¿Qué me compraré?

Rosa Martinez

HAVANA TIMES — Hace unos días recibí ayuda económica de un familiar que cumplió misión en un país africano.

Después de varios años de trabajo en Gambia, Alberto, un primo  paterno, regresó con cajas llenas de equipos electrodomésticos, ropas de todo tipo y una cuenta con unos cuantos miles de CUC.

Como Alberto y yo siempre hemos sido muy cercanos decidió entregarme, además de algunas cositas para mis hijas, unos CUC que no pudieron llegar en mejor momento.

Dinero en mano pasé toda la noche pensando qué compraría con aquella cantidad que parecía poco en moneda convertible, pero era mucho en moneda nacional, al menos mucho más de lo que yo había logrado ahorrar alguna vez con mi salario.

Como la cucarachita del cuento dije: “Me compraré una lavadora moderna, pero después, no, no, no, porque no me alcanza. Pues, me compraré entonces, una batidora, y pensé no, no, no porque la rusa todavía tira unos años. Compraré azulejos para reparar el  baño, pero decidí no, no, no pues tengo otras necesidades más importantes.”

Después de pensar y pensar qué haría con mis 140 CUC, decidí, primero, pagar los 40 que debía, no porque el que paga lo que debe sabe lo que le queda como dice el refrán, sino porque el que paga lo que debe es feliz.

Después compré ropa interior para todos en casa que hace mucho la necesitábamos,  y un par de zapatos para cada chiquilla, también compré artículos de aseo personal como champú, perfume, crema para la piel y otros, de los que carecíamos hace días.

Cuando salí de la tienda recaudadora de divisa quedaba bien poco, pero al menos resolví una parte de mis problemas.