Aquel Hambre de niña

Rosa Martinez

Niños y niñas cubanos. Foto: Caridad

HAVANA TIMES, 27 sep. — Alrededor de las 9 de la noche de ayer, cuando leía apasionadamente una autobiografía, me interrumpió la más pequeña de mis hijas y, con carita de niña buena, me dijo:  -Mami, tengo hambre.

-¿Hambre?-, pregunté dudando, pues casualmente esa noche cuando cenó, no dejó nada en el plato.

-Sí, tengo mucha hambre -me dijo con el ceño fruncido.

-A ver, ¿esa hambre de qué cosa es? ¿Qué quieres comer? -le pregunté.

-Galleticas, quiero galleticas.

-No, no hay.

-¿Y helado?, ¿no hay helado?

-No, tampoco hay helado.

-¿Y un chocolatico?

-No, mami, no hay chocolate tampoco, le dije con tristeza.

-Pero, jamonada sí hay, que yo la vi.

-No, ya se acabó, tu hermana se comió el último pedazo.

-¿Y entonces qué hay, chica?- me dijo molesta.

-Leche, hay leche calentita, ¿quieres un poco? Está deliciosa, tiene anís.

-¿Leche?, no, no, no quiero leche, mejor dame un libro para leer.

-¿Un libro?, le pregunté extrañada.

-Sí, un libro, que seguro me aburre y me quita el hambre.

2 thoughts on “Aquel Hambre de niña

  • jejejej Me gusto mucho este articulo… a mi nunca me dio por leer cuando tenia hambre.. pero me recordo un amigo que tengo que vivia con su pareja y cuando le decia por la noche que tenia hambre la novia le decia que se durmiera para que se le pasara…

  • Se me cierra el corazon cuando leo estas cosas, un nino nunca deberia pasar hambre, deberia siempre poder comer lo que quisiera

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