Ser millonario en Cuba, claro que es posible

Rosa Martínez

Foto: Patricio Fernandez

HAVANA TIMES — Ser millonario es el sueño de muchos, no puedo decir que no ha sido el mío también. Algunos de pequeños fantasearon con tener mucho dinero para llevar agua y comida a los niños hambrientos de la explotada África; otros pensaron en socorrer a los más necesitados del plantea, como por ejemplo invertir en la investigación de la cura de diferentes enfermedades letales.

Pero cuando las personas crecen los ilusiones cambian y ya el de ser millonario no se acompaña con la idea de ayudar a tanta gente, sino a la familia más cercana, dígase los padres, hermanos, tíos, sobrinos quizás.

Sigue pasando el tiempo y la madurez nos vuelve egoístas y pensamos más en nosotros mismos, y se asocia el mucho efectivo a poseer una buena casa, carro, viajes y todas las comodidades posibles.

No sé precisamente cuál de estos pensamientos tenía Fernan, un gran amigo mío, cuando recibió por Facebook la noticia de que le enviarían un millón y medio de euros, con la única condición de usar, al menos, medio millón en alguna obra social en Cuba, preferentemente relacionada con niños huérfanos.

Fui la única persona en quien confió la buena nueva, me sentí halagada; la verdad es que él no quería ilusionar a nadie, especialmente a su esposa que vive imaginando cosas buenas que él nunca podrá darle, al menos no con su paupérrimo salario.

Cuando me lo contó, su voz aparentaba la calma de siempre, el cariño usual para conmigo, pero su pecho saltaba, sus ojos también.

Si es cierto, te regalaré unos cuantos miles para que montes un negocio y no pases tanto trabajo -me dijo- y te compraré una motorina que sé que estás loca por una.

Cuando de dinero se trata, desconfío de todo, porque no tengo mucha suerte para ese tipo de dádivas, mucho menos para un buen negocio –pero por qué ser tan pesimista, me dije a mi misma.

Fernando no es una persona ambiciosa ni mucho menos, pero a quién no le saltarían los ojos  con la noticia de un millón de euros para gastar y adquirir las cosas que ni con 100 vidas en Cuba serían posibles comprar:

Primero, la vivienda que no tiene, pues vive agregado con su esposa y dos hijos en casa de los suegros –la convivencia ha sido aceptable, pero nada como tener algo propio, la mayoría de los cubanos sabe bien de lo que hablo.

Segundo, un carro, Dios mío, un carro -en su familia nadie ha podido adquirir ni una moto siquiera, provienen de una descendencia de trabajadores pasa trabajo y luchadores como él mismo los llama; bueno en la mía somos de la misma prole.

En tercer lugar, montar un negocio seguro para que el dinero pueda crecer o, al menos, no gastarse rápidamente para ayudar a sus padres que viven tan apretados y en muy malas condiciones. Todo el mundo sabe que de donde se saca y no se mete, algún día se acaba…

Imagino que esas eran las ideas de Fernan – la verdad que nunca me lo dijo-, cuando una señora inglesa de unos 70 años, amiga suya en Facebook, le dijo en un mensaje inesperado que quería enviarle un millón y medio de euros, porque ella estaba muy mal de salud y deseaba dejar esa cantidad en manos de alguien que le diera un buen eso.

La primera reacción de mi amigo fue preguntarle por qué no se lo daba a sus hijos o a algún familiar allegado, pero ella contestó que nadie lo usaría mejor que él, además sus hijos recibirían una buena herencia.

A tanta insistencia… mi futuro millonario, quiero decir, Fernan, dejó que la lady hiciera todos los trámites, el contrato con un banco suizo donde estaba la suma, del cual recibió una misiva  del director ejecutivo (mánager), carta que vi con mis propios ojos.

Lo próximo fue solicitar el pasaporte, uno de los requisitos -que no entendí nunca, pues no viajaría a ningún lugar, pero bueno… también una tarjeta con la cual pudiera recibir dinero del exterior y otros papeles. Posteriormente a esperar…

Después de tener toda la documentación en mano, pasó todo un mes, y como no supo más nada de la dama inglesa se comunicó con ella, y esta respondió que como era una suma elevada, el proceso demoraba un poco, él debía esperar con calma.

