¿Cómo está Cuba?

 

Rosa Martinez

Cafetería habanera. Foto: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Un amigo me llama desde Canadá para que le cuente como está la cosa por acá, en mi Guantánamo específicamente.

Amante de Cuba como es, y de su gente, está al tanto de lo que sucede en nuestra adorada Isla, de la escasez de alimentos que se ha incrementado en los últimos meses y de la inseguridad que reina en muchas familias, en cuanto a llevar un plato de comida a la mesa se trata.

Realmente no sé qué decirle. Que es muy difícil encontrar plato fuerte, que el pollo esta más perdido que la carne de res, y que la libra de cerdo está por las nubes, que no hay ni huevos ni gallinas, ni siquiera las salvadoras croquetas… de todo eso debe haber leído, porque con la cuestión de la Internet la gente pone de todo en las redes sociales.

Para que entienda -ustedes también- como está el espíritu de la gente, le contaré lo que ocurrió hace unos días en Guantánamo.

Ahí les va:

Eran las cuatro de la tarde aproximadamente, cuando un familiar me llama muy preocupado al móvil.

¿Ya compraste arroz?, pregunta casi gritando, desde el otro lado del auricular.

Arroz, no, no he comprado, ¿por qué?

Pues vuela ahora mismo a ver dónde consigues, que un jefe me dijo que habían recogido todo el arroz liberado [la que se vende fuera de la tarjeta de racionamiento] que había en las tiendas y que no iban a sacar más.

¡¿Que qué?!. Quedé estupefacta momentáneamente, pero un pensamiento mayor me hizo levantarme del asiento y salir corriendo…

Dios mío, mis hijas, pensé, con el arroz que tengo no sobrevivirán ni 15 días…

Salí volando para el cajero a extraer de un ahorro, que guardo celosamente solo para casos de emergencia, y este era de vida o muerte.

Saqué 600 pesos en moneda nacional -imposible tener esa cantidad de CUC- para comprar un saco de arroz. Cuatro cientos pesos eran suficientes, pero tomé un extra por si había que dar algo por encima, y para pagar el transporte que usaría, pues estaba completamente sola.

Del cajero fui rápido para la bodega más cercana a mi casa.

Cuando llegué había una cola larguísima -no pasa eso nunca con ese producto, ni siquiera en los últimos meses. Aunque había mucha gente, había mucha tranquilidad.

El único problema es que estaban dando solo 10 libras por persona, y yo quería nada más y nada menos que 100.

¿Como podría lograrlo con tanta gente cerca?

Un vecino había llevado como a seis muchachos del barrio. Salió de allí con 80 libras del preciado grano en un saco.

Yo no tenía a quien acudir. No me quedó mas opción que esperar mi turno y hablar con el vendedor.

Necesito comprar un saco, le dije bien bajito, cuando llegó mi turno.

¿Qué dijiste? Respondió con ojos grandes, pero también en baja voz.

Tranquilo, te voy a dar 140 pesos de más.

¿Estás loca?, ¿con la cantidad de gente que hay aquí? No, no puedo.

¿Y para mañana no se puede?

Mira Rosi, me dijo medio sonriendo, a ti te lo voy a decir, porque casi somos familia.

Escucha, todo ha sido un rumor que se ha extendido por la ciudad, y yo no puedo estar explicándole a todo el mundo, porque además no te creen.

Lo que sucedió, según tengo entendido, es que trasladaron algunos sacos de arroz en unas bodegas del Sur, para llevarlos para otros mercados, donde la venta es mayor. Y no se cómo a alguien se le ocurrió regar la bola de que se estaban llevando todo el arroz liberado y que no venderían más. Pues, como te podrás imaginar, la noticia se diseminó como pólvora por toda la urbe y todo el que pudo salió como bólido a intentar comprar el último que estaba en venta.

Hoy se ha vendido más arroz en este mercado que en todo un mes; pero la verdad, mijita, es que no hay ningún problema con ese producto, hasta ahora en los almacenes lo que es arroz y frijol hay muchísimo, te lo aseguro.

No tenía por qué desconfiar del bodeguero, que como bien dijo, casi es familia mía -es esposo de una prima-, pero también recordé una expresión muy popular que dice que cuando el río suena es porque agua trae, y a pesar de anhelar que sus palabras fueran ciertas, decidí comprar mis 100 libras -al otro dia-, por si las moscas.

Como yo, muchas personas hicieron lo mismo, los que no, adquirieron todo lo que sus bolsillos les permitió.

Así anda Cuba por estos días, con mucha incertidumbre por la alimentación y con mucha preocupación por un periodo que nadie quiere llamar Especial, pero que poco a poco va tomando matices verdaderamente extraordinarios…

 

Rosa Martínez

Rosa Martínez: Soy una colaboradora más de Havana Times, profesora universitaria y madre de dos niñas bellas y malcriadas que son mi mayor felicidad. Mis grandes pasiones son leer y escribir y gracias a HT puedo cumplir con la segunda. Espero que mis escritos contribuyan a tener una Cuba más inclusiva más justa. Espero que algún día pueda mostrar mi rostro junto a cada uno de mis posts, sin temor a que me llamen traidora, porque no lo soy.

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5 thoughts on “¿Cómo está Cuba?

  • hasta cuando?

  • Rosa..esos son los parámetros de todos estos años de revolución..rumor y para avalarlo siempre la frase :.cuando el río suena…pero todo esto provoca al final acaparamiento, largas colas, molestia…no sé si acaso lo hacen para mantenernos entretenidos y que no pensemos en nada más…pues cuando se tienen hijos y ancianos que cuidar…sólo se piensa en su seguridad..

