Vivir del cuento

Rosa Martinez

HAVANA TIMES — Vivir del cuento es una expresión cubana que se usa para describir a las personas que viven de las mentiras y los inventos.

Son muchos los cubanos que sienten estar viviendo una vida falsa, y son muchos también los que no trabajan ni aportan a la sociedad, viviendo no solo del cuento, sino del invento, pues estas dos cosas le aportan más que los trabajos estatales.

Hoy no me referiré a ese tipo de personas, sino al programa humorístico cubano que lleva esa expresión cubanísima como nombre y sale cada miércoles en nuestras pantallas.

Les voy a comentar sobre uno de los capítulos del programa que más disfruté, porque  aunque ha pasado bastante tiempo de su presentación no deja de tener relevancia y actualidad.

Juanito quiere comprarse un par de zapatos, que cuestan 67 CUC, para ir al teatro. Si Juanito solo cobra 500 pesos, y gasta 200 en comida (que por supuesto no alcanza para los 30 días del mes), 25 pesos en electricidad (porque no usa ningún equipo electrodoméstico)  y 100 en almendrón. ¿Para qué mes y qué año Juanito podrá ir al teatro, es decir, podrá comprase los zapatos?

Quizás esto parezca un problema matemático salido de un libro de cuarto grado o algo parecido, pero no es así. Este problema fue el centro, en alguna ocasión, del popular humorístico Deja que yo te cuente.

Les confieso, que aunque este tema como tal no da gracia alguna, me reí de lo lindo con todas las peripecias por las que pasaron los dos personajes principales del programa: Chequera y el carismático Pánfilo para resolver aquella problemática que se antojaba difícil, no solo para ellos, sino para cualquier trabajador cubano.

Algunos lectores se preguntarán donde está la gracia en que los trabajadores cubanos tengamos que rompernos la cabeza todos los días, sacar diez mil y más cuentas para tratar de salir a flote con 500 pesos y llegar vivos al otro mes; y además de eso, comprar calzado, ropa y satisfacer otras necesidades que tenemos todos los seremos humanos.

No se si es que me he acostumbrado, como la mayoría de mis compatriotas, a reírme de mis desgracias, o a darle un sabor dulce a la vida cuando sabemos que no tenemos respuesta para nuestros conflictos.

Pero les juro que por más que la problemática de Chequera y Pánfilo me recordaba los problemas a los que me enfrento diariamente y las decepciones que sufro cada vez que llega a mi mano mi insuficiente salario, no dejé de reírme con esos dos, que después de darle vueltas y vueltas al asunto, después de sacar cuentas pá lante y pá atrás no les quedó más remedio que aceptar que aquel problema de Juanito, igual que el de nuestras cuentas diarias, no tiene solución.

One thought on “Vivir del cuento

  • Sra. Rosa Martinez, sí que hay soluciones, lo que puede que a algunos les guste y a otros no.
    Por ejemplo podría robarse el par de zapatos. Aunque, como eso de robar no es correcto, podría jinetear como guía turística o en su versión más hard llegar incluso a prostituirse. O irse a hacer alguna misión internacionalista.
    Claro que, para evitar los consejos anteriores, podría ser mejor eliminar el problema de raíz: fuera el clan Castro, bienvenida la democracia, la libertad y la apertura de Cuba al mundo.

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