No quiso mostrarse impaciente, así que esperó dos, tres meses más. Volvió a comunicarse con la señora y ella dijo lo mismo.

Ya han pasado cinco meses del último contacto, y por más que le he explicado -lo hice desde el comienzo-  que lo que más aparecen en Internet son engaños de ese tipo, él no me cree y sigue esperando pacientemente por el millón de euros que cambiará su vida, la mía también, pues prometió comprarme una motorina para que vaya a trabajar cómodamente.

Rosa Martínez

Rosa Martínez: Soy una colaboradora más de Havana Times, profesora universitaria y madre de dos niñas bellas y malcriadas que son mi mayor felicidad. Mis grandes pasiones son leer y escribir y gracias a HT puedo cumplir con la segunda. Espero que mis escritos contribuyan a tener una Cuba más inclusiva más justa. Espero que algún día pueda mostrar mi rostro junto a cada uno de mis posts, sin temor a que me llamen traidora, porque no lo soy.

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7 thoughts on “Ser millonario en Cuba, claro que es posible

  • Y un dia le van a decir que tiene que enviar 500.00 eur a una dirección pues esos son los gastos en los que deben incurrir en destino y su amigo engrosará la larga lista de estafados por personas inescrupulosas.

    Es lamentable….. Esa es una de las formas de estafar mas viejas que existen. Espero se percate a tiempo

  • Estimada Rosita. Claro que es posible, pero no es nada nuevo. ?Cómo tú crees que viven y han vivido -desde hace mucho tiempo- los Jefasos de la nomenclatura, quienes se las dan de humildes en sus falsos discursos populistas? Lo que pasa es que ahora la posibilidad llega -aunque a cuenta gotas- a personas no “históricas” como: ciertos deportistas de élite (después de dejar una tajada en arcas privadas de algún funcionario “de arriba”; artistas de renombre internacional, por supuesto, congraciados con el régimen; algún cuenta propista con un trabajo, duro y serio, sobornando a inspectores estatales y a las mil feas vírgenes de la corrupción isleña con fondos económicos provenientes del “cruel y malo” Capitalismo; más cierto(a) cubanito(a) que ha hecho fortuna en el exterior (de cualquier calibre y método) y ha venido a gozar -y especular- su “retiro” de lujo en la isla de los miserables. Ajeno a determinadas carencias, pero nervioso y preocupado porque, cualquier día fatal, el gobierno -siempre con su conveniente enfermedad “bipolar”- pueda producir el cambiazo que les afecte su status de “reyes por un día”. Y todavía tienen la cara tan dura de decir que no permitirán que nadie se pase de la raya. pero ?Cuál es la raya? ?La buena vida de Mariela? ?Los viajes en yate por Turquía de Alejandro? ?La cría de gallos y caballos de raza particulares de ciertos milatotes? ?La tenencia de criados y jardineros en muchas residencias no aptas para la vista de la población de a pie en Atabey, Siboney, Nuevo vedado o zonas congeladas de Miramar? !Ya! hay una raya para los de arriba y otra rayita endeble para el pueblo. Por otra parte ?A qué arcas tú crees que van a parar todos esos miles de millones de dólares que entran al país en materia de Turismo, servicios profesionales al exterior o cobro criminlal de procesos migratorios y consulares a los cubanos del pueblo llano de adentro y de afuera?

  • Qué tonto! eso pasa por la falta de cultura del ciberespacio que hay en Cuba. Ahora que espere una factura, ese es el timo.

  • !Ojalá! fuera solo de ciberespacio.

  • Que pena me da ver como estafan a cubanos. Juegan con la miseria de los compatriotas.Muy lamentable.

  • Yo era millonaria en Cuba: Tenia millones de problemas, necesidades y frustraciones.

  • Las estafas en el ciberespacio son cosa común, recuerdo hace vaios años recibí un mensaje de una “canadiense” que se decía enfermera y que trabajaba como voluntaria en Africa; la mujer aseguraba que quería viajar a Cuba y, por supuesto, conocerme; fin de la historia, me pidió 500 dólares para gastos de pasajes o algo así , ajajajajaj, todavía los está esperando (por lo menos me quedó una foto de la supuesta canadiense, una rubia descomunal en bikini, ajajajajaj)

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