Una cubana difícil

Regina Cano

Foto: Caridad

Clara me cuestionaba. “Yo creo que la conoces.” “Debes haberla conocido con aquel grupo de actores que formaron….” y a eso le siguió una historia que aún le duele.

“Me robó mi Laptop. Usó la confianza que le dí a la amiga de… que se quedó en mi casa cuando estuvo en Cuba y que fue su pareja en aquellos días.”

“Al parecer, le hizo una copia a la llave.”

“Un día regreso a casa y la puerta del apartamento estaba abierta. No faltaba nada más que la Laptop.”

“Haber ido a la policía no me hubiera ayudado, pues las huellas se podían haber perdido y sería un proceso muy largo.”

“Por suerte ya he vuelto a tener otra, pero tú sabes lo difícil que es conseguir cada cosa en este país y gente amiga me enviaron la que tengo ahora.”

“La peor parte fue que perdí todo el trabajo de más de un año que no pude recuperar. Me hizo tremendo hueco.”

Dicen que hay personas que vienen con un signo a esta vida que firma todos sus actos y del que difícilmente se pueden zafar por sí mismas.

El caso de esta muchacha (M…) se parece a esta sentencia.

Tiene más de treinta años y por mucho que se levante en contra de sus circunstancias, estas terminan aplastando sus intenciones de alcanzar la frontera.

Acusada de inestable, ladrona, drogui y manipuladora, ahora está presa por segunda vez. Su madre se pregunta en qué momento fue el cambio y que si esto terminará, pues ya no sabe qué hacer. “Hasta le robó a la familia.”

“Las últimas veces que la ví tenía una mirada rara y una motocicleta con la que viajaba de la Habana Vieja hasta el Vedado de madrugada. Cualquier cosa podía estar sucediendo”- me decía un vecino que creció cerca de ella, compañeros de juegos y adolescencia- “Lo último que me hizo fue robarle a mi tío la bicicleta. No confío más en ella. La quiero lejos de mi gente.”

Es difícil ver que esté cada vez más aislada, pero es difícil tener una relación cercana con M….