Cuba en el 2011, que espera la gente
Rosa Martinez
HAVANA TIMES, Dec. 29 — “El año próximo va a ser bien duro para todos los cubanos.” me dijo una compañera de trabajo en una conversación, a tono con las perspectivas para el venidero 2011. “La vida impone muchos cambios, de los que habla el Partido, pero necesitamos que sean para bien, de lo contrario, estaremos perdidos para siempre.”
“Cada año es más difícil que el anterior. ¿Cuándo acabaremos en diciembre diciendo que hemos resuelto la mayoría de nuestras dificultades, que el próximo será mucho mejor, que los problemas económicos y financieros serán menos?.” me dijo otra.
Cuando solo faltan unos días para que finalice el 2010, hay mucha preocupación en los hogares cubanos, por lo que sucederá el próximo año. No solo está en juego el futuro político del país, sino también su supervivencia económica y social que afectará a todos o casi todos.
La población comprende perfectamente la necesidad de muchas de las medidas económicas que serán implementadas en el próximo quinquenio, pero no deja de alarmarse.
Según una profesora universitaria “la gente se mantiene escéptica porque ha escuchado muchos discursos y no confía completamente en que se puedan resolver los problemas.”
Salarios, la libreta y despidos
Muchos concordamos en que las principales angustias ciudadanas están dadas por estas tres problemáticas: los bajos salarios, la gradual desaparición de la libreta de abastecimiento, tan necesaria para un por ciento elevado de trabajadores y la reducción de plantillas infladas, que obligará a salir del sector estatal a más de 500 mil trabajadores.
En realidad, los productos que se venden por la archiconocida libreta no alcanzan ni para la mitad del mes, pero la mayoría de las personas dependen por completo de esos productos que se venden a bajos precios.
“Me preocupan, principalmente, los ancianos que viven estrictamente de sus pensiones. ¿Qué será de ellos sin el arroz, el poco de azúcar y los huevos de 15 centavos, por ejemplo? Muchos núcleos familiares dependen, exclusivamente, de estos alimentos para subsistir, y eso no es secreto para nadie.” dice una militante de la juventud.
Un albañil cuentapropista dice que el principal problema de nuestro país son los bajos salarios, pues no se corresponden con el trabajo que realiza cada cual. Cuando el país sea capaz de pagarle a cada ciudadano por lo que hace, según su capacidad, según su preparación, y este dinero alcance para alimentarse, vestirse, y resolver las necesidades más apremiantes; cuando esto ocurra, habrá menos robo, menos corrupción y, la gente no recordará siquiera el nombre de la ya eliminada libreta.
Incluir o excluir a los jóvenes
Una trabajadora social cree que el mayor reto de los líderes históricos de la Revolución es recuperar la confianza de las nuevas generaciones. Si los jóvenes confían en que los dirigentes cubanos resolverán los problemas económicos actuales o que tendrán un futuro garantizado donde se escuchen sus criterios y opiniones, quizás entonces disminuyan las emigraciones de los profesionales y seamos más los que nos quedemos a luchar por una Cuba mejor.
Según un amigo extranjero, “Cuba pudiera desarrollarse mucho, pues existe una capacidad humana extraordinario. Sin embargo, si se aplasta las ideas e iniciativas de los jóvenes o se les aparta, es como aniquilarlos a ellos, y hacer esto es matar a la Revolución también. Ya es hora de aprender de los errores y fomentar una verdadera participación ciudadana y no solo por reuniones de coyuntura relacionadas con crisis provocadas por errores de los propios dirigentes.”
Serán protegidos los desempleados?
Según las palabras del presidente Raúl Castro nadie quedará “desamparado.” ¿Cómo entender, entonces, tal pretensión, cuando medio millón de cubanos van para la calle. Es muy difícil que un padre de familia logre interiorizar esas palabras, cuando él, por sí mismo tiene que buscar trabajo.
Ana María, una joven ama de casa, dice que espera que lo expresado por Raúl se cumpla, pero le preocupa que al ponerse en práctica la ley de la oferta y la demanda, se abuse en demasía a costa de las necesidades del pueblo, porque no tiene derecho a reclamar.
Hay un refrán muy usado en nuestro país que dice que el cubano cuando no llega se pasa. Hasta ahora el Estado lo ha controlado todo, tan así que decimos que nadie tiene casa, ni carro, ni nada, el Estado es el dueño de todo. Ahora quieren liberar tanta carga que no se interpondrán entre la relación “individuo-individuo.” Necesitamos que esta liberación funcione para bien, especialmente para los de abajo, que somos los que sufrimos las consecuencias de las equivocaciones y de las arbitrariedades.
Por ejemplo, en Guantánamo, ya varios dueños de autos particulares están poniendo en práctica la ley de la oferta y la demanda, los precios del transporte popular se han duplicado, y los salarios siguen en la misma balanza, entonces: ¿Cómo quedo yo?
Los cubanos necesitamos que el modelo socialista cubano funcione mejor, necesitamos que se escuchen nuestras ideas, proposiciones y sugerencias. Todos, o casi todos, los que vivimos en la Isla queremos que el país “se levante.” con nuestras propias soluciones. Debemos contribuir, cada cual según su posibilidad y su trabajo, a que podamos tener un mejor futuro para nuestros hijos, un futuro donde todos cuenten.