Un dilema para una joven estudiante cubana

Rosa Martínez

La Universidad de Oriente, Santiago de Cuba

HAVANA TIMES – Dori es una chica de 23 años. Acaba de graduarse de la universidad y parecería que le espera un futuro esplendoroso en un país, donde hace muchísimos años ser profesional era garantía de vida respetable.

Ella es una primita muy querida, criada prácticamente con mis padres, lo que significa que en la casa la vimos nacer, le cambiamos los pañales, la alimentamos, la mimamos, ayudamos a educarla y a comprarle lo necesario para vivir, y hemos estado siempre al tanto de ella.

Mientras estuvo en la primaria, la secundaria y el pre fue fácil seguirle el rastro.  Como somos una familia numerosa y unida, todo el mundo de una manera u otra está pendiente de los más pequeños. A nuestros niños les puede faltar muchas cosas, pero cuidado, atención y vigilancia, esa sobra.

En cuanto a su comportamiento, fue una niña común y corriente, con malcriadeces de todo pequeño según su edad, un poco llorona en ocasiones, pero muy cariñosa.

En la escuela, ya era otra cosa, siempre fue talentosísima; obtenía notas excelentes sin esfuerzo alguno. Tan así, que llegado el momento, accedió a una carrera que solo llegan muy pocas plazas en la provincia: Ingeniería en Telecomunicaciones.

Ya en la universidad tuvo que ir a estudiar en Santiago de Cuba, y aunque sus padres siempre han estado al tanto de los resultados académicos y otros asuntos, era imposible saber qué hacía por allá.

En ocasiones pasaba hasta dos meses sin venir a la casa, pues desde temprano se enamoró de esa urbe que es mucho más desarrollada que la nuestra (no por gusto es la segunda más importante del país) y tiene más vida cultural.

A mediados de junio, Dori discutió sus tesis de graduación y obtuvo su diploma marcado con Título de Oro.

La alegría no podía ser menos, pues, aunque no es la primera profesional en la familia, una graduada universitaria siempre es motivo de orgullo, y si es con título sobresaliente, pues mucho mejor.

Las vacaciones actuales son las últimas que tendrá mi primita como estudiante, ya que pronto comenzará a trabajar en una entidad del Estado cubano.  Esperábamos que dentro de las posibilidades, ella pudiera tener dos meses de descanso y, sobre todo, de mucha diversión.

Todo marchaba muy bien, cuando una foto comenzó a circular en el vecindario, de casa en casa, hasta llegar a la nuestra. Era mi niña adorada, completamente desnuda, posando provocativamente para alguien más o para ella misma frente a un móvil.

Aquella imagen -la comidilla del barrio durante varios días- armó tremendo alboroto entre los parientes más cercanos, así que no hubo más remedio que hacer una reunión familiar para concluir con aquel asunto tan desagradable, y calmar los ánimos de una vez y por todas.

Estoy segura que es un montaje, dije -sin creer en mis palabras- tratando de calmar a sus padres que lloraban desconsoladamente. Eso es más común de lo que se imaginan. Cogen tu foto y la ponen en otro cuerpo y ya está, agregué.

No es montaje alguno, dijo Dori secamente, para sorpresa de todos.

Sí, esa soy yo. Yo misma me tiré la foto y la envié a varias personas a cambio de recarga y de dinero en efectivo. No encontré otra forma de hacer dinero mientras estudiaba, y ustedes, papi, no me podían dar más…

Anonadados quedaron casi todas las personas que estaban allí. Poco a poco se fueron marchando sin decir mucho. Al final solo quedamos Dori, su madre y yo.

La abracé como pude y le dije: esa práctica es más común en Cuba de lo que la gente puede imaginar. Desde mi época (hace más de 25 años) los universitarios hemos hecho maravillas para poder llevar los estudios de la manera más decorosa. Ahora con la telefonía móvil y los equipos de última generación, la Internet, todo se ha vuelto más caro, y mucho más difícil para las familias de bajos ingresos.

Me duele, me duele muchísimo, Dori, que hayas tenido que recurrir a eso para sobrevivir en la universidad, para tener un teléfono o estar a la moda. Solo puedo decirte que vas a comenzar a trabajar dentro de muy poco y la suerte que tenías de estudiante no cambiará mucho con tu salario, al contrario.

Así que tendrás que decidir qué es más importante para ti, si tener algo de integridad y carecer de muchísimas cosas, o perder definitivamente todos los valores que te hemos inculcado y continuar vendiendo tu cuerpo.

Del trabajo estatal en Cuba no vive nadie. Existen muchas formas de ganar un dinero extra, puedes hacer lo que la mayoría para vivir (inventar) o continuar por la senda de una de las profesiones más antiguas de la historia, la decisión está en tus manos.

