, requisitos que las de mi familia no cumplen.

Sí tenía otras opciones. Las dos relacionadas con dinero. Mucho dinero. Una era pagar de 40 a 60 CUC para hacer el cambio de dirección a una casa ubicada en provincia Habana, con la cual podía trabajar en Ciudad de La Habana.

Otra, pagar desde 100 CUC en adelante, para conseguir el cambio en una casa de la ciudad. Y la otra era pagar 60 CUC para que alguien hiciera no sé qué jugarreta, de forma que me borraban del Registro de Direcciones donde estaba asentado, y me daban un nuevo Carné de Identidad con una dirección de La Habana, pero quedaba en una especie de limbo legal, opción que me asustó mucho, pero que contemplé como la más cercana para realizar.

Afortunadamente, el 29 de junio de 2009, se publicó en la Gaceta Oficial el Decreto Ley 268 Modificativo del Régimen Laboral, que contempla, entre otras cosas, un capítulo dedicado al contrato excepcional, según el cual, a través de la autorización de los jefes de los órganos, de los organismos de la Administración Central del Estado, de otras entidades nacionales, y el Presidente del Consejo de la Administración Provincial de Ciudad de La Habana, se puede contratar en la Capital a trabajadores provenientes de otras provincias del país.

Esta ley hizo que gastara el dinero que ya había empezado a reunir para pagar el cambio de dirección, y que pensara con inmensa alegría, que quizás los cambios que se avecinan en el país, podrían ser verdaderamente liberadores.

Francisco Castro

Francisco Castro: Todo se vuelve más simple cuando uno cruza la línea de los treinta años. Que no significa que sea más fácil, sino más bien, todo lo contrario. Ahí estoy yo, del otro lado de la línea, tratando de averiguar, con lo poco que sé de arte, política, economía…, vida, cómo seguir sin romper algunos juramentos que parecían esenciales, cómo no claudicar, cómo hacer de los años vividos, un faro hacia el futuro.

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