Así son los cubanos

Rosa Martinez

Photo: Juan Suárez

HAVANA TIMES – Son las 7 y 40 de la mañana y estoy solita en casa. Desde hace media hora, más o menos, todos salieron a cumplir con sus deberes, las niñas por un lado y mi esposo por el otro.

Dicen que la soledad no es buena compañera, pero yo no estoy de acuerdo con eso, pues es en medio de la soledad que logro armar los pocos posts que escribo para Havana Times, y es en medio de esa soledad que me llegan ideas para otros tipos de trabajos, para un postre, una costura… 

Así que, adoro estar sola, aunque siento vergüenza de reconocerlo. No se lo comento a mucha gente para que no vayan a pensar que soy una mala madre o para que no me consideren una ermitaña que le molesta hasta el ruido de los pájaros…

Aprovecho que hoy es uno de esos días calmados: la que grita frecuentemente parece que no está por los alrededores, no la he escuchado vociferar ni a sus hijos ni a su marido; Luisito, el joven que vive a tres casas y que dejó el pre hace poco, debe estar de mala noche porque, a Dios gracias, no tiene reguetón retumbando en todo el vecindario; Yanara, mi vecina querida, pero que se aparece a cualquier hora a dar información que nadie le pidió, tampoco ha pasado por aquí.

No lo pienso dos veces y me siento plácidamente frente a mi Pc a revisar una pequeña tesis, cuyo trabajo de edición me reportará algunos pesitos que ayudarán a la supervivencia familiar, tan necesarios en momentos de precios súper elevados y comida escasa.

Comienzo a leer, comprender, arreglar por aquí, cambiar por allá.

Me comunico con el autor del trabajo y le explico que hay un error -mejor dicho- un horror, que usó un término que no existe en español; le pregunto qué quiere decir con eso.

Después sigo en mi trabajito, que me encanta, por cierto.

Entre col y col busco una musiquita en la computadora, y mientras reviso tranquilamente escucho algunas melodías, especialmente en italiano.

Con el ritmo que llevo, voy a adelantar muchísimo hoy, me digo a mí misma, cuando escucho un noc noc en la puerta.

Se jodió esto, pienso disgustada, pero sigo trabajando para ver si la persona no tiene tanto interés y se marcha.

Pero de eso nada, seguían tocando y llamando a viva voz…

Buenos días, me dice animadamente una prima cuando abro la puerta a medias.

¿Por qué estás tan encerrada?, pregunta.

Es que estoy haciendo un trabajo importantísimo que debo entregar a primera hora mañana y cierro todo para que crean que no estoy en casa y ningún vecino me moleste.

Hum, bueno, yo pasaba cerca y llegué a saludar, pero si estás muy ocupada no demoraré.

Te lo voy agradecer mi prima querida, porque la verdad es que estoy muy enredada, con ese trabajo, le digo con cariño.

Le preparé un cafecito que degustó con todo placer, pues es una cafetera empedernida.

Y ahí comenzó su charla que en otro momento me hubiera resultado muy animada, porque es una prima muy querida.

Comenzó a contarme de nuestros familiares que viven en otro municipio…

Y yo le dije, bueno tú sabes, no voy mucho por allá porque siempre tengo mucho trabajo, como ahora, por ejemplo.

Trabajas mucho mija… pues como te decía, se casó Carlitos, el que nunca se le conoció una novia. ¿Te acuerdas del primo Carlitos?

Eh, ah, ¿Carlitos? Si, sí me acuerdo…

La hija de Marcia cogió Medicina -continuó- no le gusta, pero tú sabes, esa es la carrera del momento, no hay más ná…

Prima, espérate un minuto, déjame finalizar una idea en la tesis antes de que se me olvide, ahora vengo …

Tranquila hija, yo te espero si no tengo apuro alguno.

Bueno, yo sí estoy medio apurada, como te dije, tengo que entregar esta tesis mañana.

Adelanta, adelanta, te espero aquí…

Entre una cosa y otro nos cogió el mediodía y tuve que preparar algo para comer las dos.

Después del almuerzo siguió con sus agradables historias familiares y salió de casa como a las tres de la tarde.

Bueno me voy mi prima, que sé que estás complicada. Otro día paso por aquí y conversamos un poco más, ¿verdad?…

Rosa Martínez

Rosa Martínez: Soy una colaboradora más de Havana Times, profesora universitaria y madre de dos niñas bellas y malcriadas que son mi mayor felicidad. Mis grandes pasiones son leer y escribir y gracias a HT puedo cumplir con la segunda. Espero que mis escritos contribuyan a tener una Cuba más inclusiva más justa. Espero que algún día pueda mostrar mi rostro junto a cada uno de mis posts, sin temor a que me llamen traidora, porque no lo soy.

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4 thoughts on “Así son los cubanos

  • Ay Rosa, querida colega, me encanta tu sencillez al contar tus historias, aunque no te conozco te siento cercana; yo igual que tu disfruto de la soledad, sobre todo en el silencio de la mañana, al amanecer. Las horas tempranas son invaluables para escribir, se viven momentos mágicos, diria. A la gente hay que espantarla, saber decirles no, ahora no te puedo atender. Hay personas inoportunas que te roban el tiempo, que es irrecuperable. Así que, ponte firme y no habras las puerta a nadie cuando estas trabajando, es un consejo, aunque sea egoista, pero esas horas de soledad son tuyas.

  • Rosa, es simpático lo que escribes..pero no todos los cubanos son así, existen otras tantas personas que al igual que tú disfrutan de esa soledad…momento en que las musas se apoderan de tu mente y es ese el momento mágico para escribir…pero yu prima apretó…

  • jajajja no paro de reir contigo. Si Cuban@, mi prima apretó, y eso que tú no conoces el resto de la familia jajjaja… como dice el programa humorístico DEja que yo te cuente…

  • Ay Irina compañera y amiga, así te siento… Pues mira, yo soy una person generalmente sincera que dice que no a rajatabla, que no teme dar la opinion en un medio familiar o entre amigos aunque sea una opinion bien diferente. Pero no imaginas lo complicada que son los familiares por acá por el Oriente, imagínate que aguantando lo que cuento en este post me dicen Ramona (que quiere decir repinchona jajja), asi que saca tú tus propias conclusiones. Un beso Irina…. eres de las mia, no lo sabías?

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