Rosa Martínez

Rosa Martínez: Soy una colaboradora más de Havana Times, profesora universitaria y madre de dos niñas bellas y malcriadas que son mi mayor felicidad. Mis grandes pasiones son leer y escribir y gracias a HT puedo cumplir con la segunda. Espero que mis escritos contribuyan a tener una Cuba más inclusiva más justa. Espero que algún día pueda mostrar mi rostro junto a cada uno de mis posts, sin temor a que me llamen traidora, porque no lo soy.

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9 thoughts on “Un dilema para una joven estudiante cubana

  • Estimada, Rosa:

    Muchas gracias por esta lectura. Me ha hecho reflexionar, entristecer y de corazón deseo lo mejor al pueblo hermano Cubano.

    Saludos de una joven peruana,
    Romina Espinosa
    https://elaveylabarba.wordpress.com

  • Yo creo que ya ella escogió su camino. Una vez que muestras tu cuerpo desnudo ya no hay pudor para no repetirlo. No hay justificación alguna para vender el cuerpo. Treinta años atrás no habían celulares y estudiamos con lo que teníamos. Hoy día aún hay muchísimos estudiantes que se comen un cable sin vender su vergüenza. Lo más probable es que pase a ser otra más de las prostitutas universitarias que Fidel tanto elogió

  • Ay atanasio, que sabes tú de la vida ahora en Cuba, que sabes de los padecimientos de un universitario, de un profesional o de quien sea. Hay que tenerlo grande muy grande para sobrevivir sin ayuda del exterior o sin un salario en moneda dura. Dime, Cuántas veces has ido a la cama sin comer nada de nada?, o crees que es solo question de un telefonito, internet, aunque eso también es importante para cualqueir joven hoy en dia… Quien eres tú para juzgar, si solo Dios y tu saben lo que habrás hecho en tu vida para sobrevivir…

  • Trabajar como un mulo, dejar de fumar porque no tenia con que pagarlo, en pleno Periodo Especial agarre un solar yermo, lo limpie de basura y allí sembré bastante comida para mi familia y los vecinos y cuando apretó de verdad cogi una balsa y a riesgo de mi vida me fui de esa locura. Tuve tres trabajos los siete días de la semana y no me he muerto. Mis hermanas estudiaron en la universidad en Cuba y ninguna es puta, ni celebrar sus quinces pues no había dinero, ni viajecitos a Varadero por sus graduaciones.
    Yo no juzgo a nadie, cada cual que haga con su cuerpo lo que le de la gana, pero no la pongan de víctima del sistema

  • Y quién es la victima tú, que cogiste una balsa y te largaste? Mira Atanasio, no jorobes. Qué facil es nadar desde la orilla… La joven no es puesta como víctima de sistema alguno, sino una muestra de lo que sucede en la Isla, como puede suceder en cualquier lugar. A fin de cuenta esa práctica se realiza en Cuba y en la conchinchina, no es nada inherente a los países pobres.

  • La misma Marilyn Monroe posó desnuda…, pero es diferente, pues esas fotos que no son artísticas, y no dejaran de circular por las redes, por cualquier celular. Esa chica debe reflexionar, pero el mal ya está hecho, se equivocó y punto. Ahora debe buscar alternativas de trabajo mientras haga el servicio social obligatorio. Que busque en restaurantes privados, de camarera, etc. Que no venda su cuerpo, que ese es su templo, aunque la mente es el más preciado tesoro. Ya perdió su candor, y eso es un hecho. Tambien es una moda entre las jovencitas de ahora hacerse fotos desnudas con el celular. He visto fotos de muchachas con desnudos parciales en faceboock como si nada. Solo quieren mostrar su curvas, sean naturales o de silicona. Piensan que así son valiosas. Error, la belleza y la juventud pasan. No todas las chicas hacen lo que ella hizo. Es preferible explorar otras opciones para buscar money.

  • Gracias Irina por la defensa de la decencia

  • Qué pena la decisión tomada para tener un celular y recargas y no sé qué más…en mi época yo tenía tres vestidos para ir a la escuela y los días de clase eran cinco…que crees que hacía…y en toda época han existido hijitos de papá que se burlan…pero ni me daba por enterada…la dignidad no tiene precio querida… este es el dilema de cuantos jóvenes estudiantes, y de cuantas generaciones incluso.

  • Valorar la situación es difícil pero creo que dentro de un año se sabrá si quiere seguir vendiendo su cuerpo o si se arrepiente de lo que hizo. En el fondo hay una incultura total de lo que sucede con una foto en un celular, eso se va de las manos y no se puede controlar, en Cuba están descubriendo internet y aprenderán los riesgos. Estoy seguro que le pagaron una mierda por esa foto, no vale la pena. En USA muchas universitarias buscan un “sugar daddy” que le paga los estudios por sexo. Busquen ese término en google y lo verán. Pero venderse por una recarga es una estupidez.

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