  • Ojalá no se vuelva un nuevo Período Especial, o Período Infernal, como lo llama una amiga y colega, porque en aquel tiempo éramos más jóvenes y enfrentábamos las dificultades y carencias como si fuera una aventura pasajera, hasta nos divertíamos, al menos en mi caso muchas veces hubo diversión. Por acá en el Municipio Playa, donde resido han ocurrido incidentes de peleas en las tiendas por los alimentos y ha tenido que intervenir la policía. Al hambre no hay quien la pueda engañar. Espero todo se resuelva pronto, como pasó cuando se perdió de las tiendas el aceite para cocinar.

  • Irina querida amiga, estoy igual que tú, deseando que sea algo pasajero, que nuestras autoridades encuentran la forma de salir de este atolladero, que los productos esenciales para vivir, especialmente los alimentos, estén disponibles para todo el que desee compralos. Ya es más que suficiente que los salarios no alcancen para vivir, para sumar ahora toda esta terrible carencia que lo único que logra es sacar el lado más oscuro de cada humano en su afán de supervivencia. Besos Irina…

  • Esta respuesta fue ofrecida por mí en el post de Rosa https://havanatimesenespanol.org/diarios/rosa-martinez/quien-entiende-a-cuba/ pero que tratándose éste otro post de casi lo mismo, me tomo el derecho de reproducirla para que ese amigo canadiense de Rosa comprenda mucho mejor lo que nos pasa como pueblo, como nación. Luego de la lectura detenida de ambos artículos, de un análisis superficial de los problemas, y de entenderlos y buscarle soluciones desde ultramar, el amigo canadiense de Rosa puede que llegue a las conclusiones siguientes: “como los cubanos no conocemos otra cosa no nos interesan tampoco” o “como no sabemos de nada, pues vivimos felices con lo que nos dan en recompensa a la lealtad” o “tenemos educación y salud gratuitas”… respuestas que dan con muchísima frecuencia los que vienen a disfrutar de sus merecidas y pagadas vacaciones tropicales.
    Y le pregunto a ese amigo canadiense se Rosa: ¿por el hecho de no conocer algo, de no saber algo, debe el pueblo canadiense vivir en Iglúes o comer carne de foca cruda para mantenerse caliente durante los 7 meses de frío polar a los que son sometidos por la naturaleza? ¿Por tener educación gratuita permitiría a sus hij@s que le hablen del separatismo quebequense como algo bueno/malo por un profesor o le inculque ideas de índole política a sus hij@s en la escuela? ¿Cómo es que no han renunciado al progreso y están entre los 5 mejores países del mundo para vivir? Si ellos, los canadienses tienen todos esos derechos a un futuro mejor en todas las esferas… ¿los cubanos somos habitantes del 3ra categoría del planeta y no lo merecemos?

    Mi respuesta al post de Rosa

    Primero de Mayo del 2019.
    Fui paciente, muy paciente Rosa. Y llegó el día esperado por todos los cubanos para hacer escuchar en masas, nuestras preocupaciones, nuestros anhelos, nuestras esperanzas. Sin temores, porque somos la mayoría del pueblo enardecida, delirante, expectante.
    Asistimos a la Plaza para manifestarnos y:
    1ro- Exigimos salarios dignos.
    2do- Exigimos libre comercio.
    3ro- Exigimos libertad de prensa y expresión.
    4to- Exigimos sindicatos independientes.
    5to- Exigimos el cese de la cartilla de racionamiento.
    6to- Exigimos al gobierno reconozca nuestro derecho a agruparnos en partidos.
    7mo- Exigimos el cese de la represión por pensar diferente.
    8vo- Exigimos la propiedad privada sobre medios de producción.
    9no- Exigimos escuelas privadas donde podamos ofrecer a nuestros hijos la educación que deseamos.
    10mo- Exigimos la transparencia en las finanzas del país.
    11no- Exigimos medidas contra la carestía de la vida.
    12mo- Exigimos ir eliminando la pobreza de la cual son responsables después de 60 años de dictadura.
    13ro- Exigimos transporte urbano, interprovinciales y municipales de calidad.
    14to- …

    Después de todas estas exigencias y reclamos…
    ¿Avísenme cuántas veces han escuchado mencionar hoy algunos reclamos para nuestro bienestar en al menos uno de esos desfiles de los TRABAJADORES en Cuba y si ha sido el verdadero sentido de la Manifestación del 1ro de Mayo? ¿Y cómo los trabajadores con casi los PEORES salarios y condiciones de trabajo de América (los cubanos) hacemos de esta jornada, un día valiosísimo para nuestras reivindicaciones sin hacer los reclamos anteriores?
    Porque de eso se trata y es la esencia del 1ro de Mayo, de la PROTESTA de los TRABAJADORES contra los EXPLOTADORES para mejorar nuestras condiciones de vida y trabajo y la de nuestras familias.

    Comparando otras manifestaciones el 1ro de mayo.

    En ningún lugar del mundo, excepto los países con sistema comunista esclavizador, de hombres y mujeres de rodillas ante sus dueños (los gobiernos), sucede que van a halagar a sus opresores ni van a darles hurras y vivas.

    ¡Contrastes!

    Fui paciente Rosa. Las respuestas a tus cuestiones te las ha dado el mismo pueblo que sufre, siente la opresión, el hambre… prefiere reír, callar, mirar hacia el lado, pero a la misma vez, padece el Síndrome de Estocolmo.

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