En vacaciones ya

By Rosa Martinez

HAVANA TIMES – El primer domingo de la etapa de verano llegó a las casas cubanas. Casi todos los estudiantes del país ya están de vacaciones, y con ellos casi la mitad de los obreros estatales, la otra parte descansará en agosto.

En cada familia comienzan a planificarse las actividades que podrán realizar para contribuir al esparcimiento de los más pequeños principalmente. La mayoría deberá hacer sacrificios enormes para ofertar a los hijos las mejores opciones de verano. A muchos, el dinero de las vacaciones apenas les alcanza para comprar el calzado y otras indumentarias necesarias para el próximo curso, si hay más de un hijo en edad escolar el dolor de cabeza es doble.

En mi hogar hoy es un domingo común. Como mis dos hijas finalizaron sus exámenes satisfactoriamente, aprovechan para dormir algunas horas de más; en realidad lo harán hasta pasada las 11.

Me pregunto cómo logran permanecer tanto tiempo en la cama, pero sé que solo serán los primeros días, pues están agotadas de un curso lectivo excesivamente largo, cuando recuperen fuerzas ya no querrán descansar tanto…

Yo me levanto tempranito, como de costumbre. Después de las seis de la mañana me resulta un sacrilegio permanecer en la cama. Comienzo los quehaceres diarios, aunque con un poco más de calma. Sé que lo más probable es que cuando despierten las niñas ya esté listo el almuerzo.

La tarde pasa con excesivo calor. Los deseos de todos después de almorzar es estar en una playa, o mejor, un río, pues es más refrescante el agua de cualquiera de los muchos ríos y riachuelos que abundan en nuestra provincia. Pero es solo el primer domingo de la etapa estival, ya tendremos oportunidad de preparar más de una excursión, digo yo…

Las niñas deciden jugar entre ellas, pero el calor las sofoca y no les queda más remedio que innovar un estanque, en lo que antiguamente era un corral de puerco, y ahí pasan casi dos horas echándose agua una a otra. Al final salen fajadas, por no sé qué bobería, no sin antes haber gozado de lo lindo.

Su padre y yo aguantamos la elevada temperatura como podemos, un rato en el patiecito trasero por donde entra una agradable briza, otro tirados en el piso de la cocina. Preparamos una limonada bien fría para calmar la sed y esperamos tranquilamente que pase la tarde, con la esperanza de que el anochecer traiga algo de fresco.

Pero la noche no es nada diferente. Llegan dos amigos a visitarnos y aunque la casa no es tan pequeña, parece que estamos en una sauna. Los únicos dos ventiladores que funcionan en casa van de un lado a otro, primero en la salita pequeña donde conversamos durante largo rato con nuestros conocidos, después en la cocina cuando los invitamos a un refrigerio.

Es el primer asueto de las vacaciones y no hay muchas opciones de distracción a la vista. El aumento de salario da esperanzas a la mayoría de mis amigos, casi todos profesionales que trabajan en sectores presupuestados, a mí, los pesos que se adicionarán a partir de agosto a mis bolsillos de profesora universitaria, me aterran en lugar de tranquilizarme. Este aumento salarial en momento de gran crisis, no creo que resuelva mucho, pero no quiero ser pájaro de mal agüero…

Mis pequeñas sueñan con una visita a una villa, un viaje al campismo, cualquier lugar donde esté el agua cerca. Su padre y yo sacamos cuenta para ver qué podremos proporcionales con lo que hemos logrado ahorrar.

Nuevas medidas en Cuba auguran cambios para el país. En casa es un domingo común y corriente, el primero de las vacaciones de verano. Me pregunto qué sucede en el resto de las casas cubanas.