Una historia que puede ser la tuya

Rosa Martinez

Foto: Caridad

HAVANA TIMES — No tengo experiencia, ni quisiera tenerla jamás, de lo que es ser discapacitado. Me he enfermado en varias ocasiones y fui intervenida quirúrgicamente más de una vez, requiriendo los cuidados y atenciones de mis familiares, pero fueron todas situaciones que sabía que no permanecerían por más de un par de meses, nada parecido a una incapacidad permanente.

Por mi amor  a la lectura y las contantes molestias oculares que esto me provoca, he pensado más de una vez cómo sería quedarme ciega por completo y cada vez que lo hago paso días enteros sin dormir, porque temo cerrar los ojos y despertar a oscuras.

Me he soñado sin voz, dando golpes en armarios, puertas, latas y empujando a las personas para llamar la atención.

También he pensado cómo me las arreglaría para comer, peinarme y escribir si no tuviera mis manos, o si sería tan alegre si me faltaran mis pies o sufriera alguna otra discapacidad de las muchas que existen en este mundo.

Nunca he sentido lástima por las personas discapacitadas, la lástima no ayuda a nadie, mucho menos a la persona que la inspira. Siento respeto y admiración esos que a pesar de una deficiencia psicomotora no dejan de vivir, estudiar, trabajar, y formar parte de esta sociedad donde todos somos cada vez más imperfectos.

Desafortunadamente los verdaderos problemas del ser humano son invisibles a los ojos, muchas veces las personas que se ven excelentemente aparentemente bien cargan más defectos que cualquier minusválido.

Un saludo para Pilar González donde quiera que esté, reciba un abrazo de una guantanamera que la admira por lo que es.

One thought on “Una historia que puede ser la tuya

  • ”” Nunca he sentido lástima por las personas discapacitadas, la lástima no ayuda a nadie, mucho menos a la persona que la inspira. Siento respeto y admiración esos que a pesar de una deficiencia psicomotora no dejan de vivir, estudiar, trabajar, y formar parte de esta sociedad donde todos somos cada vez más imperfectos”

    Ese comentario me recuerda a mi abuela diciendo
    Yo no soy racista porque hablo con mi vecina y vamos juntas a los trabajos voluntarios, pero después me echaba con el rayo cuando me aparecía con cualquier jebita mas oscurita que yo diciéndome: Mijito que vas a joder la descendencia y yo le contestaba que ojala dios le diera vida para que viera la retahíla de nietos de colorcito exótico que le iba a dar y que así si se le iba a quitar el racismo.

    Todos somos iguales ante dios o Darwin de acuerdo como veas el origen del HP, así que cualquier discapacitado merece como tu dices todo nuestro respeto al igual que cualquier otro individuo sin que medie ninguna diferencia.

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